Los programas de eipr y/o semiestabulación no requieren de infraestructuras complejas y costosas, no tienen que invertir en insumos agroquímicos (herbicidas, pesticidas, fertilizantes, etc.), requieren de menos mano de obra (sólo 1 pastor), no desperdician pasto, resisten mejor las épocas críticas de invierno y verano intensos, logran un máximo e idóneo aprovechamiento del pasto producido, sólo requieren de un buen diseño y manejo de cercas, bebederos y puntos de suplementación. Al final, todo esto se traduce en máxima carga animal, máxima productividad y excelente rentabilidad