El ministro Roberto Rodrigues anunció planes para producir más biocombustibles
El ministro de Agricultura brasileño, Roberto Rodrigues, dio a conocer en Washington programas con los que su país espera atraer inversiones extranjeras para producir etanol.
Durante un seminario celebrado en el Banco Mundial, Rodrigues señaló que los denominados "programas agroenergéticos integrados" permitirían a los agricultores brasileños mantener la propiedad de la tierra, mientras que la producción industrial podría estar en manos extranjeras.
El etanol es un combustible vegetal que se obtiene de la caña de azúcar, en el caso de Brasil, y mediante maíz en países como los Estados Unidos, y que cada vez es más popular por ser menos contaminante que la nafta y mucho más barato.
En la actualidad, el 70 por ciento de los vehículos brasileños pueden funcionar indistintamente con nafta o etanol.
Los productores aseguran que el etanol es competitivo siempre y cuando el barril de crudo fluctúe entre los 35 y 40 dólares. El crudo está en máximos históricos tras superar el nivel de los 70 dólares, de ahí el creciente interés en alternativas como el etanol.
Sistema autosostenible
Esos programas, que todavía están en discusión, permitirían a los extranjeros firmar contratos de hasta 20 años.
Rodrigues explicó que en esas grandes plantaciones, que podrían tener hasta 50.000 hectáreas, se pondría en marcha un sistema autosostenible en el que una quinta parte de la extensión cultivable se renovaría cada año con productos como la soja. Esta se convertiría en biodiésel, que se emplearía en las máquinas utilizadas para la producción de etanol. Además, el ministro calculó que alrededor de un 10 por ciento de la extensión no sería cultivable. En esa parte de la propiedad se plantarían árboles, que se convertirían en carbón vegetal también utilizable para la generación de energía.
El ministro agregó que la harina de soja se emplearía para alimentar cerdos, cuyos excrementos permitirían la fertilización del terreno.
Rodrigues indicó que el proyectado crecimiento de la demanda hará que Brasil tenga que incrementar en unos dos millones de hectáreas las plantaciones de caña de azúcar en la próxima década.
Para financiar ese crecimiento se necesitarán 3000 millones de dólares sólo en la parte agrícola, dijo Rodrigues, más lo que se necesite para el desarrollo de la producción industrial que, según el funcionario brasileño, puede ser hasta dos veces más. De ahí la importancia de atraer a extranjeros hacia ese sector.