Introducción
El silaje de maíz (SM) está muy difundido en los sistemas de producción lechera del país y del mundo (Elizalde et al,1993).Sin embargo, en los planteos de producción de carne esta evolución fue más lenta, los países europeos y EEUU fueron los primeros en incorporarlo (Kilkenny,1978), y más recientemente lo empezaron a usar Australia (Moran y Wales,1992),Argentina (Garcia y Santini,1994) y Uruguay (Vaz Martinz et al,1995).
Las dietas ricas en fibra provocan un intenso proceso de masticación y rumia, favoreciendo el ingreso de una cantidad de saliva que, a través del aporte de fosfatos y bicarbonatos, es capaz de mantener el pH del rumen en un rango que va de 6.6 a 6.8 (Kauffman, 1976). Sin embargo, con altos consumos de carbohidratos -CHO- (>30% del consumo sobre base seca) el pH puede descender por debajo de 6.0. Esto puede ocasionar una reducción en la digestión de la fibra, con una completa cesación de esta al llegar el pH entre 4.5 y 5.0 (Mould y Orskov,1984 y Rearte y Santini,1989).
Un efecto contrario provoca el agregado de un suplemento proteico degradable en rumen a una dieta fibrosa, el cual puede mejorar la digestión de la fibra, al aumentar el número de microorganismos ruminales, siendo más efectiva la respuesta cuando se usa una fuente de proteína verdadera que NNP (nitrógeno no proteico) (Hoover y Stokes,1991), tal es el caso de la harina de girasol o soja (Santini y Dini,1986).
El objetivo de este estudio fue evaluar los parámetros del ambiente ruminal generados por las distintas dietas empleadas (12,15 y 18% PB, con y sin grano de maíz adicional) usando el silaje de maíz como alimento base y distintos niveles de harina de girasol y grano de maíz, que permitan explicar los resultados alcanzados en el ambiente ruminal de los animales sujeto a las dietas usadas en este trabajo.
Materiales y métodos
Para este estudio se utilizaron 6 animales fistulados (A. Angus de 390}59 kg de peso vivo en promedio) que estuvieron en los corrales del Galpón de Metabolismo de la EEA INTA Balcarce, desde el 23 de agosto al 4 de noviembre de 1996.
Se establecieron 6 tratamientos, con 2 repeticiones, usando como base de la dieta al SM de planta entera picado fino, diferenciados entre sí por 3 niveles de proteína bruta en la dieta (12,15 y 18% PB sobre base de MS), aportados por la harina de girasol (HG) y a su vez dividido en 2 grupos, con (CG) y sin aporte extra de grano de maíz (SG) seco y molido (12% sobre base seca). Los tratamientos fueron T1(12%SG), T2(15%SG), T3 (18%SG), T4 (12%CG), T5 (15%CG) y T6 (18%CG). Se realizaron 6 periodos con un intervalo de 10-12 días entre ellos. Durante los últimos 7 a 9 días de cada periodo, los animales recibieron a través de la fistula ruminal 2 bolos de óxido crómico/animal/día, (5 gr. Cr2O3/bolo), uno a la mañana y otro a la tarde, con el objetivo de poder medir la producción de heces y con esta, descontado al consumo de MS, determinar la digestibilidad “in vivo”.
Sobre el licor ruminal, extraído al finalizar cada periodo, durante 6 veces al día (cada 4 horas) se determinó el pH -in situ- (peachimetro digital Cole Palmer), y sobre una muestra filtrada y centrifugada a 10.000 ppm durante 20’ y a 0oC, se midió el N-NH3 con el Autoanalizador Technicon y AGV por cromatografía en fase gaseosa. Además, se midió al finalizar cada periodo el contenido ruminal.
Por otro lado, se determinó el tiempo y momentos de consumo, colocando un tacografo en la tabla del cuello de los animales fistulados.
El diseño experimental empleado fue un cross over, con 6 animales, 6 periodos y 6 tratamientos.
