Introducción
El Nitrógeno (N) es el elemento que presenta mayor demanda por parte del cultivo de soja (Tabla 1). El rendimiento de esta especie se relaciona de manera positiva con la absorción de N por la planta. Como sucede con otras especies de la familia de las Leguminosas, la soja cubre sus requerimientos de N a través de la fijación simbiótica del nitrógeno (FBN) atmosférico, de la absorción del N inorgánico del suelo y, eventualmente, del aportado mediante fertilizantes. Si bien durante las primeras etapas del ciclo de cultivo el N proveniente del suelo es la principal vía de abastecimiento, poco tiempo después la FBN se convierte en la mayor fuente de provisión al sistema, motivo por el cual este proceso debe ser optimizado. Con este fin, en los últimos años han surgido nuevas formulaciones e inoculantes que requieren ser evaluados.
La demanda de N y con ello el proceso de FB son estimulados por cultivos con elevadas tasas de fotosíntesis y crecimiento. La fertilización fosforada, al incrementar el crecimiento temprano de la planta y formar parte de la activación y transferencia de energía favorece el proceso de FBN. El control de enfermedades permite a su vez mantener el área foliar activa sosteniendo la fotosíntesis, el flujo de carbohidratos hacia los nódulos y la reducción y asimilación en aminoácidos del N fijado.
Tabla 1:Requerimientos nutricionales de la soja, índice de cosecha y demanda total para un nivel de rendimiento determinado, en comparación con otras especies cultivadas. Adaptado de Ciampitti y García, 2007).
* Requerimientos nutricionales expresados sobre base seca (0% de humedad). Para el cálculo de los requerimientos totales se definió un rendimiento arbitrario, considerado alto y deseable.
Los objetivos de este trabajo fueron 1) Comparar el efecto sobre la nodulación y el rendimiento de inoculantes comerciales y experimentales, a través de la combinación de formulaciones y la presencia o no de inductores de la nodulación (LQO) y 2) Estudiar la interacción con otras prácticas de cultivo como la fertilización fósforo-azufrada y el uso de fungicidas foliares. Hipotetizamos que nuevas formulaciones y mejores prácticas de agronómicas tienen la capacidad para optimizar la nodulación y el rendimiento del cultivo, en comparación con las prácticas tradicionales.
Materiales y métodos:
El ensayo se implantó en la localidad de Pergamino, sobre un suelo Serie Pergamino 1, fase ligeramente erosionada, el día 12 de noviembre de 2009 en SD. El sitio experimental registra una rotación agrícola continua con varios cultivos de soja en la secuencia. La variedad sembrada fue Nidera A 4613 RG, en hileras espaciadas a 32 cm. El diseño del ensayo fue en bloques completos al azar con cuatro repeticiones. Se evaluaron tratamientos de semilla, en combinación con diferentes prácticas de fertilización y control de enfermedades, las cuales fueron diferentes en cada repetición: Bloque 1: Sin fertilizante ni fungicida (Testigo), Bloque 2: Fertilizado con 160 kg ha-1 fertilizante (0-14,5-0-S6) (PS160), Bloque 3: PS160 + Fungicida foliar Opera 500 mlha-1 y Bloque 4: Opera 500 ml ha-1. Los tratamientos evaluados se detallan en la Tabla 2.
Tabla 2: Tratamientos evaluados en el ensayo. Inoculación, fertilización y uso de fungicidas en Soja. Pergamino, campaña 2009/10
Al momento de la siembra se tomaron muestras de suelo y sobre las mismas se realizó un análisis químico, cuyos resultados se detallan en la Tabla 3.
Tabla 3:Análisis de suelo a la siembra del ensayo.
Se recontaron plantas, y en el estado V3 se realizó una evaluación de infectividad, considerando infectivas aquellas plantas con más de tres nódulos activos y morfológicamente normales. En R4 se cuantificó el número de nódulos efectivos (Nº) y el peso seco (PS) de los nódulos en raíz principal (RP) y secundaria (RS), sobre cinco plantas de cada parcela. Posteriormente se pesaron sus raíces y se determinó la nodulación específica (PSE), como peso seco de nódulo por unidad de peso de raíz. En el mismo estado, se realizó una estimación indirecta del contenido de N por medio del medidor de clorofila Minolta Spad 502, el cual determina la intensidad de verde mediante una lectura adimensional no destructiva. A cosecha se midió la materia seca acumulada en planta entera. La recolección se realizó con una cosechadora experimental automotriz. Sobre una muestra de grano se determinaron los componentes del rendimiento, número (NG) y peso (PG) de los granos.
Condiciones ambientales en el sitio experimental
En la Figura 1 se presentan las precipitaciones determinadas en el sitio experimental y la evapotranspiración del cultivo, así como el balance hídrico decádico. Las condiciones ambientales fueron óptimas, siendo lo más destacado las abundantes lluvias que alcanzaron a 922 mm durante la estación de crecimiento. No se registró déficit hídrico en ninguna etapa del ciclo y, a pesar de algunos excesos puntuales, no se alcanzaron condiciones de encharcamiento ni dificultades en el drenaje de los suelos.

