Es común encontrar en aquellos que quieren iniciarse en la Producción Orgánica, una gran avidez por conocer cuáles son los productos permitidos para esta producción, con el objeto de reemplazarlos con aquellos que utilizaba en la agricultura convencional. ¡Grandísimo error¡
La Agricultura Orgánica es una agricultura de bajo nivel de uso de insumos; y además si fuera necesario utilizarlos, habría que buscar primero en las soluciones locales.
La sustentabilidad está juntamente en eso, en no malgastar la energía, como ocurre en la agricultura convencional. Imaginemos, para el caso de nuestro país, un tabacalero jujeño utilizando urea producida en Bahía Blanca, con gas proveniente de Neuquén (un recorrido de cerca de 3000 Km.).
¿Y cómo combatir esas plagas, enfermedades y malezas que nos bajan los rendimientos y nos quitan el sueño? En primer lugar cambiemos nuestro concepto "Combate" por "Manejo de...?.
La A.O. exige repensar los procesos y abandonar las recetas, reemplázadolas por el ingenio y el revaluó de la cultura local, sin perder de vista los grandes avances de la tecnología.
La A.O. requiere de una mirada integral. El manejo de una plaga implica considerar aspectos como la rotación, las condiciones edáficas, el microclima del cultivo, la genética utilizada, etc. Lo que comenzó a llamarse hace unos años atrás con las Buenas Práctica Agrícolas, y que se utilizaba desde siempre en la A.O: el manejo integral del cultivo (MIC).
Por supuesto que esto insume un gran esfuerzo intelectual y un conocimiento conceptual, que no nos provoca el solo hecho de poner en práctica una receta como nos proponen los fabricantes de agroquímicos.
La propuesta es una formula muy vieja, "más vale prevenir que curar". Es en este punto donde se destaca otra cualidad esencial del agricultor orgánico: "la planificación". Pero no basada solamente en lo puramente económico sino en los aspectos técnicos. Prevenir significa planificar un cultivo dentro de una determinada rotación, con un marco de plantación, nutrición y manejo de plagas, enfermedades y plagas según mis condiciones de suelo, clima, parque de maquinarias, infraestructura disponible, etc.
Es el agricultor, junto con sus asesores, el que decide y no es un mero reproductor de modelos impuestos desde afuera; donde sus vecinos hacen todos lo mismo, como si no existiesen diferencias.
Y en el marco de las decisiones, la correspondiente al manejo del suelo deberá ser la prioritaria. Todos los esfuerzos deberán volcarse en mantener un suelo sano y nutrido, porque: "en un suelo sano se desarrolla una planta sana".