Introducción
La Agricultura, es uno de los sectores más importantes de la economía ecuatoriana, dando ocupación al 38% de la población activa y contribuyendo con el 17% al PIB. Las exportaciones de productos agrícolas, son las que más divisas generan después del petróleo.
El proceso de mecanización agrícola consulta la aplicación de la maquinaria a la agricultura, con el propósito fundamental de aumentar la capacidad de trabajo del hombre, mejorando su eficiencia y reduciendo su esfuerzo físico (Ibáñez, 1994).
El uso de un adecuado grado de mecanización, sumado a la correcta administración de este recurso de capital, garantiza la obtención de buenos resultados. La mayor rapidez y capacidad de trabajo permiten realizar las labores con oportunidad, aumentar la superficie cultivada y los rendimientos unitarios, mejorar la calidad de las labores y bajar los costos de producción.
Clarke y Bishop (2002), señalan que entre el año 1998 y 2030 se produciría un incremento de 67% en uso de tractores agrícolas a nivel mundial, con disminución de tracción animal y energía humana, según se puede ver en la Gráfico 1.
Gráfico1. Suelo cultivado en el mundo con diferentes fuentes de energía (excepto China)
En un estudio de investigación sobre el Análisis del parque de tractores agrícola en el Ecuador realizado por Reina L, y Hetz E. en el 2004, señalan que el parque de tractores agrícolas en el Ecuador actual corresponde a 14.652 unidades (Tabla 1) y generan una potencia de 716.880 kW, incorporando la potencia humana y animal ascienda a un total de 1.217.945 kW. Esta potencia no satisface la demanda actual de los cultivos permanentes y transitorios; lo que genera un déficit de 2.600 tractores y se incrementa a 6.500 unidades al incorporar las áreas de pastos cultivados y descanso.
Tabla 1. Número de tractores agrícolas en el Ecuador
Mecanización de la agricultura ecuatoriana
El desarrollo de la mecanización agrícola en el Ecuador, es incipiente y comienza con una deficiente información estadística y la inexistencia de estudios sobre el tema. De acuerdo a la información del Ministerio de Agricultura y Ganadería del Ecuador, los servicios de mecanización agrícola se inician en 1973 en las provincias de Carchi, Imbabura y Loja, a través de la sección de Mecanización Agrícola, dependiente del Departamento de Ingeniería Agrícola de la Dirección de Desarrollo Agrícola, y en 1974 se extendieron estos servicios a las provincias de Manabí, Pichincha y Esmeraldas (Saltos, 1991).
Por falta de recursos y de personal especializado, se paralizan por muchos años los servicios de mecanización agrícola; hasta que en 1980, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, a través de un Acuerdo Ministerial, crea el Programa Nacional de Mecanización Agrícola, previo convenio con el Gobierno de Italia, el mismo que proporcionó toda la maquinaria agrícola fabricada por ellos, y no duró más de una década, (Saltos, 1991).
Zambrano, (1994), en un estudio sobre Perfil de la Mecanización Agrícola del Ecuador, señala que existen 2.428.625 hectáreas mecanizables, de las cuales el 69% (1.675.751 ha) corresponden a suelos que tienen una pendiente de 0-12% y el 31% (752.874 ha) de 12-25%. De este total de suelos mecanizables el 85% (2.064.331 ha) corresponde a la Región Costa y el 15% (364.294 ha) a la Sierra; sin embargo, la diferencia de tractores entre la Región Costa y Sierra, es tan solo 679 tractores, que corresponde al 51% y 46% respectivamente, como se lo observa en el gráfico 2.
Gráfico 2. Número de tractores agrícolas por Región
Alternativas para la mecanización agrícola en el Ecuador
Conociendo el déficit de tractores en el Ecuador, es importante impulsar la mecanización agrícola, como una alternativa para aumentar la producción y productividad agrícola en todo el país. Sería de mucha importancia la creación de un PROGRAMA NACIONAL DE MECANIZACION AGRICOLA, con una nueva orientación, dejando de lado las malas experiencias anteriores que solo es estado asumía la responsabilidad técnica, capacitación y brindar servicios a agricultores que se transformaron en cementerios de maquinarias agrícolas y no duraron más de una década los servicios.
El nuevo Programa Nacional de Mecanización Agrícola, debería cambiar su filosofía, compartiendo responsabilidades con todas las Organización Campesinas legalmente constituidas, involucrando al Banco Nacional de Fomento, como organismo financiador con créditos a largo plazo e intereses preferenciales y el MAGAP, se encargaría de la planificación, asesoramiento y capacitación técnica a las organizaciones campesinas.
La maquinaria agrícola, previo análisis técnico y debida capacitación, debe ser entregada a las organizaciones campesinas, para que ellos asuman la responsabilidad de su operación, mantenimiento y pago del crédito en forma conjunta con sus asociados.
El incremento de tractores e implementos agrícolas, deben responder a las condiciones de cada región y con una adecuada administración, selección y aplicación de conocimientos técnicos y científicos, podrían constituir un factor preponderante para impulsar la mecanización de la agricultura, pensando en la reducción del esfuerzo del hombre y la conservación de los recursos naturales; por lo que se transforma en una necesitad inmediata en el Ecuador.
El actual índice de mecanización en el Ecuador es de 0.30 kW/ha, considerando las áreas de cultivos permanentes y transitorios. Este índice aumenta tan solo a 0.36 kW/ha al incorporar al parque actual de tractores el déficit de 2.600 unidades.
Estos índices están por debajo del valor recomendado como razonable para los países en desarrollo de 0,75 kW/ha (Giles,1975; Stout, 1990; Fluck, 1992; Campbell, 1992). Estos índices son también menores que los que tienen otros países Latinoamericanos, como Argentina (0,60 kW/ha), México (0,77 kW/ha), Chile (0,56 kW/ha), Venezuela (0,79 kW/ha), estando más cercanos a los índices de Colombia y Perú (0,23 y 0,14 kW/ha).
Es importante destacar que claramente que a mayor potencia por hectárea cultivada mayor es el ingreso per cápita de un país (Gráfico 3).
Gráfico 3. Relación entre los índices de mecanización agrícola y en ingreso per cápita de varios países de Latinoamérica