El aprovechamiento de las tierras salinizadas con destino forrajero ha sido una de las alternativas propuestas para diversas regiones, tanto templadas como subtropicales, de Argentina y del mundo. Sin embargo, desde hace algunos años en nuestro país estos tipos de suelos están siendo destinados a la implantación de cultivos agrícolas, por lo que el nivel de uso de los mismos es mucho más intenso.
Los suelos halomórficos en algún momento de su evolución han presentado un exceso de sales solubles, elevadas cantidades de sodio intercambiable o ambas características a la vez. El origen de estas sales solubles puede ser: meteorización de rocas en las márgenes superiores de los ríos, disolución y transporte por agua de lluvia desde zonas más altas hacia sitios más bajos; depósitos salinos formados en épocas geológicas antiguas generando estratos entre los cuales se mueve el manto de agua; aporte de sales cíclicas que del mar retornan a la tierra; aportes eólicos desde salinas; etc (FAO, 1976 y 1990; Fischer and Turner, 1978; Jones, 1967; USDA, 1999).
La presencia de sales en un suelo afecta las propiedades del mismo, como así también, el crecimiento de las plantas (Jacoby, 1994; USSL, 1954). Entre los efectos negativos sobre el suelo se encuentran: disminución de la estabilidad coloidal y dispersión de la materia orgánica; disminución de la disponibilidad del fósforo y micronutrientes, excepto el molibdeno; disminución de la mineralización de la materia orgánica; degradación de la estructura y generación de impedimentos para crecimiento radicular. Los efectos negativos sobre los vegetales son principalmente debidos a la menor disponibilidad de nutrientes y/o toxicidad por elevadas concentraciones de sodio.
En la bibliografía internacional (FAO, 1990; Shannon, 1997) estos procesos se asocian generalmente con condiciones de clima árido o semiárido. No obstante, en muchas regiones húmedas y subhúmedas, entre ellas las llanuras deprimidas, las condiciones de un lento drenaje y escurrimiento y la presencia de horizontes muy poco permeables (Bt) o petrocálcicos, determinan que los cationes alcalinos permanezcan en el suelo. El drenaje restringido es un factor que frecuentemente contribuye a la salinización de los suelos y que puede llevar consigo una napa freática poco profunda o una baja permeabilidad del suelo. El movimiento ascendente de las aguas subterráneas debido a la evaporación superficial da origen a suelos salinos que pueden ir de unas cuantas hectáreas hasta cientos de kilómetros cuadrados. Este es el caso de muchos ambientes de la zona central de Santa Fe, que son las últimas "prolongaciones" de los bajos submeridionales, y corresponden a ambientes ubicados en las partes más bajas del relieve, denominados cañadas o precañadas.
En ambientes como los mencionados, la variabilidad edáfica condiciona las técnicas de muestreo convencionales, la efectividad de los análisis de suelos y plantas, el diagnóstico y la recomendación de fertilización. Lo mencionado anteriormente sugiere la conveniencia de caracterizar ambientes para ser eficiente en el uso de los recursos, manejo de la fertilidad de los suelos, enmiendas y fertilizantes.
En la actualidad el desarrollo de nuevas tecnologías tales como sistema de posicionamiento global, sistemas de información geográficos, disponibilidad de cosechadoras equipadas con monitores de rendimiento y sondas que miden la conductividad eléctrica, permiten generar, almacenar y analizar información relacionada con la variabilidad del rendimiento de los cultivos dentro de los lotes.
Los suelos de estas zonas en consideración, ambientes de suelos denominados de clase IV, V, VI y VII, pueden ser recuperados mediante la aplicación de manejos por ambientes. Este proceso requeriría la participación de profesionales capacitados para realizar un adecuado diagnóstico y posterior recomendación, integrando diferentes herramientas, instrumentales y maquinarias específicas.
MATERIALES Y METODOS
En la campaña 2007/08 se realizaron dos experiencias sobre ambientes de suelos halomórficos, en campos ubicados en la zona rural de Tacural (Santa Fe), uno de 80 ha (Lote Tacural) y otro de 65 ha (Lote Máxima).
Se utilizaron mapas de rendimiento de los 4 cultivos integrantes de la rotación, mapas de conductividad eléctrica del suelo (0-30 cm) obtenidos con una sonda Veris 3100 y mapas de suelos de los lotes en estudio. Mediante el análisis y la interpretación de la información en conjunto se obtuvo un mapa de ambientes para cada lote (Figuras 1 y 2).
Se realizó un muestreo de suelos dirigido (0-20 cm) compuesto por 20 submuestras en dos sitios (a y b) en cada uno de los ambientes delimitados. Luego de colectadas las muestras, se enviaron a laboratorio para la evaluación de diferentes parámetros químicos: materia orgánica (MO), nitrógeno total (Nt) fósforo extraíble (P), pH, capacidad de intercambio (CIC) y cationes intercambiales (Ca, Mg, Na, K, H).
