Las grasas de mala calidad aumentan el riesgo de enteritis necrótica
Publicado:26 de abril de 2021
Por:Plusvet Animal Health
Las grasas son un componente clave de los alimentos para aves: aportan ácidos grasos esenciales, ayudan a la absorción de vitaminas liposolubles y son una fuente muy eficiente de energía. Sin embargo, cuando están oxidadas contienen compuestos de peroxidación que cambian su olor y palatabilidad, al tiempo que reducen la ingesta de alimento y la productividad de las aves.
Las grasas que contienen ácidos grasos insaturados son preferibles en los alimentos para aves porque son más digeribles, pero los ácidos grasos insaturados tienen el inconveniente de que se oxidan fácilmente. El aceite de pescado es muy rico en ácidos grasos insaturados y el aceite de soja lo es más que el aceite de palma.
Las grasas oxidadas aumentan el riesgo de enteritis necrotica
La presencia de grasas oxidadas en el alimento conlleva un desequilibrio oxidativo que deteriora la salud intestinal a través de varios mecanismos de acción:
Las grasas oxidadas provocan cambios en las poblaciones bacterianas de la flora intestinal, lo que resulta en un aumento de los recuentos de Clostridium perfringens, la bacteria que causa la enteritis necrótica, en la parte superior del sistema digestivo. Del mismo modo, la adición de grasas animales como el sebo o la manteca de cerdo, aunque su calidad sea buena, favorece el crecimiento de Clostridium perfringens.
La membrana de las células epiteliales intestinales contiene cantidades elevadas de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA). Las grasas oxidadas dañan la membrana celular y perjudican la función de barrera epitelial. Además, las grasas oxidadas debilitan las uniones estrechas, que son los complejos de proteínas ubicados entre las células epiteliales e involucradas en la función de barrera intestinal. (Más información sobre la barrera intestinal aquí). La ruptura de la barrera intestinal permite que Clostridium perfringens llegue al torrente sanguíneo e infecte el hígado.
Las grasas oxidadas perjudican al sistema inmune digestivo, al alterar el tejido linfoide asociado al intestino (GALT) y reducir la producción de células y proteínas inmunes. Un sistema inmunológico que no funciona bien es un factor predisponente para la enteritis necrótica.
Prevencion de los riesgos que plantean las grasas oxidadas
Durante la fabricación del alimento es imprescindible seleccionar grasas de buena calidad, así como añadir un antioxidante adecuado que neutralice los compuestos de peroxidación presentes en los lípidos.
Lic. en Ciencias Animales, Doctor en Filosofía - PhD, Ciencia Animal (Ciencia Avícola) / Gestión de micotoxinas en las Américas Estados Unidos de América