Introducción
Los ácidos orgánicos han sido utilizados por varias décadas en el agua de bebida de aves con el fin de mejorar el rendimiento productivo de éstas (Khan & Iqbal, 2016). El objetivo de emplear ácidos orgánicos es controlar el desarrollo de determinados patógenos bacterianos como E. coli, Salmonella spp., mejorar la calidad del agua de bebida, mejorar la digestibilidad de la dieta y la conversión alimenticia. Además, se busca poder disminuir el consumo de antimicrobianos (Hassan et al., 2010; Scicutella et al., 2021).
Según van Immerseel et al. (2006), los ácidos orgánicos realizan una acción antibacteriana al disminuir el pH del agua de bebida y al reducir la capacidad de amortiguación del alimento, especialmente en buche (donde además se acumula alimento y pueden proliferar patógenos), proventrículo y molleja.
Respaldo científico para el uso de ácidos orgánicos en agua de bebida
Para analizar el efecto de la acidificación del agua de bebida, se ha realizado una revisión de diferentes estudios de campo disponibles (publicados a partir del año 2001, con pH entre 2 y 6 mayoritariamente) en pollos broiler, codornices y gallinas (Tabla 1).
Tabla 1. Resumen de los resultados obtenidos en diferentes estudios realizados con aves respecto a la acidificación del agua de bebida.
*Las diferencias señaladas entre los grupos fueron estadísticamente significativas (P< 0,05). 1IC: índice de conversión alimenticia. 2GMD: ganancia media diaria. 3UH: Unidades Haugh.
Se ha observado gracias a diferentes estudios de campo (Tabla 1) que las gallinas ponedoras presentan una mayor producción de huevos (Abbas et al., 2013; Gültepe et al., 2019). En pollos, el uso de ácidos orgánicos permite mejorar el peso final, el índice de conversión alimenticia, la ganancia media diaria y también, controlar el desarrollo de patógenos como Salmonella spp., E. coli y Campylobacter spp. a nivel del agua, buche y proventrículo. Asimismo, la acidificación del agua de bebida permite modular la microbiota intestinal, favorecer la digestibilidad de la dieta y a mejorar el crecimiento (Tabla 1). Además, los productores observan mayor calidad de la yacija y menos camas húmedas (Watkins et al., 2004).
La gestión del agua es de suma importancia para garantizar un mejor rendimiento de las aves (Adil et al., 2020). Es importante destacar que se obtiene mejor ganancia media diaria y conversión alimenticia en pollos realizando acidificación y desinfección del agua de bebida, más que llevando a cabo sólo acidificación o sólo desinfección del agua sola (Adil et al., 2011; Mohyla et al., 2007).
Conclusión
La acidificación del agua de bebida es una práctica muy extendida en la industria avícola (con pH incluso inferiores a 3). Niveles inferiores a un pH de 4 permiten esencialmente mejorar el rendimiento productivo (peso, crecimiento, conversión) y controlar determinados patógenos como E. coli, Salmonella spp., Campylobacter spp. en agua y dentro del tracto gastrointestinal. Son una herramienta necesaria para mantener junto a los procesos de desinfección, un agua de calidad para las aves, esencial para maximizar el rendimiento y las ganancias asociadas.
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