Resultados y discusión
El tiempo medio requerido por los animales para el consumo de los alimentos fue de 7 hs 33’ variando entre las 6 hs 45’y las 8 hs 9’, no observándose diferencias significativas (P>0.05) entre tratamientos (Tabla 1)
Tabla 1: Evolución de los parámetros del ambiente ruminal entre tratamientos
Con respecto al patrón de consumo, se observaron 2 picos de consumo coincidentes en todos los tratamientos, el primero se localizó entre 60 a 90 minutos posteriores al suministro de los alimentos., y el segundo al atardecer. Estos resultados son coincidentes con otros autores, tanto en ensayos pastoriles (Aello y Gomez, 1983) como a corral (Vasilatos y Wangsnee, 1980). Estos mismos autores encontraron que durante las 24 hs se registraron consumos, aunque en las horas diurnas se concentró el 66% del tiempo total, consistente con este trabajo.
Asimismo, el consumo medio de MS fue de 10.53 kg MS/cabeza/día, no registrándose diferencias (P>0.05) entre tratamientos. Algo similar ocurrió con la digestibilidad “in vivo” de la MS, alcanzado una media de 60.5%, la cual tampoco se diferenció significativamente entre tratamiento. Ambos comportamientos se los podría explicar por el corto intervalo (} 10-12 días) que hubo entre periodos, imposibilitando que se manifiesten deferencias provocadas por el mayor contenido proteico de las dietas (Santini, comunicación personal).
El contenido ruminal medio (4.62 kg MS/ cab./día) fue similar entre tratamientos (P>0.05). Este resultado es lógico, si consideramos que otros parámetros medidos, como el consumo de MS, la digestibilidad de la MS, el tiempo y patrón de consumo, no mostraron diferencias entre dietas.
Además del efecto sobre la digestibilidad de la fibra, el descenso del pH ruminal está asociado a ligeros cambios en la proporción molar de los AGV producidos en el rumen, aumentando elC3 en detrimento del C2 (Rearte y Santini, 1989), lo que podría justificar los valores de C2 :C3 registrados. Estos últimos valores junto con las concentraciones molares de AGV obtenidas en este ensayo (media 77.66 mMol/l) están mas asociados a una dieta rica en concentrados que a una rica en fibra, donde pudo haber influido el grano del SM (}35% de la MS total ensilada).
El valor medio del pH en el rumen fue de 6.11, nivel en el cual podría haber una ligera depresión en la digestión de la fibra (FDN) (Mould y Orskov, 1984 ; Hoover,1986). Sin embargo, durante más del 60% del día los valores del mismo estuvieron dentro del rango óptimo para una buena fermentación de la fibra (Mertens y Ely, 1979). No se observó efecto del agregado de GM sobre el pH ruminal, asociado este comportamiento a la baja proporción empleada (12% de la dieta base MS) (Elizalde et al, 1993). Se observó además, un comportamiento diferencial entre los parámetros ruminales medidos a lo largo del día. Mientras que el pH decreció, la concentración de AGV totales y el nivel de amonio aumentaron entre las 4 a 8 hs posteriores a la entrega de la comida (10 :00 hs) coincidiendo con los momentos de máximo consumo. La respuesta de los AGV al aumento en el consumo se debería a un mayor abastecimiento de materia orgánica a los microorganismos ruminales.
Por otro lado, el tiempo que demoran las bacterias en colonizar la fibra (Lag time) depende del tipo de dieta (Pavan,1996), el cual varía entre las 4 a 6 hs posteriores de recibir el alimento (Pasinato,1990).
Respecto a la relación existente entre el pH ruminal y el N-NH3, se observó una relación negativa, disminuyendo la absorción del amoniaco cuanto menor es el pH, y así favorecer su acumulación en el rumen. Esto podría justificar los altos valores de N-NH3 alcanzados en este trabajo. Se encontró también, que el aumento en el contenido proteico de la dieta tuvo un efecto positivo y significativo (P<0.05) sobre el nivel de amoniaco, coincidiendo con otros autores, entre ellos (Herrera-Saldana et al, 1990).
Con estas altas concentraciones de amoniaco (media 29.17 mg/dl) y a lo largo de todo el día, fue evidente que no debieron haber habido limitantes para la síntesis de proteína microbiana (Mehrez et al, 1977).
Conclusiones
De acuerdo al valor del pH, del amonio y de la concentración de AGV totales alcanzados en cada uno de los tratamientos, y a lo largo de todo el día, se deduce que no hubo limitantes para el desarrollo de los microorganismos celuloliticos ni para la sintesis de proteína microbiana.