Si se toma en cuenta la conservación de la materia orgánica del suelo, EE.UU. tiene que reducir por la mitad la cantidad de los tallos de maíz que pueden ser cosechados para producir el etanol, según un estudio por los científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS).
La científica del suelo Jane Johnson, en el Laboratorio Norte-Central de Conservación del Suelo mantenido por el ARS en Morris, Minnesota, descubrió que la cantidad de los tallos de maíz que se debe dejar en el campo para mantener los niveles de la materia orgánica en el suelo es dos veces más que la cantidad necesitada para prevenir la erosión del suelo.
Este descubrimiento no significa que cosechar los tallos de maíz para la producción del etanol celulósico no es factible. Pero si significa que cuando se toma en cuenta los problemas de la materia orgánica del suelo y la erosión, la cantidad de los tallos de maíz disponibles para la producción de etanol es reducida.
Por ejemplo, un rendimiento de 213 bushels de maíz por acre deja aproximadamente cuatro toneladas de tallos de maíz después de la cosecha. De este total, los granjeros podrían cosechar aproximadamente dos toneladas de los tallos de maíz por acre para producir el etanol—pero solamente si hay poco riesgo de erosión en la tierra, y poca labranza.
Si los mismos granjeros alternan sus cultivos de maíz con la soya como recomiendan los expertos, ellos pueden cosechar solamente una tonelada de tallos por acre para producir etanol, para compensar por la cantidad reducida de biomasa dejada por la soya.
Las estimaciones de Johnson son parte del Proyecto de la Evaluación de Energía Renovable (REAP por sus siglas en inglés), establecido oficialmente en 2006 , aunque ella y un grupo de coinvestigadores han calculado estas medidas por varios años.
REAP fue establecido para asegurar que los programas de la producción del etanol celulósica sean sostenibles. La mayoría de los participantes trabajan con maíz, pero otros investigan el switchgrass para la producción del etanol celulósico. Cuando el etanol celulósico es producido del maíz, se usa los tallos de maíz así como el grano.
Hay nueve instalaciones del ARS que participan en REAP en ocho estados, desde Alabama hasta Indiana y Oregon.
El nuevo programa también intenta comparar el valor económico de biomasa para la producción de bioenergía con su valor como una herramienta para almacenar el carbono atmosférico en el suelo. REAP proveerá pautas sobre cosechar la biomasa a los granjeros, gerentes de tierra, el sector de la biomasa, y las agencias reguladoras.
Johnson también exploró el uso de un bioproducto de la fermentación de etanol como un aditivo orgánico a los suelos. Esto es un ejemplo de las innovaciones necesitadas para apoyar la utilización del residuo en vez de dejarlo en los campos.