La gran mayoría de inversiones en el sector agropecuario en mayor o menor grado se inscriben dentro de un escenario de alta incertidumbre, caracterizado por la acción de factores sobre los cuales el productor no puede ejercer un efectivo control: continuos cambios climáticos (precipitación, temperatura, humedad relativa, vientos, evaporación, brillo solar, etc.); disímil composición y dinámica de los suelos; presencia de plagas y enfermedades; volatilidad en los precios del mercado; limitaciones para acceder a créditos, irregular dinámica socio-productiva, etc. Todos estos factores hacen que el proceso de producción sea altamente complejo aumentando los riesgos de no lograr los objetivos preestablecidos. Son muchos los ejemplos observados en fincas de "proyectos" que quedaron a medio camino: cultivos abandonados, bodegas, reservorios, sistemas de riego, maquinaria, equipo y herramientas que se acumulan como inversiones improductivas reflejando falta de un enfoque coherente al momento de tomar la decisión de "que hacer con la finca".
FOTOGRAFIA No 1: Piña variedad "Clavo Rojo" Ananascomosus L. cultivada de manera artesanal en el Municipio El Agrado - Huila. Este material no ha sido objeto de investigación y presenta características físico-químicas que la convierten en una opción comercial para el mercado nacional e internacional.
Un proyecto de inversión en el sector agrícola se estructura a partir de varios componentes, los cuales se encuentran íntimamente relacionados entre sí, de tal manera que los efectos sobre un componente tienen su expresión en todos los demás, configurando un cuadro específico de desempeño. Se observa a nivel práctico que la gran mayoría de agricultores o futuros inversionistas centran sus análisis en los componentes técnicos del proyecto. En ese sentido aspectos como: variedad o híbrido a cultivar, requerimientos climáticos, requerimientos edáficos, adecuación del lote, obtención de plántulas, corrección de acidez, trasplantes, podas, fertilización, riego, control de malezas, control fitosanitario, estructura de tutorado, recolección, empaque y transporte, etc. copan el interés y gran parte del tiempo dedicado a la evaluación de la opción de producción.
Son muchos los que asisten a un curso, seminario, foro, etc. de orden técnico sobre un determinado cultivo y salen resueltos a comenzar la instalación del mismo. Los análisis sobre los demás componentes del proyecto a saber: componente financiero, componente administrativo, componente social, componente comercial, componente legal, componente ambiental del proyecto e inclusive componente industrial, son mirados tangencialmente o de manera parcial. Este enfoque da una idea equivocada (normalmente sobre-estimada) con relación a la viabilidad de la inversión. Hay que resaltar que un importante segmento de los pequeños y medianos productores ni siquiera cumplen a cabalidad con el análisis del componente técnico del proyecto y toman decisiones basados en la tradición productiva o en comentarios de sus amigos o vecinos, en lo que se ha denominado coloquialmente "siembras de oído". La no realización de un análisis completo "ex ante" o anterior a la implementación del proyecto, es una de las principales causas de los continuos y reiterativos fracasos de las inversiones en el sector agrícola en Colombia.
GRAFICO No 1. ESTRUCTURA DE UN PROYECTO DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA
El entender las múltiples correlaciones de un proyecto y articularlas eficientemente dentro de un marco referencial de competitividad, productividad, rentabilidad y modernamente asociatividad, se constituye en el objetivo más importante del proceso de planificación agrícola, lo cual esta en concordancia con los nuevos escenarios de internacionalización de los procesos productivos y globalización de la economía. Son innumerables los casos de proyectos liderados por el Estado Colombiano y/o el sector privado que adelantan inversiones soportadas en análisis incompletos que a la postre logran parcialmente sus objetivos o en el peor de los casos se convierten en notorios fracasos. En muchas Alcaldías municipales en nuestro país se encuentran ejemplos de esta naturaleza.
Contrariamente a lo que algunos creen, la identificación, formulación, establecimiento y sostenimiento de un proyecto de producción en el sector agrícola requiere un enfoque integral, multidisciplinario, juicioso y muy profesional que contrasta con el tropicalismo con el cual se diseñan, promueven y ejecutan muchos proyectos agrícolas en nuestro país. Dentro de las estrategias estatales para reactivar el campo se promueve la irrigación con créditos blandos o subsidiados, más otros instrumentos como los incentivos, asistencia técnica, alianzas estratégicas, investigación etc. los cuales si bien causan un impacto positivo, no son suficientes para lograr mejorar las condiciones de vida de los pequeños y medianos productores. Son los grandes inversionistas del campo, quienes mejor aprovechan dichos apoyos en razón que cuentan con una formación que les permite concebir y ejecutar un proyecto de manera más eficiente, entre otras cosas porque disponen de las herramientas para "hacer bien la tarea". Importante resaltar que formas de producción como la "economía campesina" se mantienen en la esfera de la producción sobreviviendo o metamorfoseándose, cediendo valor al conjunto de la sociedad y manteniendo unos procedimientos de producción que se encuentran en marcada desventaja con relación los impactos de la internacionalización de nuestra economía. Muchas de estas familias trabajan para sobrevivir, en cambio de trabajar para vivir.
