El trigo en la rotación

En septiembre de 2000 y agosto de 2001, se generaron huellas en un lote de siembra directa continua, considerado de ata fertilidad. Las mismas se hicieron con un tractor Deutz 55HP de 3400 kg, con cubiertas 169-34 y 30 lb/pulg2 de presión y un acoplado tolva de dos ejes, con una carga de 7000 kg y cubiertas 750x20 y 50lb/pulg2.

En la campaña 200/2001, se sembró soja de primera donde se realizaron diferentes evaluaciones, tanto de suelo como de cultivo. La diferencia de rendimiento entre el cultivo implantado sobre la huella y el del sector sin transito fue de 12 qq/ha a favor de este último.

En la campaña 2002/03, se sembró trigo, la historia del lote y datos del cultivo se presentan en el Cuadro 1.

Cuadro 1: Historia del lote y datos del cultivo.

Al analizar los datos de la densidad aparente (Gráfico 2) se puede observar que, si bien las dos situaciones afectadas por el transito de maquinaria presentan mayores valores que el testigo, la huella más reciente presenta valores más elevados que la huella realizada hace dos años. A partir de los 28 cm de profundidad, ambas situaciones son similares.

Al analizar el desarrollo radicular (Gráfico 3), en las huellas de 1 año se observa una mayor concentración superficial debido a la presencia de un bloque masivo que limitó su crecimiento en profundidad. La huella de 2 años presenta un desarrollo de raíces intermedio entre las otras dos situaciones, a pesar de observarse también en este caso un bloque compacto.


Densidad Aparente


Ráices Profundidad

En los perfiles culturales se observa la presencia de bloques masivos delta (sin porosidad estructural) en los dos tratamientos con tránsito.(Figuras 1 A y B). Sin embargo, en la huella de 2 años, el desarrollo de raíces en el sector compactado es mayor que en el de la huella de 1 año. En este último se aprecia también, que además de reducirse el crecimiento de raíces en la zona compacta, se afectó el desarrollo de raíces en profundidad.


Huella: 1 año


Huella: 2 año


Testigo


Referencias

Estas evaluaciones destacan la importancia de incluir al trigo en la rotación por sus efectos beneficiosos sobre el suelo, como contribuyente en la regeneración de la porosidad en capas compactadas, y consecuentemente en los cultivos posteriores.