Dicho esto, es clave proporcionar un soporte nutricional adecuado, a través de una sólida comprensión del estado fisiológico de las aves; en particular el estado digestivo que determinará el potencial para la digestibilidad, la utilización y la retención de los nutrientes.
Adicionalmente, el conocimiento y comprensión de los demás procesos metabólicos y fisiológicos durante el período post eclosión da motivo al uso de estrategias nutricionales que permitan a las aves expresar todo su potencial genético. Por lo anterior, el objetivo de este artículo es revisar los procesos fisiológicos y las estrategias nutricionales durante la fase post eclosión para un óptimo desempeño zootécnico.
ASPECTOS DE GRANJA
Se sabe que uno de los principales problemas que afectan la calidad de las aves es el tiempo que se mantienen en las cajas de transporte desde la incubadora hasta la granja. Así, cuanto más rápido sea ofrecida una dieta adecuada, menor será su deshidratación y pérdida de peso, y habrá un mayor estímulo al desarrollo de la mucosa intestinal.
Los manejos adecuados para recibir al ave en las casetas implican:
- Condiciones limpias e inocuas en la caseta, para evitar afectaciones por microorganismos patógenos de lotes anteriores.
- Utilizar cortinas internas para permitir retener el calor generado por las criadoras.
- Disponer una cama de calidad capaz de conservar el calor, poco polvorienta para no generar irritaciones en las vías respiratorias y absorba correctamente la humedad.
- Alojar a las aves de 1 día de edad con una temperatura promedio de cama en 32°C.
- Garantizar una ventilación adecuada, que permita el recambio de aire y eliminar gases nocivos que afectan la calidad.
- Aplicar a la recepción vitaminas y electrolitos en agua de bebida, para rehidratar y disminuir el impacto por el estrés del traslado.
- Pesar al 10% de las aves alojadas (macho/hembra por separado) y determinar uniformidad.
- Proveer a las aves en el momento de recibirlas con varias fuentes de alimento. Se recomienda hacerlo frecuentemente a modo de estimular el consumo de alimento y favorecera ganancia de peso: servir poco y muchas veces es mejor que servir mucho, pero pocas veces.
- Evaluar 24 horas posteriores a la recepción el consumo de alimento deberá estar el 100% con buche lleno y consistencia blanda; esto determinará consumo de alimento y agua. Monitorear humedad relativa en la caseta (60-70%), ya que altera la sensación térmica del ave.
Es clave mantener un seguimiento puntual durante la fase pre- inicial a la conversión de alimento, ganancia diaria/semanal de peso, consumo de alimento y uniformidad del lote.
El seguimiento de estos parámetros zootécnicos permitirá conocer los obstáculos e identificar los puntos de mejora y tomar las decisiones adecuadas para realizar los ajustes en el momento oportuno.
ASPECTOS NUTRICIONALES
ACCESO AL ALIMENTO POST ECLOSIÓN. El tiempo de eclosión puede dilatar hasta 72 horas. (Noy y Uni, 2010). Como resultado, las aves que eclosionan primero pasan un período más largo dentro de la incubadora a temperatura ambiente alta, sin alimento y agua en comparación a las aves nacidas en períodos medio tardíos. En consecuencia, se tiene una mayor deshidratación y retraso, lo que sugiere que las aves de un mismo lote de huevos puedan experimentar el efecto de la disponibilidad de alimento ‘retrasado’ en el desarrollo fisiológico de manera diferente debido a su edad biológica. El acceso demorado al alimento afecta negativamente al desarrollo reflejando bajo peso, menor longitud intestinal, menor actividad enzimática, disminución de la densidad celular de las vellosidades y criptas (Maiorka et al., 2003).
PROTECCIÓN ANTIOXIDANTE. Partiendo del estrés oxidativo como una posible causa de un mal desempeño en esta etapa, las dietas pueden contener niveles más disponibles de vitamina E y Selenio.
PROMOVER EL DESARROLLO INTESTINAL. Como ya se mencionó durante las dos primeras semanas de vida, el intestino crece 4 veces más rápido que el resto del cuerpo, impulsa el aumento del peso corporal y ocupa hasta un 40% de la energía y proteína consumida.
Los probióticos pueden agregarse a las dietas para sembrar el intestino bacterias benéficas o protegerlo de los patógenos.
SOPORTE AL SISTEMA INMUNE. Comienza desde el embrión y continua después de la eclosión. Durante la primera semana de vida hay un rápido aumento en el número de leucocitos, debido al crecimiento de los órganos linfoides. La síntesis de células inmunes es un proceso metabólicamente costoso y depende mucho de la presencia de nucleótidos y aminoácidos.
