Introducción
En la mayor parte del mundo, el maíz es usado como fuente de energía, mayoritariamente en forma de almidón que se considera altamente digestible, en los alimentos de pollos de engorda (Svihus, 2014). Debido a la competencia entre los usos industriales, el consumo humano y el consumo animal, los costos del maíz han aumentado, mientras que su disponibilidad ha disminuido. Esto ha provocado la búsqueda de otras alternativas alimenticias (Vieira et al., 2014). Otra opción de aumentar las ganancias aún con el uso de ingredientes comunes como el maíz, es mejorando su valor nutritivo a través de herramientas que permitan extraer y liberar mayor cantidad de nutrientes en el aparato digestivo.
El uso de enzimas exógenas dirigidas a hidrolizar las fracciones de polisacáridos no almidónicos (PNA’s) puede ser parte de la solución a estas opciones (Angel y Sorbara, 2014).
La composición de PNA’s (xilanos, β-glucanos y celulosa) del maíz sugiere que puede ser recomendable la adición de enzimas con actividad de xilanasas (X), β-glucanasas (G) y celulasas. Así mismo, el efecto de encapsulamiento del almidón debido a la presencia de PNA’s puede reducir la efectividad de las enzimas endógenas, por lo que la adición de actividad de amilasa (A) exógena podría ser de beneficio para asegurar una adecuada extracción del almidón expuesto por la hidrólisis de los PNA’s. Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue evaluar la digestibilidad ileal aparente y el balance de nutrientes en pollos alimentados con dietas semi-purificadas basadas en maíz blanco (MB) y amarillo (MA) adicionados con diferentes enzimas carbohidrasas.
Materiales y métodos
Se usaron pollos machos Ross 308 de 16 a 25 días de edad alojados en grupos de tres en jaulas en batería. Se tuvieron 10 tratamientos productos de un arreglo factorial de 2 maíces (MB y MA) y 5 tratamientos enzimáticos: 1), control sin enzima (C); 2), 100 ppm de actividad de X (Ronozyme WX); 3), 75 ppm de actividad de G+X (Ronozyme G2G); 4), 400 ppm de actividad de A (Ronozyme A); y 5), 300 ppm de A+X (Ronozyme A and Ronozyme WX).
En cada dieta se incluyó 95.7% de MB o MA, vitaminas, minerales y fitasa (HiPhos, 1000 FYT/kg). Se añadió dióxido de titanio a las dietas (0.3 %) como marcador inerte para estimar la digestibilidad ileal aparente de nutrientes.
Los primeros cinco días de la prueba fueron de adaptación; en los tres días siguientes se hizo la colecta total de excretas para estimar el balance de nutrientes; y en los dos últimos días se colectó la digesta ileal.
Los resultados fueron sometidos a ANOVA usando los procedimientos de GLM del SAS. Se tuvieron 10 repeticiones por tratamiento y la unidad experimental estuvo constituida por 9-12 pollos, alojados en 3-4 jaulas adyacentes del mismo tratamiento.
Resultados y discusión
En los pollos alimentados con MB, la digestibilidad ileal aparente de fósforo (30.4 vs 25.9, %; EEM= 1.23) fue mayor (P < 0.01) respecto a MA. En el balance de grasa, el consumo fue mayor (0.90 vs 1.01, g/d; EEM= 0.64), la excreción fue menor (0.36 vs 0.32 g/d; EEM= 0.010) y la retención fue mayor (58.7 vs 68.5, %; EEM= 1.19) en MA comparado con MB (P < 0.01). Pero la retención de energía, basada en el método de marcador inerte (88.9 and 87.8 %; EEM= 0.119; P < 0.01) y la EMAn fueron mayores en MB comparado con MA (3.23 vs 3.16, Mcal/kg; EEM= 0.021; P < 0.05).
En la digestibilidad ileal aparente de la energía se encontró una interacción estadísticamente significativa (P < 0.05) entre el tipo de M y los tratamientos enzimáticos. En el MB, la digestibilidad de la energía fue mayor cuando la dieta fue adicionada con X, G+X, A y A+X, respecto al tratamiento C; pero en el MA la digestibilidad de la energía solo fue mayor cuando se adicionó A y A+X comparado con el C.