La investigación básica y aplicada en nuestro país no es suficiente para dar respuestas oportunas y eficaces a los requerimientos del sector. Este bache en el conocimiento abre la puerta para la aplicación de las pruebas de ensayo - error y la aproximación especulativa como instrumentos técnicos operativos de las inversiones, lo cual le ha restado espacio a la aplicación del conocimiento científico y tecnológico. Las escuelas de formación agronómica se encuentran encasilladas en concepciones tecnocráticas que responden parcial y desarticuladamente a la realidad socio-productiva en la cual operan los proyectos. Un alto porcentaje de egresados de estas escuelas terminan como técnicos de plantación o técnicos extensionistas con lo cual se refuerza el concepto equivocado relativo a que el problema del agro es fundamentalmente técnico. Por otro lado, existe el concepto que capacitando técnicamente a los productores se mejora el desempeño del sector, la rentabilidad de los cultivos y por ende la calidad de vida. En la práctica se han habilitado y apoyado a algunas entidades estatales para que adelanten este proceso de capacitación técnica. Si bien es cierto que la capacitación es motor del cambio, sin embargo se observa que el enfoque marcadamente tecnicista de esta capacitación no es suficiente para obtener los resultados deseados.
La producción agrícola es un proceso complejo, dinámico, dialéctico que requiere una conceptualización integral u holística para hacerla eficiente, rentable, competitiva y sostenible.
FOTOGRAFIA No 2. La producción agrícola se debe plantear como un sistema de producción, en el cual los arreglos espaciales y temporales entre especies diferentes permiten hacer un uso racional de todos los recursos disponibles. En este caso el arreglo café Coffeaarabica por lulo "calentano" Solanum quitoense es una de las muchas alternativas que aumentan sustancialmente la rentabilidad, competitividad y sostenibilidad.
El análisis financiero de la inversión debe partir de la elaboración detallada y real de los costos e ingresos de producción durante un lapso prudencial de tiempo. Mediante este derrotero el futuro inversionista conoce aspectos como: composición de los costos, indicadores de rendimiento, ítems de mayor importancia, flujos de caja, etapa improductiva, tasa interna de retorno, valor presente neto, estimativos de ingreso, requerimiento de recursos crediticios, tasas de interés, periodos de gracia, incentivos estatales, exenciones de impuestos, desembolsos, garantías bancarias, rentabilidad, relación beneficio/costo, sensibilidad del proyecto e indicadores de riesgo. En este aspecto los pequeños y medianos productores no cuentan con el conocimiento y la experticia. Los intentos de instituciones como el SENA de convertirlos en "analistas de costos" no pasa de ser una buena intención. Esta es una labor que requiere formación profesional y debe ser responsabilidad de una oficina particular de asesoría integral o una dependencia estatal especializada.
El análisis de componente administrativo del proyecto permite establecer los esquemas de registro de operaciones (contabilidad), la organización administrativa, los sistemas de gestión de calidad, control interno, gestión de proveeduría de insumos, gestión de ventas, logística de transporte, asesoría técnica, planificación estratégica, etc. En los pequeños y medianos productores este tema "brilla por su ausencia" en razón que ellos no están capacitados para dicha función. De esta manera la administración del proyecto es perfectamente errática, caprichosa y desorganizada; lo cual aumenta los riesgos de cometer errores que se expresan en bajas rentabilidades y pérdidas económicas. El hecho real que nuestros pequeños y medianos productores no se encuentren en capacidad de realizar un proceso administrativo moderno, dirige "la mira" hacia las oficinas de asesoría técnica particular o dependencias estatales especializadas, las cuales pueden acompañar o asistir a dichos núcleos.
El análisis del componente comercial del proyecto hace referencia al estudio del escenario del mercado en lo pertinente a estructura, dinámica y desempeño. Lo anterior implica conocer entre otros temas: variedades o híbridos demandados; curvas de precios durante el año; zonas y áreas de producción; tendencias de la oferta y demanda; índices de precios; volúmenes y distribución de las importaciones - exportaciones; procedimientos de conservación; escenarios físicos de comercialización; conductas comerciales; márgenes de intermediación; logística de transporte, empaque y apilamiento; características del mercado agroindustrial y pérdidas post-recolección. Lo anterior con el fin de llegar a un estado en el cual se cultive una especie vegetal que previamente esté vendida (mercado a futuros) o por lo menos se conozca cual es el escenario comercial esperado.
