Maíz | Pérdidas | Tolerancias para 8000 kg/h | ||
Kg/ha | % del rendimiento | Kg/ha | % del rendimiento | |
Precosecha | 54 | 0.67 | 0 | 0 |
Cosecha | 196 | 2.45 | 156 | 1.95% |
Total de Pérdidas | 250 | 3.12 | 156 | 1.95% |
Cosechadora | 196 kg/ha | Tolerancias para 8000 kg/h | ||
Kg/ha | % (***) | Kg/ha | % (***) | |
Cabezal | 141 | 72% | 109 | 70 |
Cola | 55 | 28% | 47 | 30 |
Cabezal | Pérdida | |
Tipo de pérdida | Kg/ha | % (****) |
Desgrane de espigas | 115 | 82% |
Espigas voleadas o no captadas | 26 | 18% |
Los cabezales de nueva generación desarrollados en Argentina están tecnológicamente preparados para trabajar con alta capacidad de trabajo y una alta eficiencia de recolección, equiparando a los mejores del mundo.
La tabla 3 da una idea clara de donde se producen las pérdidas en estos nuevos cabezales, dado que del 100% de las pérdidas por cabezal, el 82% es por desgrane de espigas y ello se debe a una mala regulación de las chapas espigadoras o bien a un cultivo de plantas y espigas muy desuniformes en su tamaño, cosechado con un cabezal sin kit de chapas espigadoras regulables desde la cabina del operador, o bien, un operario desmotivado para realizar las regulaciones convenientes.
En resumen: para disminuir pérdidas durante la cosecha de maíz, el cultivo debe presentar uniformidad de diámetro de tallo y espiga, tener una caña sin daño de insectos y enfermedades, ausencia de vuelco, y en lo posible, una uniforme maduración. Esto último afecta más a la calidad de trilla, y por ende, a la calidad de grano entregado a la tolva de la cosechadora.
Todos estos factores, tienen que ver con la genética y el manejo del cultivo principalmente en la implantación donde es imprescindible disponer de una sembradora bien equipada y regulada; por lo tanto, en este informe se profundizarán los aspectos de manejo que condicionan la eficiente implantación (emergencia temporal y espacial uniforme).
Una vez maduro el cultivo, y con la cosechadora en el lote, la tarea de lograr trabajar por debajo de las tolerancias de pérdidas, es sencilla, si se cuenta con un buen cultivo, un buen cabezal y un excelente operario concientizado y capacitado para poner a punto del cultivo las regulaciones de altura del cabezal, posicionamiento de los puntones alzadores, velocidad del cabezal y su coordinación con la de avance de la cosechadora, apertura de las chapas cubre rolo (chapas espigadoras), etc.
También se deberá adoptar la velocidad de trilla y apertura de cóncavo, de acuerdo al diámetro de espiga y al grado de susceptibilidad al daño mecánico (genética y humedad de grano); en una máquina convencional queda limpiar y acondicionar los sacapajas, regular la apertura del zarandón y zaranda, como también, la velocidad del viento a las condiciones del cultivo, rendimiento, humedad, cantidad de material no grano y peso específico del grano.
Todo eso se debe conocer y regular en una cosechadora para acondicionar la regulación a la situación particular del lote.
El productor debe estar consciente que el buen equipamiento de la cosecha y el cabezal, la capacitación del operario y el tiempo invertido en regular y evaluar pérdidas, reduce las mismas significativamente. Los kg/ha recuperados por eficiencia de cosecha deben ser repartidos equitativamente entre el dueño del cultivo y el dueño de la cosechadora, al menos, cuando se trabaja por debajo de la tolerancia de pérdidas propuestas por el INTA PRECOP.
Análisis del Mercado de Cabezales Maiceros
Como negativo, el mercado ofrece un área de siembra con lenta recuperación. En la campaña 2006/2007 se sembraron 3,5 millones de ha, un incremento de 9,7% respecto a la anterior campaña que, como se sabe, fue muy baja. El sistema productivo argentino, para ser sustentable (estabilidad de la Materia Orgánica) necesita al menos un área de siembra de 5 millones de hectáreas.
Como positivo para la venta de cabezales se puede mencionar:
El aumento significativo del precio del maíz, transforma al cultivo en uno de los más rentables de la campaña 2006/2007, lo cual, motiva a invertir en tecnología y equipamiento; también puede ser positivo para la venta de cosechadoras, cabezales y tractores. El hecho de que los rendimientos esperados para el maíz puedan constituirse en récord histórico, superando los 7.500 kg/ha en promedio debido al buen paquete tecnológico aplicado y a las buenas condiciones climáticas reinantes en el ciclo del cultivo, inducen a estar preparado con equipamiento acorde a los altos rendimientos.
