MANEJO DE CULTIVOS BAJO RIEGO
La incorporación del riego requiere ciertos cambios en algunos factores del manejo de los cultivos para asegurar altos rendimientos.
El primer paso que deberá dar un productor interesado en incorporar el riego a su establecimiento es determinar si el agua disponible es apta o no para regar y si tiene cantidad suficiente.
Los acuíferos se ubican , a cierta profundidad por debajo de la superficie pero no siempre, por razones de cantidad y calidad, ese agua puede utilizarse para riego.
La localización y análisis de acuíferos se realiza en base a distintas técnicas que incluyen: aspectos geomorfológicos de los terrenos, estudios del agua de pozos ya existentes en el área, estudios geoeléctricos, perforaciones de prueba y análisis de laboratorio. Cada uno de estos estudios aporta datos que permiten localizar con precisión, las fuentes de agua apta para riego en cantidad y en calidad como para La incorporación del riego requiere ciertos cambios en algunos factores del manejo de los cultivos para asegurar altos rendimientos.
Si bien el paquete tecnológico deberá definirse en función de las condiciones ambientales y productivas de cada campo, los aspectos que más comúnmente requieren ajustes son los siguientes:
Arribar a un buen resultado técnico y económico del proyecto de riego.
La cantidad de agua que rinde una perforación determinará el dimensionamiento de los sistemas de riego, la superficie y los cultivos que se puedan regar.
En cuanto a la calidad, los problemas más comunes originados por el uso de aguas no aptas para riego son: la salinidad y la sodicidad que producen en los suelos.
La alta concentración de sales disminuye la posibilidad de las raíces de absorber agua; la elevada concentración de sodio reduce la permeabilidad del suelo y por lo tanto la velocidad de infiltración del agua . Las aguas de mala calidad pueden además producir efectos tóxicos sobre los cultivos.
Las clasificaciones aceptadas internacionalmente que determinan la aptitud del uso del agua para riego fueron realizadas para climas áridos y semiáridos, donde el agua de riego es el principal o el único aporte para los cultivos. En la región pampeana húmeda argentina, el riego es suplementario y existen además copiosas precipitaciones en otras épocas del año que actúan sobre el perfil del suelo lavando y diluyendo las sales. Por eso,las categorías de aptitud o peligrosidad del agua deben usarse como referencias a ajustar según las condiciones del lugar en el que se desarrollará el proyecto. Pero antes de instalar un equipo los estudios deben realizarse para no utilizar aguas que puedan causar prejuicios casi irreversibles en el suelo y para asegurar buenos resultados.
Perforaciones para riego
El rendimiento de un pozo para riego suplementario debe proveer el agua necesaria para regar en los períodos en que no llueve asegurando el buen desarrollo de los cultivos.
En promedio, para supeficies de 50 hectáreas de cultivos extensivos como maíz, trigo y soja, se requiere un pozo que rinda 120 mil litros por hora.
El diseño de la perforación es una etapa importante del estudio previo a la instalación de un pozo para riego y es el resultado de un estudio completo de captación de agua subterránea. En el diseño se determinan las longitudes, los diámetros, el espesor más conveniente de caños, filtros,abertura de ranura, ubicación, engrabado, tipo de material a emplear, etc.
La realización de la perforación debe incluír el encamisado, esto es, una armazón artificial compuesta por camisa, filtro y grava, para contrarestar la desestabilización de los terrenos y permitir el ingreso de agua al pozo libre de partículas.
El encamisado reduce también la posibilidad de contaminación de las napas profundas por el movimiento del agua en las primeras napas, las que suelen contener residuos de pesticidas y ferttilizantes.
Los pozos encamisados y con filtros tienen un costo aparentemente más elevado que los pozos abiertos, pero construyéndolos se evitan riesgos de derrumbes, desgastes prematuros de las bombas y de los equipos regadores. Más aún, se evita la posibilidad de inhabilitar el pozo por contaminación de la fuente de agua.
Hacer un pozo encamisado es valorar y proteger.
