En el negocio de la producción de huevo de mesa la genética está impulsando nuevos desafíos, tener un ave que es capaz de llegar a 100 semanas de edad con una producción superior a los 500 huevos /ciclo es todo un reto para el nutricionista y el técnico de campo. Pero aún más lo es el hecho de garantizar que esta producción sea de excelente calidad en función de lo que el consumidor final valora como “calidad” y uno de esos atributos es la calidad de la cáscara. A lo largo de muchos años siempre consideramos que la calidad de cáscara estaba ligada a la relación de Ca-P-Vit D y dejamos de lado el concepto fisiológico del desarrollo óseo y su relación directa con la calidad de la cáscara. Mi presentación revisa algunos aspectos de manejo que son vitales para garantizar una buena producción y adicionalmente revisa conceptos de la fisiología de la pollita y su efecto posterior en producción.