ALTOS RENDIMIENTOS + BUENOS PRECIOS = ALTA RENTABILIDAD = INVERSIONES.
Por todos los aspectos positivos antes mencionados se considera que en el año 2007 el mercado de cabezales será un 21% superior a la campaña pasada (2006), alcanzando una cifra de 850 cabezales, los cuales, serán más anchos y tecnológicamente más equipados, elevando el valor unitario promedio en un 20% respecto al promedio de los años anteriores.
La pregunta es: ¿será posible lograr en 3 años la reducción de pérdidas en cosecha de maíz, que el PRECOP propone en el 2007? Sí, es posible, porque el parque de cosechadoras mejoró en cantidad y calidad, y la información de cómo hacerlo está disponible; además Argentina posee productores y contratistas de cosechadoras muy bien preparados para lograrlo. Además el cultivo de maíz junto al de soja, es el que mayor carga tecnológica posee en Argentina.
La eficiencia de cosecha de maíz en los últimos 4 años, pasó de un nivel de pérdidas promedio de 385 kg/ha a valores promedios en la última campaña de 250 kg/ha; estos 135 kg/ha más de rendimiento por mayor eficiencia de cosecha se debieron a varios factores, ente ellos, el avance genético de los maíces BT, que ofrecen un cultivo muy apto para la cosecha, las mejoras tecnológicas de los nuevos cabezales maiceros, las mejoras de las cosechadoras en cantidad y calidad (aspecto clave), el almacenaje en silo bolsa que facilitó la cosecha con algunos puntos más de humedad, la mayor cantidad de plantas de silos a nivel de chacra, con aireadores y secadoras, y también es pertinente aclarar la eficiente tarea realizada por los técnicos del Proyecto Eficiencia de Cosecha y Postcosecha del INTA durante los últimos 4 años, brindando información y capacitación, motivando inversiones de alta rentabilidad, a todos los niveles de la cadena de producción del maíz.
Pero el verdadero protagonista fue y será el productor agropecuario, que una vez logrado el proceso de concientización invirtió en capacitación y en equipos de alta tecnología, y una vez en el campo, supo aprovechar sus conocimientos, regulando máquinas y evaluando pérdidas hasta lograr la eficiencia de cosecha esperada.
Es también importante señalar que en los últimos 4 años, el parque de cosechadoras creció en cantidad y calidad, y que hoy las cosechadoras esperan que el maíz madure y no el maíz maduro esperan a la cosechadora, como era común que ocurriera 5 años atrás, donde una vez deteriorado el cultivo, ingresaba al lote la cosechadora, con un productor desesperado y un contratista apurado y sobredemandado, repitiéndose el escenario de cosechar lo que quedaba como se podía; hoy la realidad es otra y por eso el INTA, bajó los niveles de tolerancia de pérdidas para acercarnos de a poco a los valores de eficiencia de los países desarrollados.
Argentina en los últimos 4 años de fuerte crecimiento en la eficiencia de cosecha de maíz, acortó mucho la brecha en relación a países desarrollados, pero falta mucho camino por recorrer, cosas por aprender y aplicar.
Aclaración: El parque de cosechadoras al inicio del 2002, presentaba una oferta de 18.000 cosechadoras, con un envejecimiento promedio de 11,5 años; luego de 4 años de excelentes ventas de cosechadoras, el mercado creció en la oferta en un 24%, y hoy ofrece 22.350 cosechadoras, con un envejecimiento promedio de 8,57 años, o sea, que en 4 años el mercado de oferta de cosechadoras, se amplió un 24% y se rejuveneció en un 25%.
Por todo lo expuesto, se considera que el desafío planteado por el INTA PRECOP para los próximos 3 años de bajar 50 kg/ha los actuales niveles de pérdidas en cosecha de maíz, es factible lograrlo.
El proyecto INTA PRECOP trabaja junto al productor, al contratista, al industrial. El desafío está planteado y debemos hacerlo en poco tiempo. El dinero y el tiempo invertido en capacitación y regulación (costo cero) tendrá sólo en maíz, un premio de 20 millones de dólares, con los cuales, se podrían adquirir nada menos que 133 cosechadoras de tamaño medio por año.
