La aparición de esta maleza en los sistemas agrícolas del sudeste bonaerense, sin lugar a dudas plantea un nuevo desafío en el manejo. Debido a que la misma posee atributos biológicos que la convierten en una maleza muy agresiva, es indispensable plantear un manejo proactivo basado en prácticas integrales que contemplen la combinación de varios factores.
En Argentina se han mencionado 27 especies de Amaranthus, de las cuales 9 son consideradas malezas de cultivos, la mayor parte de ellas nativas de nuestro país. Amaranthus palmeri pertenece a la familia de las Amarantáceas y es conocida vulgarmente como “bledo” o “yuyo colorado gigante”, por su similitud con los denominados “yuyo colorado” de la zona (Amaranthus hybridus ssp. hybridus =A. quitensis). Dicha especie tiene su centro de origen en la zona desértica del centro-sur de EEUU y norte de México, siendo una de las malezas más problemáticas en EEUU, manifestando resistencia a varios modos de acción de herbicidas.
Su primer cita en Argentina fue en 1984 en la Provincia de La Pampa, siendo hallada en cultivos de especies forrajeras cuya semilla había sido importada de EEUU. Posteriormente, no volvió a ser citada dentro de la flora adventicia, quizás porque no logró establecerse con éxito. Sin embargo, la mayor difusión en el país se da a partir de los años 2010/11 cuando se detecta en el sudeste de Córdoba, desde donde se presume se difundió hacia San Luis en el año 2012. Actualmente se encuentra presente además en las provincias de Santa Fe, Tucumán, Chaco y Salta, lo que permite citarla como una maleza establecida y problemática dentro de nuestra flora adventicia.
En el sudeste bonaerense fue detectada en marzo de 2016, en la localidad de Lobería, en cultivos de soja y maíz, y en alta densidad en el borde de los alambrados. Se presume que la misma llegó a la zona desde la provincia de Córdoba por medio de máquinas cosechadoras en la campaña anterior. Debido a la agresividad de esta maleza y las grandes pérdidas que puede provocar en la zona, queremos difundir algunos aspectos para su identificación, así como de su biología y manejo.
Amaranthus palmeri es una especie de ciclo anual, erecta de 0,6-1,5 hasta 3 m de altura, tallos estriados verde rojizos, hojas simples, alternas con presencia de un mucrón (espina fina) en el ápice, y nervaduras prominentes en el envés. Los pecíolos de hasta 15 cm longitud, suelen ser mayores que la longitud de la lámina, carácter que suele mencionarse equívocamente como característico para su determinación, pero que suele hallarse también en los “yuyos colorados” nativos. Posee un sistema radical muy profundo, que le permite explorar una gran superficie. Las flores se disponen en inflorescencias terminales alargadas (10-40 cm longitud), y a diferencia de las demás especies del género presentes en Argentina, es una especie dioica, lo cual implica que encontremos plantas que presentan únicamente flores femeninas mientras que otras plantas poseen flores masculinas (Figura 1). Dicha característica permite diferenciarla fácilmente en estadios avanzados de las demás especies presentes en el país. La flor femenina presenta estructuras espinosas que pinchan al tacto, mientras que la flor masculina es suave y desprende abundante cantidad de polen. Otra característica distintiva es que hay plantas que producen semillas (femeninas) y plantas que no las poseen (masculinas), a diferencia de las especies locales en las cuales todos los individuos producen semillas.
Figura 1: Amaranthus palmeri. Arriba.: Inflorescencia femenina (espinosa al tacto), Abajo.: Inflorescencia masculina (no espinescente).
La producción de semillas es muy abundante; una planta puede producir 200.000 - 600.000 semillas, muy pequeñas de forma lenticular, de 1 a 1,3 mm de diámetro y color castaño-rojizo brillantes (Figura 2). Las mismas poseen requerimientos de luz para germinar por lo cual la siembra directa las favorece, ya que además no logran germinar si son enterradas a profundidades superiores a los 2,5 cm.
Germinan con temperaturas superiores a 18°C, alcanzando su máxima tasa de germinación con temperaturas fluctuantes de 32/38°C con lo cual puede germinar durante un período muy amplio. En La provincia de San Luis se registraron los nacimientos durante tres campañas (2013-2014- 2015), observando la mayor parte de los mismos durante los meses de septiembre y octubre.
Figura 2: Semillas de Amaranthus palmeri. - Figura 3: Amaranthus palmeri. Detalle inflorescencia femenina (izquierda) y masculina (derecha)
Es una maleza muy competitiva, que tolera condiciones de sequía y temperaturas elevadas, manteniendo altas tasas de crecimiento aún a temperaturas cercanas a los 40 °C. Su tasa de crecimiento diario es muy importante, llegando a crecer más de 3 cm por día.
