Introducción
La problemática del achaparramiento del maíz se restringió al norte de Argentina hasta el año 2022, región en donde la chicharrita transmisora presenta al menos cinco generaciones en el año (Virla, 2024). La sintomatología característica y los patógenos asociados ya habían sido detectados en la región central del país con anterioridad, pero en incidencias bajas que no alarmaron a productores ni a investigadores (Giménez Pecci y otros, 2012).
El síndrome de achaparramiento en maíz es causado por patógenos transmitidos a la planta cuando Dalbulus maidis se alimenta de ésta. Estos se reproducen en los haces vasculares impidiendo la normal traslocación de fotosintatos y generan desordenes fisiológicos que se traducen en mermas de rendimiento (Daniels, 1983; Oliveira y otros 2003, Virla, 2004).
Los patógenos asociados son el mollicute Spiroplasma kunkelii, el mollicute Maize bushy stunt phytoplasma y el virus Maize rayado fino virus, que pueden presentarse de forma solitaria o combinada. En la campaña gruesa 2023/24, la chicharrita irrumpió en la zona núcleo maicera en densidades poblacionales elevadas y crecientes durante el verano (Saluso, 2024; Balbi y Flores, 2024) causando daños al cultivo en magnitudes sin precedentes para esta zona de producción.
El objetivo del presente trabajo fue medir la incidencia de sintomatología asociada al síndrome de achaparramiento de maíz en siembras tardías en la región núcleo maicera y su impacto en el rendimiento del cultivo, durante la campaña caracterizada por el incremento inusitado de la chicharrita transmisora.
Metodología
Los experimentos se localizaron dentro de la estación experimental Marcos Juárez del INTA, situada al sudeste de la provincia de Córdoba, sobre un lote con rastrojo de soja (32°43’23’’ S; 65°05’55’’ O, suelo argiudol típico clase 1). Cada fecha de siembra constituyó un experimento, los cuales se ubicaron de manera paralela (con orientación N – S) a lo largo del lote. El diseño experimental fue en bloques completos al azar con tres repeticiones. Cada parcela contó con un tamaño de 300 m2. Se utilizaron tres híbridos de maíz:
✓ DK 69-62 VT3P
✓ NS 7621 VIPTERA 3
✓ RFG 22
los cuales se sembraron en tres fechas de siembra:
✓ 04/12/2023
✓ 21/12/2023
✓ 05/01/2024
La densidad de siembra fue de 80.000 plantas/ha, la distancia entre surco de 0,52 cm y la fertilización se realizó entre V4 y V6 con 150 kg de urea esparcida al voleo. En las fechas 21/12/2023 y 5/01/2024 se realizó control químico de oruga cogollera con 100 cc/ha de Clorantraniliprole, encontrándose las parcelas en V6 y V4, respectivamente. Se realizaron tres pulverizaciones para el control de malezas en los momentos y con los activos detallados a continuación: 30/11/2023: 3 l/ha de paraquat, 1 l/ha de 2-4 D, 150 cc/ha de flumioxazin; 21/12/2023: 3,5 l/ha de glifosato y 1 l/ha 2-4 D (en las parcelas con FS 21/12/23 y 5/1/2024); 8/01/2024 3,5 l/ha de glifosato y 1 l/ha de 2-4 D (en las parcelas con FS 5/1/2024).
La sintomatología asociada al achaparramiento del maíz se registró cuando cada una de las parcelas alcanzó el estadio fenológico de grano pastoso (R4), ya que a partir de ese estadio los síntomas se revelan con mayor determinación. Se constató por planta la presencia o ausencia de las siguientes características: altura inferior a la media, bordes de hojas enrojecidos, producción de múltiple mazorca, amarillamiento de hojas superiores, estriado, muerte prematura y presencia de rayado fino en hoja, en tres estaciones al azar de cinco plantas contiguas dentro de cada parcela, evitando los 1,5 metros perimetrales.
