La incorporación de la colza en los sistemas de producción del país presenta numerosas ventajas para el productor y para la industria.
Introducción:
La colza es una especie oleaginosa perteneciente a la familia de las crucíferas. Figura entre los primeros cultivos aprovechados por el hombre. Hay evidencias de su uso en la India varios siglos antes de Cristo pasando a China y Japón en el comienzo de la era cristiana. Más tarde se cultivó en Europa debido a su capacidad para crecer y desarrollar con bajas temperaturas, lo que hace una de las pocas especies oleaginosas aptas para zonas templadas y frías.
El cultivo de la colza se conoce en nuestro país desde el año 1940. Los primeros trabajos de investigación comenzaron en la década del 70, en esa época la Chacra Experimental de Barrow y algunas universidades impulsaron su labranza. Debido a los problemas de comercialización, su explotación no tuvo el desarrollo que alcanzó en otros países y se descontinuaron los programas.
Actualmente, los distintos componentes de la cadena productiva y comercial retoman los trabajos en el cultivo de la oleaginosa y trabajan en su desarrollo tratando de abastecer las diferentes demandas, incentivando que el mercado se dinamice y mejore.
Importancia del cultivo en el sistema de producción argentino.
La incorporación de la colza en los sistemas de producción del país presenta numerosas ventajas para el productor y para la industria:
- A diferencia de la mayoría de los cultivos oleaginosos que se producen en época estival, la colza, por su siclo invierno/primavera, accede al mercado en un momento del año propicio por la demanda de la industria y sin sobreponerse con las otras oleaginosas.
- En las zonas que poseen una rotación restringida a cereales de invierno , le brinda al productor la posibilidad de incorporar un cultivo que contribuye a la diversificación, mejorando el control de malezas y la presencia de enfermedades.
- Mejora la estructura del suelo y le manejo del agua en el perfil debido al efecto de su raíz pivotante.
- Abarata costos para el tratamiento de malezas, por ejemplo , problemas con gramíneas.
- Permite una utilización más eficiente de la maquinaria, dado que la siembra y la cosecha se realizan en momentos diferentes al de los cereales.
- Permite una cosecha anticipada que favorece la realización de cultivos de segunda en una fecha más temprana.
- Contribuye a dispersar riesgos agroeconómicos y permite disponer de ingresos ante que los cereales.
- La Argentina puede participar en el mercado internacional aportando volúmenes de producción en contra estación con el hemisferio norte, donde se encuentra los principales productores de la oleaginosa.
- Permite a la industria la producción de aceite de alta calidad, demandando por los mercados más exigentes, además, se ocupan las plantas procesadoras en un momento en que están ociosas dado que la base de la industria aceitera argentina está dada por soja y girasol.
- El interés mundial creciente por los biocombustibles permitirá posicionarnos como un productor mundial importante de aceite de colza, con posibilidades de abastecer a los países productores de este tipo de energía.

Situación actual
Los distintos componentes de la cadena productiva y comercial continúan con los trabajos tendientes a lograr un desarrollo sostenido del cultivo. El instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) trabaja en proyectos nacionales orientados al mejoramiento y manejo del cultivo en diferentes ambientes ecológicos. Se ha creado una red de evaluación de cultivares que cubre una amplia zona del país con características diferentes en cuanto a clima y suelo. Las universidades realizan trabajos de investigación relacionados al comportamiento fisiológico del cultivo bajo las condiciones de producción argentinas.
Varios criaderos de semillas realizan la introducción de materiales de los principales países productores con el fin de ampliar el espectro varietal con que se cuenta. En la faz comercial hay nuevos compradores que hacen el procesamiento del grano para abastecer las diferentes demandas, esto permite que el mercado se dinamice y mejore.
Los rendimientos logrados son similares a los obtenidos por los principales países productores y la calidad del aceite es acorde a lo que solicitan los mercados mundiales más exigentes.
Los relevamientos realizados por la Chacra Experimental de Barrow muestran un crecimiento en la superficie dedicada al cultivo, llegando a un máximo de 80.000 has en la campaña pasada.
La principal zona productora está ubicada en el sudeste de la provincia de Buenos Aires y este de La Pampa. Se están incorporando otras regiones ubicadas en el norte de la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos. Hay experiencias promisorias en áreas de riego de Mendoza y Santiago del Estero.
Limitaciones tecnológicas
Existen en el contexto actual dificultades y limitaciones de orden tecnológico. En relevamientos realizados en una amplia zona productora se obtuvieron rendimientos promedios de 1.484 Kg/ha con un valor máximo de 2.680kgha.la mitad de la superficie relevada superaba al rendimiento promedio en un 26 % o sea que se obtuvieron rendimientos por encima de los 1.800 kg/ha.
La mayoría de los problemas detectados estaban ligados a la implantación del cultivo. Siguiéndole en importancia la nutrición y la sanidad. Se debe ajustar y mejorar la tecnología disponible para progresar en la producción, apuntando a las distintas áreas actuales y zonas potenciales.
Además, resulta imprescindible continuar con la transferencia de información mediante actividades de difusión y capacitación para técnicos y productores, tareas que complementan las propuestas comerciales.
Conclusiones
La Argentina presenta ventajas competitivas, tales como: condiciones climáticas y edáficas, que permiten la producción de colza de muy buena calidad, en condiciones de abastecer a los mercados más exigentes. El país cuenta con una industria aceitera desarrollada que puede procesar colza sin competir con las producciones de girasol y soja.
La perspectiva es que el cultivo crecerá en superficie y en producción. La estimación se debe fundamentalmente a la preferencia del productor, que encuentra en la colza una excelente opción para diversificar sus rotaciones y mejorar su rentabilidad y a la actividad de investigación y experimentación que se realiza para corregir las limitaciones tecnológicas que aún se presentan.
Dado que Argentina es uno de los principales países exportadores de aceites vegetales, y la colza la segunda oleaginosa en importancia, sería relevante que el país participe con continuidad de este mercado.