Figura 1. Mapa del Lote Tacural con 3 ambientes: 1 sector bueno; 2 sector intermedio y 3 sector malo con 2 sitios de muestreo de suelo por ambiente (a y b).
Figura 2. Mapa del Lote Máxima con 3 ambientes: 1 sector bueno; 2 sector intermedio y 3 sector malo con 2 sitios de muestreo de suelo por ambiente (a y b)
RESULTADOS Y DISCUSION
Los resultados obtenidos en el lote Tacural, muestran que la delimitación de ambientes efectuada fue correcta y se refleja claramente en los valores de los parámetros químicos analizados. Los niveles de MO, Nt, P, Ca y CIC, disminuyeron progresivamente del ambiente 1 hacia el 3, demostrando la mayor fertilidad química del primero. Los valores de MO fueron bajos en los ambientes 1 y 2 y muy bajos en el 3, al igual que los de Nt y P extractable. Los niveles de Mg y de K fueron normales para todos los ambientes y los de Ca también para los ambientes 1 y 2, pero bajos en el 3. Asimismo, los valores de Na aumentaron del ambiente 1 al 3, corroborando sus condiciones químicas menos favorables (Tabla 1).
Tabla 1. Parámetros químicos del suelo en los tres ambientes delimitados. (0-20 cm). Lote Tacural.
Considerando el porcentaje de saturación de bases de la CIC, la calidad de los ambientes disminuyó desde el 1 al 3. En general, todos los ambientes mostraron muy bajas concentraciones de Ca dentro de la CIC, con los menores registros en el ambiente 3 (Tabla 2). Esta situación limitaría seriamente la producción de los cultivos por una deficiencia de Ca en el complejo de intercambio, de acuerdo a los reportes de Mc Lean (1977), quien establece como satisfactorios niveles de saturacion del 75% para este catión.
En cuanto al contenido de Na intercambiable, el ambiente 3 presentó los mayores valores, ubicándolo dentro de suelos denominados salino-sódicos. Los valores de K y de Mg fueron superiores a los normales. Las relaciones Ca/Mg y K/Mg de todos los ambientes se ubicaron dentro de los rangos normales y la relación K/Ca fue alta para todos los puntos de muestreo en referencia a los valores sugeridos por Mc Lean (1977). Dichas relaciones, sugieren la necesidad del uso de enmiendas para aumentar las concentraciones de Ca en el suelo.
Tabla 2. Saturación de los cationes Ca, Mg, K y Na respecto de la CIC. (0-20 cm). Lote Tacural
La delimitación de ambientes efectuada en el Lote Máxima, mostró también una buena asociación con los valores de los parámetros edáficos analizados. Puede observarse que la fertilidad química del suelo disminuyó desde el ambiente 1 al 3 (Tabla 3). Los valores de MO fueron bajos para el ambiente 1 y muy bajos para los ambientes 2 y 3, mostrando en general condiciones menos favorables en este lote que en Tacural.
Los niveles de Nt, P, Ca y CIC, fueron decreciendo desde el ambiente 1 al 3, demostrando la mejor fertilidad química del primero (Tabla 3). Sin embargo, los valores de Na presentaron un comportamiento inverso, incrementándose significativamente desde el ambiente 1 al 3, corroborando sus condiciones químicas y de drenaje menos favorables.
Tabla 3. Parámetros químicos del suelo en los tres ambientes delimitados. (0-20 cm). Lote Máxima.
De manera similar a lo observado en el lote Tacural, en Máxima, la calidad de los ambientes, considerando el porcentaje de saturación de bases de la CIC, disminuyó desde el ambiente 1 al 3. En general, todos los ambientes mostraron bajos contenidos de Ca dentro de la CIC, con los menores porcentajes de saturación en el ambiente 3. En este ambiente, los valores extremadamente bajos de Ca., podrían estar limitando la productividad de los cultivos, de manera similar a lo observado en Tacural.
En el sitio 3 se midieron niveles extremadamente elevados de Na intercambiable, correspondientes a suelos sódicos. Asimismo, en el ambiente 2, los valores de Na fueron altos y corresponden a suelos salino-sódicos. En cambio, en el 1 los niveles fueron bajos y corresponden a suelos agrícolas. Los valores de K y de Mg estuvieron dentro de rangos normales para los ambientes 1 y 2 y fueron altos para el K en el ambiente 3, lo cual provoca relaciones K:Mg y K:Ca altas y poco favorables para el crecimiento de los cultivos.
