Las intensas lluvias en una amplia zona productiva de nuestro país, las inundaciones de campos y caminos, una vez más, han dejado en evidencia la falta de infraestructura que sufre el agro argentino, que recurrentemente con períodos de secas e inundaciones se ve negativamente afectado tanto en la producción como en la comercialización de productos agropecuarios y agroalimentarios. Después de una sequía prolongada que generó importantes pérdidas y daños, el país enfrenta, por el efecto de la Oscilación Sur El Niño (ENSO), la contracara de las inundaciones por la caída de agua concentrada en muy poco tiempo, con daños adicionales sobre la ya muy precaria infraestructura para transporte y logística.
En ese sentido nos parecen oportunas algunas citas del libro editado en el año 2017 por el CADIA “Inundaciones y Manejo de Cuencas”, en el que participaron especialistas e investigadores en distintas áreas. Está disponible para su compra en www.cadia.com.ar
-El problema de las inundaciones y las secas no es nuevo. Se han producido en varios períodos de los que se llevan registros y están suficientemente documentados sus efectos e implicancias. El conflicto que se manifiesta responde a numerosas causales: aumento de las precipitaciones o su falta, cambio en el uso de la tierra, desforestación, avance de la demografía, falta de obras públicas, carencia de una política de Estado previsible que actúe sobre las causas más que en los efectos.
-Existe consenso que de las cuatro grandes tendencias que caracterizarán los desafíos del presente milenio, a saber: 1) el incremento incesante de la urbanización. 2) el aumento demográfico que puede poner en riesgo la seguridad y la sustentabilidad de la producción. 3) la intensificación del proceso de globalización, y 4) el cambio climático, es este último el desafío más importante e inmediato que debe enfrentar la humanidad (C Rebella).
-El clima está produciendo cambios por el aumento medio de la temperatura del ambiente y el incremento de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) originado principalmente por la combustión de fósiles y otros derivados en procesos industriales. Es una realidad muy sensible que exige tener en cuenta los desastres y calamidades que acompañan estos fenómenos. El Cambio Climático que estamos viendo actualmente está provocado por la actividad humana y se está produciendo muy rápidamente. Los países desarrollados son los más contaminantes, China y los EE.UU. en ese orden.
-La incidencia del Cambio Climático será mayor en algunos países y zonas geográficas y tendrá efectos más negativos “aumento de la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos: sequías, olas de calor, lluvias torrenciales, etc.; aumento del nivel de los mares produciendo daños en las costas, cambios en los ciclos productivos de las cosechas, alteración de ecosistemas terrestres y acuáticos continentales, y pérdida de biodiversidad y reducción de las disponibilidades hídricas” (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, IPCC, 2021).
-Una investigación realizada por el INTA explica que se observaron dos tipos de efectos en el comportamiento de la napa, a corto plazo (asociado a precipitaciones) y a largo plazo (relacionados con los cultivos y el consumo que generan)… “Millones de hectáreas de pasturas y pastizales que consumían agua durante los doce meses del año fueron cambiadas por cultivos anuales que, en el mejor de los casos lo hacen durante un tercio o la mitad de ese tiempo, pasando de consumir anualmente de 1500-2000 milímetros a 500-800 mm”, precisa el trabajo como explicación del ascenso de la napa casi a la superficie.
-Las inundaciones y sequías forman parte de un mismo cuadro o proceso, donde actúa no sólo la obviedad del clima, sino también las características concurrentes de una red de drenaje deficiente para conducir excesos hídricos periódicos y de suelos con limitantes importantes en su perfil para almacenar estos excedentes, pero también para amortiguar las secas periódicas (M Taboada - F Damiano).
- “La Argentina debe aprender a convivir con las inundaciones y adquirir capacidades para enfrentarlas… ”El 80% de la población argentina y más del 80% de la producción del país están en la planicie de inundación del Paraná… Todos los pronósticos de cambio climático indican que la pampa húmeda será más húmeda aún. Habrá más agua de la que había antes, con zonas muy planas la capacidad de evacuación por los cauces naturales es limitada. Se necesita entender mejor la relación entre el agua y el suelo. Manejar el agua es manejar el suelo” (Abel Mejía, Banco Mundial).
-Los procesos de degradación física del suelo conllevan asociados riesgos de consolidación, erosión hídrica y compactación del mismo. La mecanización agrícola aporta distintas alternativas según sean las características que presentan el terreno, la profundidad en la cual se encuentran la zona compactada, la pendiente del terreno, el desarrollo y la severidad del proceso. La intervención del laboreo del terreno debe ser en lo posible la última opción, cuando el problema se encuentra claramente identificado y analizadas además las acciones posteriores (Botta-Balbuena-Rivero-Fonterosa).
