El redesarrollo de la capacidad de exportación avícola en Latinoamérica con la reapertura del mercado
Ricardo Santin es el presidente de la Asociación Brasileña de Proteína Animal. Nacido en Marau, es licenciado en Derecho, especialista en Procedimiento Civil y Máster en Ciencias Políticas. Trabajó como abogado y profesor universitario. Ocupó el cargo de jefe de gabinete de la Compañía Nacional de Abastecimiento. Fue asesor en el Ministerio de Agricultura, presidente de la Junta Directiva de CEAGESP y Miembro de la Junta Directiva de CEASA-MG. A partir de 2008, se incorporó a la Asociación Brasileña de Exportadores de Pollo (ABEF) que luego se convirtió en la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA). Ricardo Santin asume la presidencia de ABPA el 19 de agosto. Lleva 12 años en la asociación y en ese período adquirió un gran reconocimiento del sector y fue uno de los principales responsables de la conquista de nuevos mercados y crecimiento en el número de negocios. Va a acumular la función de presidente de ABPA con la vicepresidencia del Consejo Avícola Internacional (IPC) y, además, el cargo de presidente en el Instituto del Huevo y en la Cámara Sectorial de Avicultura y Porcino del Ministerio de Agricultura.
En el 2020 Brasil experimento cambios debido a varios factores simultáneos que se complicó aun más con el confinamiento causado por la pandemia del COVID-19. La producción, las exportaciones y el consumo per cápita de carne de pollo y huevos de Brasil cerró 2020 con números positivos, a pesar de los costos récord y del impacto económico y social de la pandemia. La crisis sanitaria de la peste porcina africana impulsó las exportaciones brasileñas de aves y de cerdos. Otro gran factor del covid-19 fue el impacto del turismo que contrajo la importación de grandes destinos árabes, como Emiratos árabes Unidos y Arabia Saudita.
La presión asiática se mantendrá en niveles elevados en 2021. A la vez, está la expectativa de la reanudación de importadores importantes, como Filipinas y México, así como las Olimpiadas, que favorecerá las ventas a Japón. Se espera un importante impacto positivo de la reanudación económica tanto en el exterior, como en el mercado nacional.
Muchas veces poco visible para parte de la población, el sector de la producción de alimentos hizo frente a las dificultades impuestas por el covid-19, para que no faltaran alimentos. Antes del confinamiento, se instituyeron los primeros planes de contingencia sectorial y se implantaron al menos siete protocolos, reforzados por reglamentos del gobierno federal. Con planificación, organización y mucha responsabilidad, se logró preservar la producción, estimular las exportaciones y mantener aprovisionado el mercado interno.
La acción enérgica de las entidades sectoriales, en especial de la ABPA, de las empresas y del gobierno federal, con las medidas de emergencia sociales fue decisiva. Gracias a esto, se mantuvieron los niveles muy cercanos a las proyecciones trazadas a principios de 2020. Este sector mostró ser resiliente.
Para 2021, las perspectivas no deberían cambiar, con el alza de costos de producción, inestabilidad en el tipo de cambio, la inminente reanudación económica, la demanda asiática.