La infección inicia con la ingestión de los ooquistes esporulados presentes en la cama de las casetas y luego de pasar por todas las etapas de la reproducción asexual y sexual, los ooquistes no esporulados son excretados en las heces reiniciando su ciclo. Moreno
et al. 2000, en un estudio efectuado en granjas de varios Estados de la República, concluyen que el clima y la humedad relativa afectan de manera directa la presentación de las diferentes especies de
Eimerias en las diversas zonas geográficas del país, refiriendo que una humedad relativa alta prolonga la sobrevivencia de los ooquistes en su medio, generando mayor cantidad de coccidias, mientras que una humedad relativa baja, reduce la sobrevivencia, creando condiciones para una menor reinfección y reproducción.
Sin lugar a dudas las grandes pérdidas económicas (mas de US$ 3,000 millones anuales) reportadas por el tratamiento y medicación de este padecimiento originan el desarrollo de estrategias eficaces en el control y prevención del padecimiento. Los compuestos mas ampliamente usados, son los ionóforos, utilizados de manera extensiva en la crianza de aves de todo tipo (Chapman, 1994), mientras que los medicamentos sintéticos (químicos) se han utilizado en un menor grado; aunque forman parte de la mayoría de programas anticoccidianos en la producción de pollo de engorda.
Mathis (1999) examinó la sensibilidad de aislamientos recientes de
E. acervulina, E. tenella, y E. máxima a monensina, salinomicina, narasina y lasalocid, concluyendo que estos medicamentos tienen una eficacia solo marginal y baja por el grado de resistencia generada. Conjuntamente los reportes de campo demuestran la presencia de cepas resistentes. En Europa, se acepta el 15 de mayo de 2002 el reglamento 2205/2001 de la CEE, prohibiendo el uso de un gran número de anticoccidianos químicos lo que aunado al pobre o nulo desarrollo de nuevos productos en el control de este padecimiento, obliga a crear nuevas estrategias.
Como consecuencia a estas acciones otro método preventivo que se aplica actualmente es la vacunación contra la coccidiosis, considerada como una alternativa a la quimioterapia, cuyo objetivo es inducir inmunidad protectora durante la vida productiva del ave, mediante la administración de pequeñas cantidades de ooquistes a las aves, estimulando el sistema inmune (Chapman
et al., 2005). Actualmente se encuentran disponibles dos tipos de vacuna en la avicultura
Vacunas virulentas (vacunas que contienen ooquistes esporulados vivos
patogénicos de varias especies de
Eimeria) y
Vacunas atenuadas (vacunas que contienen ooquistes esporulados vivos de
líneas atenuadas de varias especies de
Eimeria). Sin embargo, estas vacunas han demostrado efectividad limitada y por consiguiente efectos indeseables en las aves por el forzoso daño al epitelio intestinal, dando como consecuencia desuniformidad de la parvada, retraso en el crecimiento y en condiciones idóneas de temperatura y humedad, el riesgo de presentar un brote del padecimiento, por lo que el control de esta enfermedad sigue dependiendo en gran medida del uso rutinario de fármacos anticoccidianos (Lyllehoj, 2006)
Actualmente, los cambios en la Legislación Europea y Americana, la falta de vacunas totalmente eficientes, la creciente incidencia de cepas de
Eimeria resistentes a los fármacos y la cada vez mayor ansiedad del público acerca de los residuos de compuestos químicos en la carne y el huevo, nos obligan a desarrollar métodos alternativos de control.Es por ello que a finales de los 90´s y principios de 2000 ha tomado gran auge la investigación en busca de alternativas seguras y eficaces en el control de la enfermedad, encaminando dichas investigaciones en el campo de la inmunología y protección de las aves.
Leslie 1969, con la caracterización de inmunoglobulinas en las aves y mamíferos da la pauta en la creciente investigación en el tema, propiciando que en la actualidad los anticuerpos sean utilizados como herramientas en el diagnóstico, investigación y en la prevención y control de enfermedades.
En el ámbito de la coccidiosis, se ha estudiado profundamente el papel de los anticuerpos específicos presentes tanto en el suero como en las secreciones de las mucosas. Rose 1974, demostró que la IgY materna se concentra en el saco vitelino y proporciona protección a la progenie durante los primeros días de vida (Kowalezyk, 1985) y por su parte Nguyen
et al. 2003, observaron que pollos que recibieron una dieta estándar suplementada con IgY en polvo obtenidas de huevo de gallinas hiperinmunizadas en un modelo de desafío con
E.
acervulina y
E.
tenella, fueron protegidos ante un desafío oral con ooquistes de
E.
tenella o
E.
acervulina. West
et al. (2004) concluye que gallinas hiperinmunizadas con antígenos de superficie de gametocitos de
E.
maxima, confieren anticuerpos antigametocito a los pollos jóvenes, reduciendo la excreción fecal de ooquistes.
En conclusión, las aves a las que se les suministró SUPRACOX, presentaron una diferencia estadística significativa en cuanto a ganancia de peso y mantuvo bajos los niveles de oocistos durante el tiempo de administración respecto al grupo control, consolidándose como una nueva alternativa natural, inocua, segura y eficaz en el control y tratamiento de la coccidiosis aviar.