Es fundamental tener un buen programa de inmunización, con las vacunas adecuadas, que brinde protección antes que el ave sea desafiada por virus de campo. En áreas con alta probabilidad de exposición, el programa debe iniciarse en planta de incubación y reforzarse en el campo, con vacunas vivas con cepas que protejan contra las cepas de desafío y concluyendo el plan en crianza con vacuna inactivada de calidad reconocida. En muchos casos puede ser necesario revacunar con vacunas vivas, periódicamente durante la fase de producción.