Figura 4: Lote de soja con presencia de Amaranthus palmeri en la localidad de Lobería (Provincia de Buenos Aires).
Los individuos detectados en Argentina, aparentemente presentarían resistencia a herbicidas inhibidores de ALS (sulfonilureas, imidazolinonas, triazolpirimidinas), la cual habría sido adquirida en otras latitudes. En tanto, en Estados Unidos se han detectado casos de resistencia múltiple a herbicidas del grupo de Inhibidores de EPSPS (glifosato), Inhibidores de la enzima ALS (imidazolinonas, sulfonilureas), e Inhibidores del fotosistema II (triazinas, ureas sustituidas). Dicha problemática dificulta enormemente el control de esta maleza, incrementando en forma considerable los costos de los tratamientos. Otro de los problemas potenciales de esta especie es que puede hibridarse con otras especies del género Amaranthus con lo cual puede transferir genes de resistencia.
En cuanto a las pérdidas que produce por competencia se han citado reducciones significativas de rendimiento en algodón, soja y maíz, principalmente cuando emerge antes o conjuntamente con el cultivo. Además se ha citado que posee efecto alelopático sobre algunas especies. A nivel internacional, se citan pérdidas de hasta 91% en maíz y 79% soja. En tanto, en el norte de Argentino se han registrado pérdidas de hasta un 23% en cultivos de soja con 1 planta/m2 de A. palmeri durante todo el ciclo del cultivo.
Figura 5: Lote de maíz con presencia de Amaranthus palmeri en la localidad de Lobería (Provincia de Buenos Aires).
Figura 6: Emergencia de Amaranthus palmeri en entresurcos del cultivo de maíz.
La aparición de esta maleza en los sistemas agrícolas del sudeste bonaerense, sin lugar a dudas plantea un nuevo desafío en el manejo de malezas. Debido a que la misma posee atributos biológicos que la convierten en una maleza muy agresiva, como la elevada producción de semillas, su alta tasa de crecimiento y la posible resistencia a herbicidas. En este contexto es indispensable plantear un manejo proactivo basado en prácticas de manejo integrales que contemplen la combinación de varios factores.
Cuando la infestaciones son muy incipientes no se descarta el desmalezado manual, con la posterior quema de las plantas que posean semillas,por lo cual el monitoreo de los lotes es fundamental.
Entre los métodos de control culturales podemos citar la elección del cultivo (ya sea por alternativas químicas o por estación de crecimiento), fecha de siembra, arreglo espacial del cultivo (aumento de la densidad de siembra, acortamiento de la distancia entre hileras), de forma de maximizar la competencia del cultivo frente a la maleza. Debido a que esta especie necesita de luz para germinar es muy importante lograr una rápida cobertura o cierre de surco en los cultivos para disminuir los nacimientos.
Plantas aisladas Borde de alambrado
En cuanto a las labranzas, las alternativas se ven muy acotadas, ya que labranzas verticales no lograrían disminuir la densidad, quedando en la zona muy limitado el uso de arado de rejas que enterraría las semillas a más de 2,5 cm de profundidad. Sin embargo, el descalce de las plantas podría ser una alternativa viable realizando una labranza antes de que empiece aproducir semillas.
Los métodos químicos disponibles más recomendables se basan en el uso de herbicidas residuales en pre siembra y/o preemergencia del cultivo y la maleza, lo cual implica el conocimiento de la biología y flujos de emergencia. Los planteos en pos emergencia son más limitados, sobre todo si el cultivo ya está implantado.
Actualmente, la dispersión de las malezas es principalmente antrópica, en la cual el hombre a través del movimiento de maquinarias, transporte de animales, empleo de semillas de dudosa procedencia, entre otras, contribuye enormemente a su diseminación. En tal sentido, la limpieza de las máquinas cosechadoras es una práctica indispensable, sobre todo cuando las mismas vengan del norte, o hayan estado en lotes con presencia de la maleza. Además, se debe evitar la cosecha de los manchones con presencia de maleza y/o realizarla al final, para evitar que la semilla se transporte dentro del mismo lote o hacia otras zonas.
La problemática generada por la dispersión de A. palmeri trasciende el nivel del lote individual, requiriendo un manejo a nivel regional, debiendo extremar las medidas de prevención para evitar que la diseminación continúe.
Trabajo publicado en Revisa Visión Rural | 30 | Año XXIII • Nº 112