ESQUEMA DE UNA PERFORACION
Los pozos encamisados y con filtros tienen un costo aparentemente más elevado que los pozos abiertos, pero construyéndolos se evitan riesgos de derrumbes, desgastes prematuros de las bombas y de los equipos regadores. Más aún, se evita la posibilidad de inhabilitar el pozo por contaminación de la fuente de agua.
Equipos para riego
Para la aplicación de riego suplementario básicamente hay dos sistemas: riego gravitacional o riego por aspersión.El riego gravitacional o por surcos consiste básicamente en mangas o tuberías y bombas para distribuír el agua y proporcionar humedad al suelo. Se puede utilizar principamente para el cultivo de maíz y en terrenos con pendientes adecuadas. Para su buen funcionamiento requiere, además, suelos con infiltración moderada y la sistematización del terreno para facilitar la conducción del agua.
Este sistema resulta adecuado para pequeños establecimientos o empresas familiares debido a que es de baja inversión inicial y permite la ocupación de mano de obra excedente
A la vez, es el sistema de riego menos eficiente en el uso del recurso agua.
Los sistemas por aspersión en cambio producen una lluvia artificial que humedece a las plantas y también al suelo. Básicamente están compuestos por una bomba y un motor para dar presión al agua, una tubería para conducirla hasta el lugar donde será distribuída y aspersores para fraccionar el agua en forma de lluvia.
Los sistemas de riego por asperción manuales tienen tuberías y acoples que se colocan y trasladan manualmente en el campo durante el período de riego.
En general resultan aptos para cultivos de poca altura como pasturas o trigo.
Los sistemas por aspersión autopropulsados incluyen varios tipos de equipos:
- Los cañones enrolladores y barras de baja presión, son equipos relativamente económicos y se adecuan a todos los cultivos.El aspersor es un cañón, generalmente montado sobre un chasis móvil y abastecido através de una manguera flexible.
- Los equipos automatizados de pivote central o de avance frontal, requieren mayor nivel de inversión.pero son los más eficientes en la utilización del recurso agua.Resultan adecuados para establecimientos grandes que trabajan a gran escala por la simplicidad de la operación, los bajos requerimientos de personal y los bajos costos operativos.
La elección del sistema de riego no debe hacerse solamente por el costo. El tipo de cultivo,de suelos y de clima, las características del acuífero, la disponibilidad de mano de obra, el rendimiento que se desea alcanzar, etc. deben considerarse al momento de decidir la compra de un equipo.
Aspectos a considerar para elegir un equipo
• la forma y dimensiones del lote
• características del suelo
• disponibilidad de agua
• el equipo
• el cultivo a regar
CONDUCCION DEL RIEGO
Para decidir cuánto y cuándo regar hay que conocer la cantidad de agua que requieren los cultivos en cada momento de su desarrollo y realizar un balance entre la oferta de agua disponible y la cantidad requerida por las plantas.
Una forma sencilla para lograr ese objetivo es medir el agua en el suelo mediante muestras de tierra que se extraen hasta la profundidad de las raíces del cultivo y se analizan en laboratorio. La humedad nunca debe bajar del 50% del total que ese suelo puede almacenar.
Los tensiómetros y los bloques de yeso son instrumentos de medición más precisos que trabajan directamente en el lote de riego y suministran información contínua acerca de los cambios en la humedad existente en el perfil.
Otros métodos se basan en mediciones en la planta, o en el análisis del clima.
Existen métodos más complejos como programas de computación que combinan la agrometereología y la informática para hacer más operativa la decisión de cuánto y cuándo regar.
NIVEL 2:
YACU:
Programa para la programación del riego en distintos cultivos
Aclaraciones para la adquisición y uso del yacu (versión para windows)
Para tener éxito se debe regar lo justo. Regar de más puede causar problemas; regar a destiempo resulta ineficiente. En ambos casos se pierde agua y dinero.
Asesórese, para incorporar un método de conducción del riego que le permita determinar con precisión cuándo y cuánto regar, cuándo comenzar y cuándo realizar el último riego.