COMPOSICIÓN DEL ALIMENTO. El buen desarrollo intestinal es esencial para lograr un crecimiento óptimo. El sistema digestivo post eclosión presenta una capacidad limitada, siendo vital proporcionar en la dieta nutrientes más digeribles y digestibles. La digestibilidad de las grasas y los aminoácidos provenientes de los granos y pastas es menor, y los nutrientes no digeribles pueden servir como sustrato para microorganismos intestinales indeseables. Inclusiones correctas de fitasa, proteasa y carbohidrasas son clave para la optimización de la digestión y la salud intestinal.
PROTEÍNAS DE ORIGEN ANIMAL. Otorgan una disposición de nutrientes más equilibrada (Akhter et al., 2008), en términos de aminoácidos necesarios para el crecimiento y desarrollo corporal, pero con alto costo económico para fines comerciales. Por lo tanto, generalmente se utilizan para complementar el equilibrio de aminoácidos en lugar de ser la fuente principal de proteínas. La calidad de las fuentes dependerá de la composición del ingrediente (Denton et al., 2005). Harina de hueso, pescado, carne, aves, plumas hidrolizadas y sangre son utilizadas (Pearl, 2002) al ofrecer un alto nivel de proteínas/ aminoácidos, fósforo disponible y minerales.
AMINOÁCIDOS. Permite cubrir los requerimientos nutricionales de acuerdo con los ingredientes disponibles y eficientizar; conversión alimenticia, maximizar desempeño zootécnico, reducir costo de alimentación y reducir excreción de nitrógeno. Los aminoácidos industriales tienen la capacidad de mejorar el volumen de aminoácidos disponibles en la dieta para la ganancia de peso y producción, vinculados también con la producción de anticuerpos (Han y Lee, 2000). Por lo tanto, el desarrollo del sistema inmune será mejorado si se obtienen cantidades adecuadas de aminoácidos en la dieta (Zarate et al., 2003). Para ser ideal, la proteína y la combinación de proteínas no debe poseer aminoácidos en exceso (Araújo et al., 2002).
MINERALES. Calcio (Ca), fósforo (P), concentración de sodio (Na) y balance electrolítico de la dieta (Na + potasio (K) – cloro (Cl)) son importantes durante las dos primeras semanas de alimentación. Para Ca y P, se han reducido su requerimiento. Partiendo que las aves tienen la capacidad de adaptarse a dietas con menores aportes resultando en mayor eficiencia de absorción posterior (Yan et al., 2005). Minerales como Na, Cl y K juegan un papel fundamental en el mantenimiento de la presión osmótica y el equilibrio ácido-base para un rendimiento óptimo (Maiorka et al., 2004). Es recomendable utilizar niveles de sodio en mayor proporción (Rostagno et al., 2011) que una dieta inicial. La utilización de minerales orgánicos es importante porque sus acciones son a nivel celular y ofrecen una mayor biodisponibilidad en relación a los minerales inorgánicos. Son denominados quelatos los compuestos formados por iones metálicos, secuestrados por sustancias orgánicas como aminoácidos, péptidos o complejos polisacáridos que proporcionan a estos iones una alta disponibilidad biológica, alta estabilidad y solubilidad (Kiefer, 2005). Los minerales orgánicos disponibles actualmente en el mercado poseen diferentes características químicas y físicas, en recurrencia del tipo de ligación utilizada y consecuentemente, generan diferentes respuestas nutricionales, pudiendo reflejar un mejor sistema inmune y resistencia ósea.
CEREALES. Uno de los componentes principales de la dieta, por lo cual su buena elección es primordial (de baja carga fúngica y sin micotoxinas). Se ha demostrado que cereales como el trigo contiene gran cantidad de polisacáridos no amiláceos que afecta la energía metabolizable y utilización de otros nutrientes; en contraste el sorgo y el maíz contienen menor cantidad de polisacáridos no amiláceos, lo que lo hace menos viscoso y con mayor contenido de energía metabolizable utilizable (Thomas et al., 2008).