De estos resultados es importante resaltar que: 1) El MB mostró mayor valor energético comparado con MA, lo que indica que hubo mayor accesibilidad y liberación de nutrientes durante la digestión en el primero, y 2) Que en el mismo MB se observó beneficios en la digestibilidad de la energía por la adición de todos los tratamientos enzimáticos (X, G+X, A y A+X); esto es que, el valor del mejor maíz se mejoró por la presencia de las enzimas exógenas. En cambio, el MA que resultó con menor valor energético, solo se mejoró cuando se adicionó A y A+X. En ambos casos, aún la sola adición de A mejoró la liberación de energía, más probablemente asociada al almidón. Pero, más importantemente, y a diferencia de MA, la respuesta positiva de MB a X y G+X y su menor retención de grasa, indican diferencias sustanciales, entre ambos maíces, que probablemente se originan de la composición y localización de las fracciones digestibles e indigestibles, como los PNA´s. Sin embargo, aunque los PNA’s conforman una barrera estructural para la accesibilidad a los nutrientes más digestibles, se ha demostrado que no son los causantes más importantes de la presencia de almidón resistente a la digestión (Svihus et al., 2005).
Se ha demostrado que otros factores químicos, como el tipo de almidón y de proteína impactan negativamente también la liberación de la energía. El tipo de almidón, en especial, la mayor proporción de amilosa (cadenas lineales de glucosa) a expensas de la amilopectina (cadenas ramificadas de glucosa) reduce la digestibilidad y la liberación de glucosa (Svihus et al., 2005). También es sabido que entre el 70 a 80% de la proteína en el maíz es estructural y de baja solubilidad, y gran parte está asociada o engloba, a los gránulos que almacenan el almidón (Svihus, 2014). Recientemente se ha sugerido que la variación en el valor nutricional del maíz, que en el caso de la EM para aves puede presentar una diferencia de 400 kcal/kg entre maíces, se puede identificar más adecuadamente cuando se toma en cuenta la relación que guardan la proteína y el almidón, más que su contenido total o los valores predichos de digestibilidad (Gohering et al., 2013). Otro componente menos estudiado, su accesibilidad y digestibilidad, es la grasa asociada a los gránulos de almidón que representan una barrera a la acción enzimática.
Respecto a los tratamientos enzimáticos, no se encontraron diferencias en la digestibilidad ileal aparente de proteína, calcio y fósforo, ni en el balance de nutrientes y EMAn. Debido a que las enzimas exógenas adicionadas se dirigieron a las fracciones de PNA’s y almidón, no se esperaban efectos importantes en el uso de la proteína y la grasa. Tampoco se esperan diferencias significativas en el uso del calcio y fósforo ya que en todas las dietas se agregó actividad de fitasa.
Conclusión
El MB mostró mayor valor energético, EMAn, comparado con el MA. En el MB, la mayor digestibilidad ileal de energía se observó con X, G+X, A and A+X, y en el MA la mayor digestibilidad de energía se encontró con A y la combinación de A+X.
Implicaciones
Aunque el maíz es un ingrediente muy digestible para aves, en especial como fuente de energía a través del almidón que contiene, este trabajo demuestra que la inclusión de enzimas exógenas mejora su valor energético; sin embargo, también parece factible incrementar en mayor medida la liberación de energía a través de la inclusión de otras enzimas como es el caso de proteasas.
Referencias
Angel, R., y J.O.B. Sorbara. 2014. Poult. Sci. 93:2375–2379.
Gehring, C.K. et al. 2013. World's Poult. Sci. J. 69:299-312.
Svihus B. 2014. Poult. Sci. 93:2394–2399.
Svihus, B. et al. 2005. Anim. Feed Sci. Technol. 122:303-320.
Vieira, S.L., et al. 2014. Poult. Sci. 93:2411–2416.
Simposio: Nutrición y alimentación de Aves en forma Oral
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