La enteritis necrótica (EN) es una enterotoxemia que afecta la producción de aves con una pérdida estimada por encima de los 6 mil millones de dólares anualmente1. Esto se debe a la reducción del crecimiento y desempeño, así como la medicación inadecuada de las aves afectadas con EN2. Los principales signos clínicos de esta enfermedad son las lesiones necróticas de diferentes grados en el intestino delgado, principalmente en el yeyuno e íleon, y a veces en el duodeno3,4. La reducción de la digestión y la absorción de los alimentos, con mayor conversión alimentaria, llevan al daño de la mucosa intestinal causado por la forma subclínica de la enfermedad5.
El Clostridium es una bacteria gram positiva, en forma de cayado, anaeróbica y encapsulada que causa enfermedades de amplio espectro en humanos y animales6,7, y que tiene amplia distribución, que se puede aislar en el intestino o en el ambiente, como en la tierra, agua y alimentos para animales8. El Clostridium perfringens puede crecer en una gama amplia de pH que varía de 5,5 a 8,5, mientras el pH del crecimiento óptimo de la bacteria varía de 6 a 79,10. Los pollos son más susceptibles a la EN de la 2ª a la 6ª semana11,12. En las ponedoras, cuando están en el suelo, se relatan brotes de EN entre las 12 y las 24 semanas10. La tasa de mortalidad asociada a la EN en pollos de engorde generalmente es del 2 al 10% y, en algunos casos, alcanza al 50%13.
Naturalmente, en el intestino de animales de sangre caliente, ocurre la presencia de Clostridium perfringens14, pero su presencia no es el único factor determinante para el desarrollo de la enfermedad. Varios factores predisponentes desempeñan un papel vital en la proliferación global de esta bacteria, como diferentes niveles de nutrientes e ingredientes de la dieta, presencia de coccidiosis, el estado inmune y estrés (además del estrés nutricional, cualquier factor que cause estrés en pollos de engorde los predisponen a la enteritis necrótica15).
Las infecciones por Clostridium perfringens en aves puede aparecer como una infección clínica aguda o como una infección subclínica. La forma aguda de la enfermedad lleva a un aumento de la mortalidad del lote, que puede alcanzar a las altas pérdidas de hasta 1% al día, logrando tasas de mortalidad de hasta 50%. Los signos clínicos incluyen depresión, plumas erizadas, diarrea y lesiones macroscópicos evidentes en el intestino delgado16. Un ejemplo típico de necropsias en el tracto gastrointestinal, con lesiones debido a una infección por Clostridium se muestra en la Figura 1.
Figura 1. Superficie de la mucosa afectada por necrosis (foto cortesía de Dr. Luca Bano)
En la forma subclínica de la enfermedad, el daño a la mucosa intestinal causado por el Clostridium perfringens conduce a la disminución de la digestión y absorción de nutrientes, y, en consecuencia, el empeoramiento del desempeño zootécnico. La forma subclínica de enteritis necrótica es la más importante, puesto que ocurre predominantemente y tiene impacto económico más significativo debido a la reducción del desempeño animal, empeoramiento en la condición de las heces y aumento de la humedad de la cama16.
La prevención de los casos clínicos y subclínicos de enteritis está asociada al control de los factores predisponentes, que contribuyen al desarrollo de la enfermedad y por el uso de herramientas de control del Clostridium perfringens a través del alimento para animales y/o agua. La bacitracina, lincomicina y otros antibióticos promotores del crecimiento se usan comúnmente para tratar las aves que sufren de enteritis necrótica. Mientras tanto, debido al aislamiento de cepas de C. perfringens de pollos y pavos resistentes a los antibióticos, se vino buscando alternativas al uso de estos promotores17. En la actualidad, los aditivos para alimentos para animales que contienen probióticos son una de las mejores formas de prevenir la enteritis. Los probióticos que contienen microorganismos benéficos cuando se administran en las aves, mejoran la condición del microbiota intestinal. Lo ideal es que los probióticos modulen el microbiota intestinal por exclusión competitiva de bacterias patogénicas, que producen antimicrobianos naturales, y que actúen de forma positiva en las respuestas del sistema inmunologico18,19.
En estudios realizados por Teo y Tan (2005)17, en el intento de desarrollar cepas probióticas para inhibir el C. perfringens, se aisló el B. subtilis PB6 (CLOSTAT™) del tracto gastrointestinal de aves saludables. La cepa PB6 es capaz de producir bacteriocinas eficaces frente a las bacterias gram negativas y bacterias gram positivas que son potencialmente patogénicas para humanos y para los animales. La naturaleza proteica del factor antimicrobiano y la retención de la actividad inhibitoria después del tratamiento térmico (70 a 121°C por 15 minutos) son características deseables encontradas en el estudio, que transforman CLOSTAT™ en un candidato probiótico atractivo con potencial aplicación para la prevención de enteritis necrótica en las aves. En términos de espectro antimicrobiano, el factor anticlostridial fue inhibitorio para varias cepas de C. perfringens relacionadas con la enteritis necrótica, Clostridui difficile, Streptococcus pneumoniae, Campylobacter jejuni y Campylobacter coli.
En inúmeros estudios internacionales en animales, CLOSTAT™ probó ser un suplemento eficaz para la salud de las aves, suprimiendo el Clostridium (Figura 2). Al mismo tiempo que CLOSTAT™ suprime el Clostridium perfringens, también promueve el aumento de las bacterias benéficas, como Lactobacillus spp y Bifidobacterium spp promoviendo un equilibrio saludable del microbioma. Como resultado, el CLOSTAT™ mantiene un equilibrio microbiano benéfico en el intestino mientras optimiza el desempeño de los animales.
Figura 2. Influencia del CLOSTAT™ en la población ileal [sic] de Clostridium
CLOSTAT™ posee diferentes presentaciones para uso por la dieta o por el agua de bebida (soluble). Iseri y otros (2016)20 condujeron una prueba para evaluar la acción de CLOSTAT™ soluble (por el agua de bebida) en el control de la enteritis causada por Clostridium. Los resultados demostraron que los lotes tratados tuvieron un aumento del 2% en el índice de viabilidad criadora y una mejora de 3 puntos en la conversión alimentaria.
Los probióticos que contienen Bacillus subtilis PB6 (CLOSTAT™) se han usado ampliamente, porque consisten en una cepa natural que produce sustancia antimicrobiana con amplia actividad contra varias cepas de especies de Campylobacter y Clostridium, que así se puede usar como una alternativa para antibióticos en el control de la enteritis.