Se determinó el rendimiento en grano a partir de la cosecha manual al azar de 20 espigas en cada parcela, se contabilizó el número de granos de cada una de ellas, se trillaron en una desgranadora estática y se obtuvo el peso de 1000 granos. Posteriormente se realizó la cosecha mecánica con cosechadora experimental de dos surcos en una superficie de 30 m2 por parcela. En ambos casos se estimó el rendimiento ajustado por humedad de cosecha (14,5 %). Los datos de rendimiento, número de granos por espiga y peso de 1000 granos fueron sometidos a análisis de la variancia y las medias comparadas mediante el test LSD Fisher al 5% de significancia.
Resultados
Todas las parcelas presentaron sintomatología asociada al síndrome de achaparramiento de maíz, pero la proporción de plantas afectadas varió entre híbridos y entre fechas de siembra. Las parcelas sembradas el 4/12/23 tuvieron como máximo un 20 % de plantas con manifestación del síndrome, y la mayor proporción de la sintomatología se correspondió con plantas de menor altura y plantas con bordes de hojas enrojecidas (Fig.1).
Figura 1. Sintomatología asociada al síndrome de achaparramiento en parcelas sembradas el 4/12/2023. Las barras verticales indican la proporción de plantas en las que se registró al menos un síntoma. Las barras horizontales indican la proporción de plantas con los siguientes síntomas: 1 altura inferior a la media, 2 bordes de hojas enrojecidos, 3 múltiple floración, 4 amarillamiento en hojas superiores, 5 estriado, 6 muerte prematura.
En las parcelas sembradas el 21/12/23, la proporción de plantas con síntomas varió entre 31 y 76%. En dos de los híbridos la sintomatología encontrada fue similar a la fecha de siembra anterior, con plantas de menor altura y bordes enrojecidos. Sin embargo, el tercer híbrido presentó indicios de muerte prematura en el 52% de las plantas (Fig. 2).
Figura 2. Sintomatología asociada al síndrome de achaparramiento en parcelas sembradas el 21/12/2023. Las barras verticales indican la proporción de plantas en las que se registró al menos un síntoma. Las barras horizontales indican la proporción de plantas con los siguientes síntomas: 1 altura inferior a la media, 2 bordes de hojas enrojecidos, 3 múltiple floración, 4 amarillamiento en hojas superiores, 5 estriado, 6 muerte prematura.
Las parcelas sembradas el 5/1/2024 presentaron alguna sintomatología asociada al síndrome de achaparramiento en el 100% de las plantas evaluadas, independientemente del híbrido. Sin embargo, la expresión de los síntomas varió entre los materiales, encontrándose resultados contrastantes como más del 80% y menos del 10% de plantas con muerte prematura. La sintomatología más frecuente continuó siendo la presencia de bordes de las hojas enrojecidos (Fig. 3). La presencia de rayado fino en hoja se evidenció en las fechas de siembra 21/12/2023 y 5/01/2023, pero no se detectaron diferencias entre híbridos en cuanto a lo observacional.
Figura 3. Sintomatología asociada al síndrome de achaparramiento en parcelas sembradas el 5/1/2024. Las barras verticales indican la proporción de plantas en las que se registró al menos un síntoma. Las barras horizontales indican la proporción de plantas con los siguientes síntomas: 1 altura inferior a la media, 2 bordes de hojas enrojecidos, 3 múltiple floración, 4 amarillamiento en hojas superiores, 5 estriado, 6 muerte prematura.
El análisis estadístico de los componentes de rendimiento arrojó diferencias estadísticas significativas en el número (p-valor < 0,0001) y peso de 1000 granos (p-valor < 0,0001) considerando los valores promedio de los tres materiales en las diferentes fechas de siembra evaluadas (Tabla 1).
Tabla 1. Número de granos y peso de mil granos promedio según fecha de siembra. Letras diferentes indican variación estadística significativa. Test LSD Fisher al 5% de significancia.
Al analizar este componente por híbrido, el mismo varió significativamente entre las fechas de siembra para todos los híbridos, pero la respuesta no fue equivalente, el híbrido RFG 22 obtuvo el mayor número de granos en la fecha se siembra 4/12/2023, el híbrido NS7621 en la siembra realizada el 21/12/2023 y DK 69-62 en la siembra de inicios de enero. (Tabla 2).