Tabla 4. Saturación de los cationes Ca, Mg, K y Na respecto de la CIC (0-20 cm). Lote Máxima.
Comparando los dos sitios evaluados, se observa que los suelos del lote Tacural corresponden a clase de aptitud IV y los de Máxima a clase VI, donde los niveles de Na de intercambio son sensiblemente más elevados que en el primer caso mencionado.
Otro resultado que evidencia las desfavorables condiciones químicas del ambiente 3, en los dos lotes evaluados, se puede apreciar en las figuras 3 y 4, donde se detallan las relaciones negativas entre el porcentaje de Na intercambiable y los valores de MO del suelo, siendo el lote Máxima el que evidenció las condiciones más desfavorables.
Figura 3. Relación entre el porcentaje de Na intercambiable y el contenido de materia orgánica (MO) del suelo para los 3 ambientes del Lote Tacural.
Figura 4. Relación entre el porcentaje de Na intercambiable y el contenido de materia orgánica (MO) del suelo para los 3 ambientes del Lote Máxima.
Estos resultados permitieron adecuar el cálculo de las dosis necesarias para realizar una aplicación variable de enmienda (yeso agrícola), teniendo en cuenta el porcentaje de sodio intercambiable, la capacidad de intercambio catiónico, junto con la densidad aparente del suelo y el espesor del mismo. El manejo diferenciado en los tres ambientes de cada lote, permitiría recuperar el equilibrio catiónico mediante la disminución de los valores de Na y la elevación del contenido de Ca.
Debido a que las dosis de yeso calculadas por esta metodología resultaron altas, y teniendo en cuenta la capacidad buffer de los suelos, se utilizó el criterio de alcanzarlas en el transcurso de 6 años, generando cambios en forma gradual. Las dosis anuales a aplicar en ambas experiencias fueron de 200 kg/ha de yeso agrícola (40 kg/ha de Ca + 36 kg/ha de S); 500 kg/ha de yeso agrícola (100 kg/ha de Ca + 90 kg/ha de S) y 800 kg/ha de yeso agrícola (160 kg/ha de Ca + 144 kg/ha de S) para los ambientes 1, 2 y 3, respectivamente.
CONSIDERACIONES FINALES.
En lotes con suelos halomórficos la delimitación de ambientes de acuerdo con su variabilidad espacial permitirían adecuar las aplicaciones de enmiendas en forma variable.
La información obtenida mediante la sonda de conductividad eléctrica y el monitoreo de rendimiento facilitaron la delimitación de ambientes.
Los parámetros químicos evaluados en esta experiencia caracterizaron de manera adecuada los ambientes delimitados.
El asesoramiento profesional y la capacitación para interpretar la información que suministran la maquinaria y el instrumental de última generación resulta clave para el diagnostico, la recomendación y el manejo adecuado para los ambientes.
BIBLIOGRAFÍA
FAO. 1976. Soil management and agronomic practices. In: Prognosis of Salinity and Alkalinity. Soils Bulletin 31: 111-118. FAO, Rome.
FAO. 1990. Manejo de suelos en Regiones Semiáridas. Ed. Casas Roberto y Glave Adolfo. Red de Cooperación técnica en uso de Recursos Naturales en la Región Chaqueña Semiárida. Argentina - Bolivia - Paraguay. Of. Reg. de FAO para América Latina y el Caribe. Santiago, Chile.
Fischer, R. A. and Turner, N. C. 1978. Plant productivity in the arid and semiarid zones. Annual Review of Plant Physiology, 29: 277-317.
Jacoby, B. 1994. Mechanisms involved in salt tolerance in plants. En: Handbook of Plant and Crop Stress (M. Pessarakli, ed) Marcel Dekker, Inc. New York, pp. 97-123.
Jones, J. B. Jr. 1967. Interpretation of plant analysis for several agronomics crops. En: Soil testing and plant analysis: Part II. Plant analysis. SSSA Spec. Pub. N°2. Soil Sci. Soc. of America, Madison, Wisconsin: 49-58.
Mc Lean, E. O. 1977. Contrasting Concepts in Soil Test Interpretation: Sufficiency Levels of Available Nutrients Versus Basic Cation Saturation Ratios. In. Soil Testing: Correlating and Interpreting the Analytical Results. Eds. Peck, T. R.; J. T. Cope and D. A. Whitney. ASA Special Publication Number 29. Madison, Wisconsin.
Shannon, M. C. 1997. Adaptation of plants to salinity. Advances in Agronomy, 60: 75-120.
United States Salinity Laboratory Staff (USSL). 1954. Diagnosis and improvement of saline and alkali soils. USDA Agr. Handbook 60, 160 págs.
United States Department of Agriculture (USDA - N.R.C.S.). 1999. Soil Taxonomy. Second Edition. 869 págs.