Los sorgos dulces que alcanzan de 2,5 a 4 metros de altura y con hojas ricas en azúcar son los que se implementan para la obtención de bioetanol por destilación. La producción, realizada en el norte del país se realiza en conjunto con empresas privadas e ingenios azucareros.
El sorgo, quinto cereal en importancia en el mundo tras el arroz, maíz, trigo y cebada, crece en terrenos secos, tolera bien el calor, un alto porcentaje de humedad o la salinidad del suelo.
El sorgo dulce, un cultivo adaptado a climas secos, capaz de producirse tanto para consumo humano como alimento para animales y biocombustibles, ofrece un enorme potencial para responder a las necesidades de los países en desarrollo.
El Sorgum bicolor, variedad con mayores niveles de azúcares, se parece al maíz, con la diferencia de que sus granos (panoja) se encuentran en el extremo de la planta y no a los lados, y tiene sus mismas cualidades nutritivas.
En le marco del Simposio Nacional de Sorgo, el doctor Eduardo Romero, de la estación Experimental agropecuaria Obispo Trego, Tucumán, se refirió al trabajo que desarrollan en dicha entidad junto con empresas privada e ingenios.
“Es otro enfoque y otra utilización de los tipos de sorgos dulces o azucarados normalmente usados como forrajeros pero en este caso orientados a aprovechar esos tallos jugosos de alto contenido de azúcar para producir por fermentación el bioetanol para agregarle a las naftas”, indicó el especialista al término de su exposición
Además, explicó que se pude destinar el residuo fibroso de la extracción del jugo al igual que al residuo de cosecha para quemarlos en calderas de biomasa y generar bioelectricidad. “Esto se puede realizar cosechando toda la parte aérea de estos sorgos que tienen entre 3 y 3.5 metros de altura y de pobre panoja, procesarlos, extraerles el jugo, hacer bioetanol y simultáneamente estar produciendo energía térmica o energía eléctrica”, sostuvo el ingeniero.
Los cultivos se pueden producir y utilizar 2 meses antes a que inicie la zafra de caña por lo que permite una integración y un complemento muy importante de ambos.
El manejo es el mismo y sólo hay que adaptarlo al sistema de cosecha. “Se utilizan las mismas cosechadoras de caña entonces hay que usar distancias de 50 y una por medio, es decir surcos pareados y no en forma continua porque sino se pisa y se pierde rendimiento”, explicó Romero.
Para realizar la destilación del bioetanol se utiliza el tallo del sorgo y no así la panoja. El procesamiento de bioetanol mediante el grano “requiere etapas previas de sacarificación en donde le almidón los rompa en azúcares reductores para fermentarlo”, comentó y resaltó que eso “no está en las destilerías de cañas de azúcar y a su vez el grano solo tiene baja eficiencia energética”.
Por último, explicó que el trabajo realizado desde la Estación Experimental Agropecuaria tucumana se realiza en forma integral con la actividad privada que son los semilleros y con los ingenios interesados. “Esto es lo que nos permite ir más rápido y trabajar con los destinatarios futuros de esto que uno está desarrollando”, finalizó.