-En 1884 Florentino Ameghino planteó el tema de Las Secas y las Inundaciones en la Pampa. Proponía poner “techo” al campo para retener en origen la lluvia caída y complementar las acciones de defensa y conducción que puede realizar el hombre para corregir los efectos que provoca periódicamente la naturaleza.
-Un buen tejado de cubierta vegetal controla completamente el chapoteo de la lluvia y ayuda también a evitar el daño de los escurrimientos superficiales. Primero, la cubierta vegetal aumenta la cantidad de agua absorbida por el suelo y, al mismo tiempo, merma la cantidad de agua para el escurrimiento. Segundo, la cubierta vegetal protege el agua existente en la superficie contra las gotas de lluvia, que se precipitan, evitando así que estas golpeen el agua y la mantengan en agitación. Tercero, la cubierta vegetal disminuye la velocidad de la corriente de agua sobre la superficie. Cuarto, la cubierta vegetal tiende a mantener extendida la corriente de agua superficial y le impide converger para formar canales. Asimismo, tal cubierta protege el fondo y los lados de los canales contra la corriente de agua.
-La Siembra Directa (SD) es un sistema de producción caracterizado –entre otros– por labranza mínima (no remoción del suelo), mantenimiento del suelo con cobertura vegetal (restos de cosecha) incorporación de nutrientes limitantes y empleo de herbicidas selectivos para eliminar competencia y favorecer el desarrollo de los cultivos. “En comparación con suelos en labranzas convencionales, los planteos productivos bajo el sistema de Siembra Directa (SSD), presentan mayor productividad del agua (PA). Ante situaciones de altas precipitaciones, el suelo actúa como un ‘silo de agua’, el cual una vez completo (lleno), no tiene posibilidad de infiltrar (absorber) más agua, dado que su sistema poroso se encuentra saturado por el líquido elemento. El resultado (de la no remoción del suelo, menor oxidación de la materia orgánica, mayor estabilidad de los agregados del suelo, la cobertura vegetal impide la formación de costras o “sellado” del suelo, etc.) se ve reflejado en la preservación de la estructura del suelo, menor encostramiento superficial, mayor infiltración, menores escurrimientos y menores pérdidas del suelo en sistemas de siembra directa” (Peralta-Coyos-Madias-Ventroni-Gil
Programas Chacras de AAPRESID).
Sin embargo, la Agricultura continua en SD, sin una adecuada sistematización de suelos con curvas de nivel y terraceado, no garantizan la limitación de los procesos erosivos en ambientes ondulados aún en aquellos cultivos con aportes importantes de materia seca como el maíz y el sorgo. Menos aun cuando con precipitaciones copiosas, el “pie de siembra” ya limita la infiltración y aumenta la escorrentía.
-El desarrollo de una política macroeconómica que desprecia al campo y que limita su producción vía la imposición de derechos de exportación, cierres temporarios de envíos al exterior, gravámenes nacionales, provinciales y municipales, falta de infraestructura para el desarrollo de la producción y movimiento de los insumos y productos, impulsó la práctica continua del cultivo de soja y ha traído inconvenientes en cuanto al desarrollo de malezas resistentes y en algunos casos compactación del suelo; además, la producción de ese monocultivo (‘el yuyo’) por ser el único rentable con mercado abierto y no competitivo internamente y de menor inversión en su evolución, trajo discontinuidad de ciclos de agricultura-ganadería o mixtos con aplicación de los conocimientos agronómicos. Recién en los últimos años se tomó conciencia procurando revertir los efectos negativos, con rotaciones de cultivos y gramíneas y cultivos de servicio. Otro inconveniente es la compactación del suelo por las maquinarias.
-El desconocimiento de las gentes de las ciudades con respecto a los problemas que afectan al campo es poco menos que completo. Pero poco a poco va entendiendo que las inundaciones ya no son cosas que afectan únicamente a los hombres de campo, sino que perjudican ya en forma considerable a las ciudades (Jorge S. Molina). Las decisiones políticas lógicamente están en función de la cantidad de ciudadanos que vivan en el campo y que vivan en las ciudades. Frente a esta realidad que es muy dinámica y que no se puede alterar, frente a algo que se viene abajo, hay que apuntalarlo. Frente a un incendio hay que apagarlo (Walter Kugler).
-¿Qué hacemos después de estas inundaciones? hay dos caminos. Uno que destaca la actividad individualista en el uso de los recursos económicos disponibles, tanto propios como públicos para hacer de nuevo lo que antes estaba. El otro pone de realce la oportunidad de pensar algo nuevo, mejor, superador de las anteriores limitaciones y que aproveche las potencialidades que tenemos –tanto naturales como humanas–, pero desde una actitud participativa, mancomunada (MA Pilatti).
