La función de absorción de nutrientes del intestino puede verse influenciada por tres factores interdependientes principales que forman la base para mantener la salud intestinal: el sistema inmunológico intestinal, la microbiota intestinal y la nutrición. (KOGUT et al., 2017).
Hay varios factores que pueden activar el sistema inmunológico y alterar la microbiota intestinal, como los microorganismos, los factores antinutricionales de la dieta y el estrés, que deterioran las funciones intestinales, inician un proceso inflamatorio y perjudican el rendimiento de los animales. (PONT et al., 2020).
Sin embargo, el proceso inflamatorio intestinal afecta directamente la función de las tight junctions, proteínas responsables de controlar la permeabilidad intestinal aumentando el espacio entre las células intestinales. Esto permite que moléculas grandes y posibles patógenos, como las bacterias, pasen al torrente sanguíneo. (CHANG et al., 2020).
El fenómeno descrito anteriormente, llamado translocación bacteriana, se ha relacionado con problemas locomotores de pollos de engorde, ya que las bacterias llegan a diversos tejidos y órganos por vía hematógena y pueden causar una patología. Los estudios indican que las bacterias del género Staphylococcus están causando condronecrosis bacteriana con osteomielitis (BCO) en pollos de engorde a través de la translocación de la luz intestinal al torrente sanguíneo y, de esta manera, llegar a los huesos y articulaciones (AL-RUBAYE et al., 2017; JIANG et al., 2015).
Sabemos que los problemas locomotores, como la BCO y la artritis, que también pueden ser causados por bacterias del género Staphylococcus, dificultan el acceso al agua y a los alimentos debido a la cojera y, por lo tanto, afectan directamente el consumo de alimento. (AL-RUBAYE et al., 2017; COSTA; SANTANA; COELHO, 2016; JIANG et al., 2015). En este sentido, las aves tienden a presentar caquexia, una condición responsable de la condena de un gran número de canales y de grandes pérdidas financieras para la avicultura. (FERREIRA; SESTERHENN; KINDLEIN, 2012; OLIVEIRA; SAMPAIO; PEREIRA, 2021).
Por lo tanto, podemos afirmar que la salud intestinal puede influir en la rentabilidad de los sistemas de producción de pollos de engorde. La estrategia más popular para controlar la salud intestinal y la inflamación es el uso de antibióticos, sin embargo, debido a la resistencia a los antibióticos, se están aplicando medidas de prohibición y restricciones en todo el mundo. (KOGUT et al., 2017; MARON; SMITH; NACHMAN, 2013). En este contexto, las estrategias alternativas dirigidas a mejorar la salud intestinal ganan protagonismo.
Entre ellos, el extracto vegetal de la planta Macleaya cordata compuesto por alcaloides isoquinolina, como la sanguinarina, está bien posicionado y con grandes resultados en la salud intestinal. Los estudios afirman que los alcaloides de isoquinolina suministrados a los pollos de engorde son capaces de disminuir la permeabilidad intestinal mediante el control de la inflamación intestinal y mejorar los parámetros zootécnicos, como la ingesta de alimento y la conversión del alimento. (KIKUSATO et al., 2021; VIEIRA et al., 2008).