GRASA. Se digiere mal en las funciones intestinales desarrolladas. Recirculación de la bilis y secreción de lipasa son factores limitantes durante esta edad (Krogdahl, 1985). Consecuentemente, las fuentes de grasa animal como el sebo son menos digestible que el aceite de soya, relacionado con la alta proporción de ácidos grasos saturados presentes en el sebo en comparación con los ácidos grasos insaturados (Tancharoenrat et al., 2013). El grado de saturación, posición del ácido graso y calidad de la grasa (impurezas, contenido de ácidos grasos libres y rancidez) afecta la digestión de la grasa. Se han utilizado varias estrategias para mejorar la digestibilidad de las grasas; lipasa exógena: emulsificantes de ácidos biliares, lecitinas de soya y emulsificantes sintéticos son una de ellas. (Zhang et al. 2011). Van den Brand et al. (2010) consideraron que la inclusión de grasas y aceites en una dieta previa al inicio se consideran indeseables debido a su baja digestibilidad en las aves jóvenes en comparación con el almidón.
FIBRA. Una cantidad mínima de fibra particularmente a una edad temprana puede beneficiar el desarrollo del tracto gastrointestinal, especialmente en desarrollo de la molleja (Mateos et al., 2012). Conjuntamente, la inclusión de fibra permite aumentar; el reflujo de la digesta hacia la molleja, estimular la secreción de ácido biliar y alfa-amilasa en la molleja, y contribuir eventualmente a la digestión y absorción de nutrientes (Jiménez - Moreno et al., 2009). Durante el período inicial (21 días), la inclusión de 30 g/Kg de cáscara de soya y/o cáscara de avena como fuentes de fibra lograron mejorar el rendimiento y digestibilidad de los nutrientes. A su vez, el consumo de alimento se redujo solo hasta el 4to. día sin efecto adverso sobre ganancia de peso y con mejor conversión de alimento (González et al., 2007). Además de esto, la cáscara de avena mejora el rendimiento de los pollos de engorda desde el primer día hasta los 42 días de edad, mientras que a pulpa de remolacha mejoró el rendimiento de las aves solo a los 10 días de edad (Gonzáles et al., 2010). Las propiedades fisicoquímicas de las fuentes de fibra pueden afectar la respuesta zootécnica en aves jóvenes, una cantidad moderada (2%-3%, insolubles) pueden ser consideradas (Mateos et al., 2012).
ADITIVOS ALIMENTARIOS. Pueden incluirse probióticos, prebióticos, enzimas, manano-oligosacárisos, ácido láctico, ácidos orgánicos, aceites esenciales, fitobióticos, secuestrantes de micotoxinas, inhibidores de hongos, antioxidantes, entre otros (Pretorius 2011). La aplicación de enzimas exógenas presenta una amplia gama de opciones: fitasa, xilanasa, glucanasa, galactosidasa, mananasa, amilasa, proteasa, etc. El aspecto más importante por destacar es la magnitud de la respuesta de la enzima a la suplementación, siendo mayor aves no están completamente pre-iniciales porque en aves jóvenes. El suministro de enzimas exógenas que no pueden producirse en cantidades suficientes puede producir más nutrientes y energías disponibles durante las primeras etapas de la vida, que también podrán reducir los requisitos para la producción de enzimas endógenas. Los prebióticos son ingredientes alimenticios que estimulan selectivamente el crecimiento o la actividad de bacterias benéficas en el intestino. Estos carbohidratos no digestibles (como pared celular de plantas y levaduras) son clasificados de esta forma, por ser constituidos de complejos de oligomananos, los más estudiados son; mananoligosacaridos (MOS), los galactooligosacaridos (GOS) y los frutoligosacaridos (FOS). Los nucleótidos sirven como subunidades o monómeros de ácidos nucleico tales como ADN y ARN. Estas moléculas orgánicas juegan roles biológicos importantes como precursores, actúan como coenzimas, son fuente de energía celular y participan en la activa síntesis de ADN y ARN (Jung y Batal, 2012). Jung y Batal (2012) descubrieron que alimentar a las aves con ARN de extracto de levadura a dosis de 20 o 60 g/Kg durante las dos primeras semanas de edad en aves bajo condiciones de alta densidad y baja calidad sanitaria; mostró un efecto significativo sobre el desempeño. Estos resultados sugieren que los nucleótidos pueden ser más eficaces cuando los animales están expuestos a estrés que cuando no lo están. Como es bien sabido, la capacidad de digestión limitada puede promover un buen desarrollo intestinal, un crecimiento muscular y mejora el desempeño zootécnico, el uso de proteínas plasmáticas es buena opción.
