Las paredes celulares de las plantas son las fuentes principales del consumo de fibra dietética en los alimentos de las aves. La fibra es una fracción nutricional heterogénea que en la mayoría de los casos son resistentes a la actividad enzimática del tracto gastrointestinal (TGI); en ella son de relevancia: polisacáridos estructurales que forman las paredes celulares de los vegetales que son los homopolisacáridos (celulosa) y los heteropolisacáridos (hemicelulosa y peptina); estos son los polisacáridos no amiláceos; las gomas (polisacáridos de reserva) y la lignina; compuesto fenólico que une todos los anteriores. También están los alginatos, xiloglucanos, dextrinas, inulinas, glucanos y polisacáridos no sintéticos, pequeñas cantidades de proteína, polifenoles de alto peso molecular, cutinas, ácido fítico y almidón resistente (Periago, 1993 y Potty, 1996),
La estructura química varía de acuerdo al origen botánico por ejemplo: gramíneas o leguminosas. Las paredes celulares de las plantas están compuestas por micro fibrillas de celulosa que forman fuertes enrejados. Hay 4 tipos de polímeros insolubles en agua: lignina, celulosa, hemicelulosa y sustancias pépticas y los polisacáridos no almidones solubles en agua: arabinoxilanos, peptonas y oligosacáridos. La lignina tiende a fijar otros polímeros excluye el agua y hace a las células más rígidas y más resistentes contra una enzima bacteriana. Las peptinas sirven como goma cementante que une a las células; son abundantes en las leguminosas y en las paredes de las frutas. La fibra dietética es la unidad biológica que debido a sus propiedades intrínsecas influyen en la fisiología digestiva de las aves que la consumen. La celulosa es el polímero estructural de la pared celular y el más abundante en la tierra. Los cereales contienen entre 1 a 5% de celulosa mientras que esta representa del 40 a 50% de la cascara de las leguminosas y semillas de las oleaginosas y del 10 al 30% de los forrajes.
Fotografía: Jonah C en Pexels Hetland et al. (2001) observaron que las gallinas ponedoras consumen cama del galpón cuando el alimento de las aves no aporta fibra.
En monogástricos, la fibra insoluble es más resistente a la fermentación microbiana y por lo tanto menos susceptible a la degradación. Cuando usamos cascarilla de avena, soya o maní podemos tener un aumento del tamaño del buche, proventrículo y de la molleja y una mayor capacidad o volumen de alojamiento de bolo alimenticio en el tracto digestivo; además, un desarrollo funcional de la molleja.
En la etapa de levante de las pollonas de las 10 a 16 semanas de edad cuando se consumen el 50% de la ración de todo el periodo de cría y levante se puede usar del 4 al 6% de contenido de fibra; este nivel nos ayuda a preparar la gallina para que en el pico de producción las aves estén capacitadas para asegurarnos buenos consumos de alimento; la guía de la línea Loman, 2015 recomienda en esta etapa crítica 5 a 5.5 %. Los líquidos y material soluble pasan libremente al duodeno aunque pueden regresar a la molleja vía reflujo gastroduodenal. La velocidad de transito no es constante puede ser más lento por las partículas fibrosas. La fibra tiene un impacto positivo en la salud y la microflora intestinal; todos los subroductos como los salvados de maíz, trigo, cebada, avena y arroz; estimulan el crecimiento de las vellocidades intestinales.
Tabla 01. Recomendaciones nutricionales para pollitas marrones en recría. (Recomendaciones FEDNA)
Tabla 02. Recomendaciones nutricionales para ponedoras rubias en jaula. (Recomendaciones FEDNA)
Tabla 03. Recomendaciones nutricionales para ponedoras rubias en suelo. (Recomendaciones FEDNA)
En resumen
La fibra es de dos tipos: Soluble e Insoluble, esta última es la más importante, en los periodos de levante de pollonas de reemplazo y en la etapa de producción de huevos.
Propiedades o ventajas de la utilización de fibra insoluble:
Aumenta el tamaño del buche, la molleja, el intestino especialmente las vellosidades de los enterocitos y regula la velocidad del tránsito del bolo alimenticio.
Disminuye la mortalidad por canibalismo; ya que produce sensación de saciedad reduciendo el estrés en las aves especialmente las reproductoras pesadas y ponedoras que por lo general se manejan con consumos de alimentos muy restringidos.
La fibra en general provoca una estabilización o equilibrio en la flora microbial del intestino aumentando las bacterias benéficas, lo que produce una regularización del proceso digestivo disminuyendo las alteraciones del metabolismo y regularizando el proceso anabólico.
Hoy se considera la fibra como un factor positivo en la producción avícola.