Educar, investigar, propiciar la conservación del suelo y del agua, desarrollo de la infraestructura básica, concientización ciudadana, ordenamiento de cuencas (Consejo Hídrico Federal,
COHIFE, 2003)… Todo esto es necesario, porque la zona no inundada hoy lo será mañana, habida cuenta que el cambio climático intensificará y profundizará estos eventos, y que el desarrollo de las áreas urbanas expulsará mañana más agua que hoy. El combate contra las inundaciones debiera ser permanente y debería encararse a partir del concurso de autoridades de cuencas (oficiales y particulares) que planifiquen la infraestructura básica de la misma y que generen sistemas de alerta temprana, con acuerdo para establecer una política de Estado comprometida con acción continúa. Un manejo integrado de cuencas, junto con un continuo impulso a la sistematización, debería implementarse en cada zona como política de Estado, con una inversión que garantice sustentabilidad. Muchas veces nos lamentamos al ver el puente roto, sin detenernos a pensar que el problema se inició en los planos más altos de esa cuenca. Arreglar el puente genera votos, la sistematización desarrollo.
Retener el agua donde se producen las lluvias. Complementar las obras para su almacenamiento y posterior uso. Proteger los humedales como reservorios naturales. Practicar una agricultura ecológica donde se alternen y complementen agricultura y ganadería. Evitar la deforestación sin reposición. La rotación de cultivos es esencial para la producción sustentable. Procurar que los asentamientos comunitarios no se realicen en zonas con peligro de inundaciones, un ordenamiento territorial nacional, etc.; son, en fin, tareas que se deberían encarar sistemáticamente para convivir con una realidad presente que seguramente se intensificará en el futuro (AJ Prego, PROSA-FECIC, 1993). ¡Proteger la producción es también proteger los bienes de toda la sociedad!
Mayores detalles, de los aquí citados, sobre los procesos de Inundación y Sequía se encuentran descriptos en el libro. Autores (por orden alfabético): Ameghino, Florentino; Balbuena, Roberto H.; Barbagallo, José F.; Botta, Guido F.; Budd, Eduardo; Corradini, Eugenio F.; Coyos, Tomás; Damiano, Francisco; Deschamps, Jorge R.; Follos Pliego, Fernando; Fonterosa, Andrés; Gil, Rodolfo; Gradowczyk, Mario; Kugler, Walter; Madias, Andrés; Melita, Salvador; Molina, Jorge S.; Lavado, Raúl S.; Otero Osvaldo; Parodi, Gabriel N.; Peralta, Guillermo; Prieto Garra, Daniel; Pilatti, Miguel A.; Rebella, César M.; Rivero, David; Rodríguez Diez, O.M.; Taboada, Miguel A.; Tonni, Eduardo P.; Ventroni, Leandro; Waldman, Sergio M.
Inundación y Manejo de Cuencas. Clima, Suelo, Prácticas Agrícolas, Medio Ambiente. 1ª. Edición Compendiada. CABA. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. CADIA. 2017
352 p. : 23x17 cm. ISBN 978-987-1922-22-2
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ÍNDICE
Prólogo. Introducción.
1ra. Parte ANTECEDENTES
Ley de Conservación de Suelos 2428. No demorar la conservación del suelo (Kluger). Las áreas anegables de la “Pampa Deprimida” (Barbagallo). El control de las inundaciones: las soluciones se conocen, no se aceptan (Molina). Secas e inundaciones en la provincia de Buenos Aires (Ameghino). Aplicar la ley de Conservación de Suelos (Budd). Uso de un modelo para el estudio hidrológico de la Cuenca del Vallimanca (Gradowczyk). Cambio climático en la Pampa
Bonaerense: las precipitaciones desde los siglos XVIII al XX (Deschamps et al.). Después del agua. ¿Reconstrucción solidaria? O ¿diseño y construcción solidaria? (Pilatti).
2da. Parte AVANCES y ESTUDIOS TECNOLÓGICOS
Laboreo vertical del suelo para tratar de retener la erosión hídrica (Botta et al.). Inundaciones y manejo de suelos en la Argentina (Taboada-Damiano). La siembra directa y la gestión del agua (Peralta et al.). Respuesta de las plantas a la fertilización en condiciones de inundación. Caso de la Pampa Deprimida (Lavado). Inundaciones y cambio climático (Rebella).
3ra. Parte PROPUESTAS Y SOCIEDAD
Enfoque agrohidrológico para el manejo de cuencas hídricas de llanura de la Argentina (Damiano et al.). Proposiciones para lograr un efectivo control de las inundaciones en la llanura pampeana (Rodríguez Díaz). Las inundaciones en la provincia de Buenos Aires y sus ciudades (Corradini). Instalaciones de bombeo en la Cuenca del Salado donadas por el Reino de Holanda. Las Obras en la Cuenca del Salado, con asistencia holandesa. Apartados seleccionados de la Carta Encíclica “LAUDATO SI” (papa Francisco). La huella del agua. La huella del futuro (Follos Priego).