Tendencias tecnológicas de un cabezal maicero actualizado
1. Puntones y capos de perfil bajo y agudo, de fácil regulación, con sistema de plegado sencillo y de rápida remoción. Material de construcción liviano, preferentemente de plástico con diseño reforzado, capaz de penetrar debajo de plantas caídas, levantarlas y entregarlas individualmente erecta a los rolos de tracción.
2. Bastidor con un diseño de ángulo de trabajo tal que permita a los baldes de la cadena rozar el suelo en su punto más bajo.
3. Cadenas recolectoras con gran amplitud de ingreso de plantas y cucharas concéntricas de fácil regulación tanto en la velocidad como en la tensión.
4. Rolos espigadores o de tracción de perfil cuadrado, pentagonal o hexagonal de diseño tronco-cónico, con chapas plegadas de fácil recambio (Figura 3), o bien, rolos de bordes cortantes, que realicen un quebrado del tallo sin llegar a cortarlo volviéndolo mas frágil. Estos rolos son convenientes en la recolección de maíces con alta humedad como lo hace el productor en E.E.U.U.
5. Placas espigadoras con diseño que eviten el desgaste y el corte de plantas y además dispongan de fácil regulación mecánica, preferentemente hidráulica o eléctrica desde la cabina del operador, con un indicador de referencia ubicado en un lugar visible para el conductor (Figura 3).
Figura 3a: Corte de un modulo del cabezal maicero con el kit de regulación eléctrica o hidráulica de las placas espigadoras o cubre rolos, desde la cabina "en tiempo real", esto permite adaptar el cabezal a las diferentes situaciones del cultivo y evitar pérdidas importantes.
6. Placas gramilleras de fácil regulación y resistente al desgaste.
7. Válvulas de retención de espigas de goma, de buen diseño y fácil recambio.
8. Sinfín con gran altura de alas para espigas de gran tamaño, paso amplio y bajo régimen de giro. Alabes entrecruzados en su parte central para una mejor alimentación central de cilindro trillador. Palas entregadoras centrales con diseño tangencial para evitar el voleo de espigas. Zafes del sinfín de alta sensibilidad y duración; bancadas de giro del sinfín en la parte media de los cabezales de más de 13 hileras.
9. Pantalla de alambre reforzada ubicada sobre el embocador para evitar el voleo de espigas por parte del sinfín (Figura 3b).
Figura 3b: Detalle de una pantalla de alambre reforzada, ubicada sobre el embocador: una mayor visión del operario respecto alas de chapa ciega.
10. Puntones laterales de diseño agudo, de perfil suave y alto, con su parte superior ancha para guiar a las plantas sin provocar el desprendimiento de espigas.
11. Cabezales livianos, con facilidad de adaptación a las diferentes distancias entre hileras de 52.5 a 70 cm.
12. Cajas de mandos construidas de material liviano y equipadas con zafes individuales por hilera (cuerpo), con alta sensibilidad y duración.
13. Facilidad de adaptabilidad de la velocidad de giro del cabezal para diferentes estados del cultivo y cosechadoras; en un futuro cercano, las cosechadoras tendrán como equipo estándar regulación de la velocidad del cabezal coordinado automáticamente con la de avance de la cosechadora (Figura 5).
14. Equipamiento de seguridad completo, en lo posible bajo normalización IRAM, protección de todos los órganos en movimiento, calcomanías de alerta y de regulaciones elementales, detalles instructivos de funcionamiento y operación para mayor regularidad.
15. Diseño del cabezal con adaptabilidad sencilla a los cambios de distanciamiento entre hileras.
16. Manual de mantenimiento y funcionamiento correcto, con regulaciones básicas de acuerdo al estado del cultivo.
17. Buena asistencia mecánica y servicio de atención al cliente con disponibilidad de repuestos en todo el país.
Figura 4: Buena regulación de la coordinación de velocidad de avance con el régimen de giro de los rolos espigadores: A) Comienzo de trabajo de los rolos espigadores, B) Espigado en las 3/5 partes del recorrido de los rolos espigadores, C) Fin del trabajo de los rolos espigadores y transporte de la espiga por las cadenas recolectoras al sinfín.
El correlacionamiento de la velocidad del cabezal con la velocidad de avance de la cosechadora representa uno de los factores de pérdida de la cosechadora (cabezal y cola) muy importante.
Como se puede ver en la figura 3, una buena regulación queda evidenciada en el esquema B, donde en la 3/5 parte del recorrido de los rolos espigadores se produce el espigado; si la velocidad de la cosechadora supera a la de los rolos, el cabezal no termina de bajar la planta y la cosechadora pierde por cola al ingresar más plantas de lo conveniente al sistema de trilla, separación y limpieza.