El estudio del componente social se relaciona con las características e inter-relación de la población en donde se desarrolla el proyecto. Aspectos como desempleo, subempleo, composición etárea, organización social, nivel de ingreso, protagonismo de género, grado educativo, competencias laborales, movilidad poblacional, valores sociales, rasgos idiosincráticos, seguridad y cultura regional son muy importantes como soporte para un proyecto. El desconocimiento de estos aspectos normalmente se convierten en "ruidos" permanentes para el buen funcionamiento de un proyecto. En ocasiones son la causa de conflictos irreconciliables que pueden inviabilizar una inversión.
FOTOGRAFIA No 3. La pitaya amarilla, Selenicereusmegalanthus Haw es una especie nativa colombiana con posibilidades en los mercados internacionales de frutas tropicales exóticas. Esta especie se puede cultivar entre 1.600 a 1.900 m.s.n.m en arreglos entre especies de ciclo corto y/o intermedio y con un enfoque de protección ambiental.
La caracterización del componente ambiental es cada día una tarea imprescindible en los proyectos de inversión en el sector agrícola, en la medida que se causan impactos negativos sobre el medio ambiente. Los aspectos tienen relación con la disminución de biodiversidad, contaminación del agua superficial y/o subsuperficial, contaminación o alteración del suelo (arado, rastrillado, aplicación de correctivos, fertilizantes y plaguicidas); gestión de residuos sólidos y líquidos; contaminación de los operarios y en casos extremos contaminación del producto. El análisis de este componente permite ajustar la tecnología utilizada de tal forma que los impactos sobre el medio ambiente sean reducidos y se garantice de esta forma la protección, restauración y uso racional de los bienes y servicios ambientales. Un alto porcentaje de productores en Colombia no tienen claridad sobre este tema. Prima el afán por obtener máximos rendimientos físicos y rentabilidad sobre la protección del medio ambiente.
El estudio del componente legal o jurídico de un proyecto de inversión en el sector agrícola es cada día de gran valor en razón que en el montaje y sostenimiento se asumen responsabilidades que deben ser reconocidas. Las sociedades de hecho, contrataciones de personal "de palabra", contabilidades en cuadernos, créditos sin respaldo, ventas o compras sin facturación, terrenos sin títulos claros, etc. corresponden a una etapa artesanal de la producción agrícola, no concordante con la estructura de un proyecto moderno.
El estudio del componente técnico es fundamental en la medida que da elementos para la puesta en marcha y mantenimiento del proyecto. De manera equivocada se cree que este componente es el mismo proyecto, lo cual ha acarreado grandes pérdidas económicas a los productores agrícolas en Colombia. Incluye temas como condiciones climatológicas y edafológicas (suelos); selección de variedades, híbridos y/o biotipos; marco de plantación; adecuación del lote y del sitio-planta; siembra o trasplantes y replantes; establecimiento de estructuras de soporte; conformación de la red de drenaje; conformación de calles, sitios de apronte, cargue y/o adecuación; programa de control de malezas; programa de control fitosanitario; programa de fertilización radical y foliar; podas y conducción de plantas; diseño y operación del sistema de riego; elaboración de pronósticos, recolección, adecuación y conservación del producto.
Lo planteado en líneas atrás deja en claro que la producción agrícola actual y futura esta conectada con los procesos a nivel de la economía global. Por lo tanto insistir en procedimientos, formas de asociación o concepciones inscritas dentro del marco referencial de "estanco o país separado" no corresponde con un enfoque acertado. La agricultura Colombiana debe iniciar un proceso acelerado de actualización y articulación a la economía globalizada en la cual aspectos como competitividad, sostenibilidad, rentabilidad y productividad representan los lineamientos centrales. Por el lado del Estado Colombiano, es urgente que éste afine la concepción, los procedimientos y herramientas con las cuales desea reactivar y consolidar este sector. Por el lado de los campesinos, productores y/o propietarios de tierra es necesario que se articulen en modelos de asociación productiva que permitan disminuir costos, obtener economías de escala, aumentar la productividad, el ingreso y la calidad de vida. Definitivamente las condiciones en el inmediato futuro nos indican que el trabajo individual en el campo colombiano corresponde a un procedimiento antiguo, altamente ineficiente que esta mandado a recoger.