becerra sanchez luis miguel Hola Luis Miguel, buena tarde. Muchos factores ambientales como la calidad de la cama, agua, alimento o temperatura; exceso de amoniaco en aire pueden inmunosuprimir a las aves y por consiguiente ser parte de la causa de las enteritis inespecíficas.
Al haber inmunosupresión, un proceso inflamatorio a nivel intestinal puede ser crónico y no presentar signos pero llega a complicarse y volverse un problema agudo en donde el deterioro de la salud y el desempeño son más notorios y desencadenar en el aumento de la mortalidad.
Esteban Cornejo Así es, Esteban. Lo que comentas es una consecuencia directa del estrés calórico en las aves. La disipación del calor las obliga a que la sangre migre a las barbillas, la cresta, la piel y ocurra un desbalance a nivel del tracto gastrointestinal.
El estrés calórico perjudica a la integridad del intestino, por lo que contribuye a la disminución del desempeño y aumenta el riesgo de migración bacteriana desde el lumen intestinal a la sangre.
Estimados Foristas.
Resulta interesante considerar los multiples cambios que ocurren en el tubo digestivo del animal, cuando es sometido a temperaturas por arriba de su zona de confort. Desde luego que los efectos dependerán de varios factores, como la genética, la edad, y densidad de aves en una instalación, duración de la exposición a temperaturas elevadas, humedad relativa, disponibilidad y temperatura del agua de bebida, etc.
Acompañando a la redistribución del flujo sanguíneo hacia la periferia del animal para tratar de perder calor, el menor flujo de sangre hacia el tubo digestivo implica una menor provisión de oxígeno y nutrientes que en sí mismo compromete el mantenimiento y funcionalidad de las estructuras de los órganos internos (como comenta Esteban Cornejo). También se ha señalado que puede haber un mayor tiempo de residencia del poco alimento que se consume y una menor secreción de enzimas endógenas, que contribuirían a generar cambios importantes en el microbismo del tubo digestivo; poniendo más presión sobre la estructura y funcionalidad del mismo.
Sin duda una situación de gran complejidad.
Muy interesantes comentarios sobre el tema estimados foristas, alguien puede compartir algun comentario y/o experiencia en este caso, sobre el uso de reguladores de temperatura como el acido acetil salicilico, paracetamol, ibuprofeno u otras alternativas?, ya que en algunas horas pico de calor es muy dificil controlar estas situaciones.
Flavio Malla Lituma Yo opino que sí se deben usar.
Los antiinflamatorios no esteroideos sistémicos como los mencionados merecen varios cuidados, pero son gran herramienta inespecífica para atender la omnipresente inflamación, la cual siempre hace sentir más "mal" al animal de lo que debería. Humanos incluídos!
Específicamente para esta conversación, el manejo de la inflamación intestinal ha demostrado muy buenos resultados en casos de estrés por calor.
Hoy en día se habla muchísimo del microbioma y su manejo, pero no hay tantas herramientas que sean dirigidas a las células del intestino (donde realmente es la inflamación intestinal) y no al ambiente o a las bacterias que ahí habitan.
Personalmente represento una solución que es justo para eso: Sangrovit.
Con mucho gusto les cuento más, por aquí mismo, o en privado al +506 8447 1318.
Flavio Malla Lituma Complementando lo que menciona Esteban, estas alternativas de reguladores de temperatura se pueden complementar con productos como Sangrovit (alcaloides isoquinolínicos) para controlar la respuesta inflamatoria que el estrés calórico provoca a nivel intestinal.
La sinergia que Sangrovit puede hacer con otros productos y los resultados que se obtienen están comprobados al juntar mecanismos de acción diferentes y al enfocar la protección directamente en el animal y no el ambiente.