Figura 1:Balance hídrico, evapotranspiración y precipitaciones decádicas acumuladas (mm) en el sitio experimental. Pergamino, Bs As, campaña 2009/10. Precipitaciones totales durante el ciclo 922 mm.
Resultados y discusión
No se observaron diferencias en la emergencia de plantas. Todos los tratamientos presentaron infectividad plena en V3 (Tabla 4), aun los testigos, evidenciando una alta población bacteriana naturalizada en el lote. El crecimiento de las plantas, caracterizado por el índice de vigor, y los valores de Indice verde por Spad, con variantes entre repeticiones, siempre alcanzaron el máximo valor en tratamientos inoculados, siendo superiores a la vez en las repeticiones que fueron fertilizadas con PS (Tabla 4).
En la Tabla 5 se describen variables relacionadas con la nodulación, destacándose los tres mejores tratamientos para cada variable. Entre ellos, 12 de los 18 tratamientos más destacados correspondieron a estrategias de inoculación que incluyeron un protector bacteriano, e igual proporción correspondió a parcelas fertilizadas con PS. Ambas prácticas se relacionarían entonces con calidad de nodulación y altas tasas de FBN.
Tabla 4: Número de plantas emergidas,Infectividad en V3, Indice de vigor en R4 e índice verde determinado mediante lecturas Spad en R4. Los cuadros verdes señalan los mejores tratamientos para cada variable, en cada repetición. Inoculación bajo diferentes niveles tecnológicos. Pergamino, campaña 2009/10.
Indice de Vigor: 1 mínimo 5-máximo
Infectividad: Determinada sobre 10 plantas por parcela. Una planta se considera infectiva cuando presenta al menos 3 nódulos normales en V3.
Tabla 5: Número de nódulos (Nº) por planta en raíz principal (RP) y raíz secundaria (RS), plantas con nodulación concentrada mayormente en raíz principal (%), peso seco (PS) de nódulos en RP, PS de raíces y nodulación específica (PSE) (mg nódulo / g raíz) de los tratamientos evaluados en el ensayo. Los cuadros verdes señalan los tres mejores tratamientos para cada variable cuantificada. Inoculación bajo diferentes niveles tecnológicos. Pergamino, campaña 2009/10.
La materia seca a cosecha se incremento notoriamente en los tratamientos fertilizados con PS y también con la práctica de inoculación (Tabla 6). Tanto este parámetro como el NG, y especialmente el PG se asociaron positivamente con los rendimientos, siendo el PG la variable de mayor ajuste (Tabla 7). Esto podría deberse al efecto favorable del tratamiento fungicida sobre el PG y los rendimientos.
Según repetición, la respuesta global la inoculación promedio de todos los tratamientos (promedio Tn-T1) fue máxima en la repetición 3, donde los rendimientos fueron máximos por el uso de PS y fungicida (Tabla 6). En esta repetición, se observaron los tratamientos de máxima respuesta absoluta: T4: 721 kg ha-1, T6: 8241 kg ha-1, T7: 830 kg ha-1.
Tabla 6: Materia seca acumulada en R6, rendimiento de grano (kg ha-1), número (NG), peso (PG) de los granos y respuesta a diferentes prácticas de manejo. Tratamientos de inoculación, fertilización y uso de fungicidas en Soja. Pergamino, campaña 2009/10.
Los rendimientos de los tratamientos de inoculación, media de las 4 repeticiones, difirieron significativamente entre sí (P=0,03; cv=4,35 %). La secuencia de T4 a T7 incluyó los esquemas de inoculación que superaron significativamente al testigo, los cuales incluyen en todos los casos el uso de un protector bacteriano (Figura 2.a). Entre las prácticas de manejo, el uso conjunto de PS y fungicida se destaca claramente sobre el resto (Figura 2.b).
Figura 2.a
Figura 2.b
Figura 2:Rendimiento como resultado de a)Tratamientos de inoculación y b)Niveles tecnológicos. Letras diferentes sobre las columnas representan diferencias estadísticamente significativas en los rendimientos. Las barras de error indican la desviación standard de la media. Tratamientos de inoculación, fertilización y uso de fungicidas en Soja. Pergamino, campaña 2009/10.
Tabla 7:Correlación estadística (R) entre el rendimiento y las variables evaluadas en el ensayo.
Conclusiones:
* Los tratamientos de inoculación con uso de protectores bacterianos y la fertilización con PS permitieron alcanzar la mejor calidad de nodulación.
* La fertilización con PS incrementó el crecimiento de la planta especialmente en los primeros estadíos de crecimiento, aumentando la productividad del cultivo.
* Entre las prácticas de manejo, el uso conjunto de fertilizante PS y fungicidas maximizó el rendimiento. En esta situación de óptima productividad, la respuesta a la inoculación alcanzó su máximo nivel.
* Se concluye que una mejora en las prácticas de manejo con impacto en los rendimientos estimula la FBN vía un incremento en la demanda del nutriente. Esto permite incrementar la respuesta a la inoculación, que alcanaza su máxima estabilidad y magnitud con el uso de la tecnología de protectores bacterianos.