Nuevas soluciones ante la problemática de la resistencia bacteriana a los Promotores de Crecimiento
Las bacterias tienen la capacidad de soportar los efectos de los antibióticos o biocidas que las eliminan o controlan. Hay bacterias naturalmente resistentes, mientras que otras la adquieren mediante mutaciones en algunos de sus genes.
La resistencia bacteriana se produce por una combinación de factores entre los que se destaca el uso inadecuado de los antimicrobianos en el ser humano y en los animales. En estos últimos, estos fármacos se utilizan con fines terapéuticas, profilácticos y como promotores del crecimiento, ésta última constituye una práctica conocida desde la década de los 50´s (Witte, 1998). En el ser humano las enfermedades gastrointestinales causan anualmente 3 millones de muertes por cepas de Shiguella disentería, Campylobacter, Vibrio cholerae, Escherichia coli y Salmonella, muchas de las cuales son resistentes a los antimicrobianos sospechándose que algunas de esas cepas puedan tener origen en animales de consumo (Tabatabaei, 2003).
Existe una tendencia mundial generada en Europa y recientemente incorporada a Estados Unidos de América, en disminuir la cantidad de antibióticos en la producción de alimentos de origen animal; solo permitiendo el uso de algunos de ellos en la terapia animal (WHO, 2005).
Actualmente en granjas de producción de México encontramos que la acción de los antibióticos está teniendo menos resultado y la causa es que se han utilizado los antibióticos de manera indiscriminada y con estrategias inadecuadas para el tratamiento de enfermedades.
Se han desarrollado una gama de productos alternativos al uso de antibióticos como promotores de crecimiento, uno de ellos es el uso de oleorresinas de plantas que permite lograr un mejor balance de la micro-flora intestinal, mejorando los parámetros productivos de los animales, a un nivel equivalente al de promotores de crecimiento antibiótico.