Tabla 2. Número de granos promedio por híbrido, según fecha de siembra. Letras diferentes indican variación estadística significativa. Test LSD Fisher al 5% de significancia.
El peso de 1000 granos fue el componente con mayor variación, en la siembra de enero este alcanzó apenas un tercio del obtenido en la siembra realizada aproximadamente un mes antes para el híbrido RFG 22. Para el híbrido NS 7621, el atraso en la fecha de siembra en el mismo periodo produjo una merma del peso del 60%, y en el DK 69-62 el peso de los granos se redujo a la mitad (Tabla 3, imágenes 1 y 2).
Tabla 3. Peso de 1000 granos promedio por híbrido, según fecha de siembra. Letras diferentes indican variación estadística significativa. Test LSD Fisher al 5% de significancia
Imagen 1. Granos cosechados para las distintas fechas de siembra del híbrido RFG22.
Imagen 2. Espigas cosechadas del híbrido RFG 22 para las fechas de siembra 21/12/2023 (izquierda) y 5/01/2024 (derecha).
El rendimiento en grano varió en concordancia con los datos anteriores, siendo en promedio de 10426 kg/ha para la fecha de siembra de inicios de diciembre, de 7693 kg/ha para la fecha de mediados de diciembre y de 5461 kg/ha para las parcelas sembradas a inicios del mes de enero (Figura 4). Los híbridos no presentaron mermas de rendimiento de igual magnitud, siendo los híbridos RFG 22 y NS7621 los de mayor variación porcentual entre las fechas más distantes (-55 y -56%, respectivamente), y el DK 69-62 el de la menor (-32%, Figura 5).
Ahora bien, los datos hasta aquí presentados corresponden a rendimientos estimados a partir de la cosecha manual de espigas, sin considerar pérdidas por cosecha. Cuando las parcelas se cosecharon mecánicamente las mermas se incrementaron en todos los casos, pero fundamentalmente en las parcelas que habían alcanzado los mayores daños en espiga (siembra de enero). La variación entre el rendimiento estimado a partir de la cosecha manual y de la cosecha mecánica para la siembra más retrasada varió entre -59% (híbrido DK 69-62) y -92% (híbrido RFG22, Figura 5).
Figura 4. Rendimiento promedio obtenido para cada fecha de siembra. Letras diferentes indican variación estadísticamente significativa. Test LSD Fisher al 5% de significancia.
Figura 5. Rendimiento promedio (Kg/ha) obtenido por híbrido según fecha de siembra y técnica de cosecha
La diferencia obtenida en el rendimiento estimado a partir de la cosecha manual y mecánica se debió principalmente a la trilla parcial y deficiente de espigas de aspecto corchoso y a la división de las mazorcas por la mitad por acción de la cosechadora (Imágenes 3 y 4). Además, las parcelas del material RFG 22 presentaron el 70% de las plantas volcadas, lo que contribuyó a la cosecha deficiente por parte de la cosechadora (Imagen 5). Los otros materiales no presentaron este comportamiento.
Imagen 3. Espiga parcialmente desgranada por la cosechadora mecánica
Imagen 4. Mazorca dividida, trozada por acción de la cosechadora
Imagen 5. Vuelco de plantas en una parcela de siembra de enero del material RFG 22.
Consideraciones y conclusiones
La fecha de siembra del cultivo de maíz fue una herramienta de manejo clave para evitar daños producidos por la chicharrita del maíz Dalbulus maidis en la región núcleo maicera durante la campaña 2023/24. Cuanto más se retrasó la misma, el cultivo expresó síntomas de achaparramiento más severos, como, por ejemplo, la muerte prematura de las plantas, que impidió el correcto llenado de los granos. A pesar de que en el presente trabajo no se evaluó un gran número de híbridos, los resultados revelan que la genética del híbrido influye significativamente en la respuesta a las enfermedades y esta condiciona su respuesta en rendimiento, ya que la merma fue variable, incluso cuando todos los híbridos alcanzaron el 100% de plantas infectadas.