La zootecnia clásica considera al individuo animal, sus propios genes, como la “unidad de selección”. Es decir, asociamos el progreso genético, a unos genes, a un individuo.
Lo cierto, es que esto no es tan simple. El 90% de las células de un ser humano, no le son propias. Son bacterias. De hecho, nuestro genes suman unas 25.000 unidades, y todo el genoma bacteriano de nuestro cuerpo suma más de 1 Millón de genes y nos aportan hasta el 10% de las calorías diarias. Los animales somos superorganismos compuestos por un individuo y un ecosistema microbiano propio. Los antibióticos y los fitobióticos, modifican la composición de la flora bacteriana. Y eso tiene consecuencias muy importantes en cada animal.