Al plasma secado por aspersión se le ha atribuido una reducción en la densidad celular y número de láminas del intestino delgado como signo de reducción de la inflamación local, mejor actividad enzimática, activación de factores de crecimiento de insulina y nivel de inmunoglobulinas en el producto, presencia de algunos péptidos biológicos activos o factores de crecimiento (Beski et al., 2015). Los extractos de plantas pueden estimular las enzimas digestivas, aumentar la digestibilidad y absorción de los nutrientes, poseer actividad antibacteriana, antiparasitaria y antioxidante entre otras (Utiyama et al., 2006). Brugalli (2003) reportó que los aceites esenciales en el organismo animal producen una alteración de la microbiotaintestinal, aumenta la digestibilidad y absorción de los nutrientes, estimula la actividad enzimática, mejora la respuesta inmune, controla la producción de amoniaco y las modificaciones morfo-histológicas en el tracto gastrointestinal. Las sustancias activas de las plantas pueden ser clasificadas de acuerdo con sus características físicas, químicas o de actividad biológica. Estas sustancias generalmente no se encuentran en la planta en un estado puro, sino en la forma de complejos cuyos componentes se complementan y refuerzan su acción sobre el organismo.
PRESENTACIÓN FÍSICA DE LA DIETA. El pellet es muy utilizado en dietas pre-iniciales por tener múltiples ventajas sobre la harina y/o migaja; permite aumentar la densidad del alimento facilitando su transporte de planta a granja, reduce el polvo, evita la selección de partículas, mejora la digestibilidad de los nutrientes como carbohidratos y proteínas, destruye factores anti nutricionales termolábiles y reduce la contaminación por agente patógenos (Lorenc¸on et al., 2007). Freitas et al. (2009) estudiaron los efectos de las formas físicas de las dietas pre-iniciales y observaron que las aves alimentadas con dietas en harina presentaron menor ingestión de energía y retención de proteína y grasa corporal en relación con las aves alimentadas con las otras presentaciones físicas del alimento. La mayor ingestión de energía metabolizable por las aves alimentadas con pellet y migaja pudo ser atribuido al mayor consumo y mayor metabolización de la energía. Oliveira et al. (2011) explicaron que los tratamientos físicos como extruido y peletizado son realizados en el procesamiento de las dietas con el objetivo de incrementar su eficiencia de utilización. Esto ocurre, porque además de la gelatinización del almidón del grano, también se da la desnaturalización parcial de las proteínas, que promueve el aumento de la digestibilidad del alimento y el mejor aprovechamiento del potencial genético del animal. La presentación física de la dieta es importante: la utilización de dietas en micro-pellet y/o migajas son más favorables (Junqueira et al., 2002).
TABLA 1. Desempeño zootécnico en pollitas de recría con 15 semanas de edad alimentadas con Nupio® en su primera semana de vida.
TABLA 2. Desempeño zootécnico en pollo de engorda con 35 días de edad alimentados con Nupio® en su primera semana de vida.
Es importante recordar, que a pesar de que un buen pellet, migaja y/o harina conlleva a una inversión económica ya que incrementan el costo de la dieta, sus beneficios traen compensación durante el ciclo productivo de las aves; ya que por ser un período muy rápido y de poco consumo de alimento, las ventajas serán vistas a lo largo de su vida productiva.
CONSIDERACIONES FINALES
- El desempeño productivo durante la vida del ave tiene una íntima correlación durante los primeros 7 días de vida, por lo que la productividad subsecuente puede ser comprometida si no existe el cuidado adecuado durante la fase preinicial. Es por ello que todas las mejoras que se realicen durante este período serán ventajosas a lo largo de la vida productiva.
- Las dietas preiniciales pueden variar sustancialmente de acuerdo con la composición e ingredientes utilizados, así como el tiempo de uso, pero en todos los casos deben considerar la fisiología y metabolismo que tiene el ave a esa edad.
- La utilización de materias primas de alto aporte nutricional y calidad (física – microbiológica) deben ser destinadas durante esta etapa. Entretanto, esta calidad no solo deberá limitarse en los ingredientes, también deberá incluir el proceso de fabricación para garantizar el programa de alimentación diseñado y la granulometría correcta para una mayor capacidad de absorción y aprovechamiento de los nutrientes.
- Uno de los desafíos durante este período, consiste en estimular el consumo de agua y alimento, sabiendo que la capacidad de consumo es limitada durante este período. Cuanto más rápido las aves se alimenten, más rápida será la diferenciación de los enterocitos (células epiteliales del tracto digestivo), la capacidad de absorción y transporte de nutrientes, la producción y secreción de enzimas digestivas y consecuentemente más rápida la maduración del sistema digestivo.