Introducción
La avicultura a lo largo de muchos años ha venido creciendo exponencialmente, siendo una de las ramas de mayor importancia en la obtención de alimento diario. Las aves de corral, en el mundo rural en particular, son esenciales para la subsistencia de muchos agricultores de escasos recursos, puesto que a menudo es el único activo que poseen. Este tipo de ave representa aproximadamente el 80 % de las poblaciones de aves de corral en los países con déficit de alimentos, de bajos ingresos y contribuye de forma significativa a la mejora de la nutrición humana, mediante el suministro de alimentos de carne y huevos, con nutrientes y micronutrientes de alta calidad (FAO 2013). Las gallinas son aves de corral y fuente de proteína. De tal manera, es importante conocer varios aspectos sobre las gallinas ponedoras, también llamadas aves de postura (Pérez 2021).
Dentro del sector avícola, en los países desarrollados, la producción para obtener huevos es intensivo y las aves se crían en jaulas, bien por separados o en grandes grupos. Los métodos de producción intensiva incluyen el confinamiento de las aves de corral en jaulas, lo que les permite abaratar costos de producción (Ricaurte 2006). De igual forma, se encuentran una amplia variedad de aves de postura las cuales se diferencian por líneas y razas. Una de las más importantes son las Hyline Brown®, estas son aves de postura cuya producción de huevos se caracteriza por su pigmentación marrón oscuro. Sin embargo, cada gallina produce más de 467 huevos color marrón oscuro hasta las 100 semanas de edad, según lo menciona la guía de manejo de Hy-line Brown®. Estas características combinadas con una eficiencia alimenticia sin igual, con la mejor calidad interior del huevo en el mercado y con una excelente viabilidad le dan a la Hy-line Brown® el balance perfecto.
Por esa razón, el calcio es fundamental en las aves de postura, ya que este mineral es uno de los elementos necesarios para el mantenimiento, producción de huevo y buena calidad del cascarón. Además, es el componente inorgánico más abundante del esqueleto y toma parte en su formación y mantenimiento; y es importante en muchas otras funciones biológicas como la coagulación de la sangre, activador y desactivador de enzimas, en la transmisión de los impulsos nerviosos y en la secreción de hormonas (García 2016). Por otro lado, es de suma importancia la granulometría del calcio en la alimentación, ya que la misma está relacionada con la biodisponibilidad y absorción intestinal (Vera et al. 2012). Las diferentes fuentes de calcio influyen en la liberación lenta en las gallinas ponedoras y permite que estas partículas sean retenidas en la molleja y este calcio sea solubilizado y asimilado lentamente para que en el momento de calcificación la gallina no dependa exclusivamente del calcio proveniente del hueso medular ((Cuca et al. 2007).
En los últimos años en la nutrición avícola se da la tendencia de la implementación de los ácidos orgánicos para reemplazar a los antibióticos promotores de crecimiento (APC). Existe evidencia de que éstos mejoran algunos indicadores del rendimiento productivo de las gallinas, entre ellos la calidad externa e interna del huevo ((Alvarez et al. 2020) . De igual forma, el uso de ácidos orgánicos en la alimentación de las aves, contribuye al mantenimiento de la integridad y estabilidad de la micro biota intestinal; además, dificulta la proliferación de microrganismos patógenos, ayuda a prevenir la aparición de enfermedades y a mejorar el rendimiento productivo ((Ángel Isaza et al. 2019). El objetivo del presente estudio fue: Evaluar el efecto de la interacción de diferentes granulometrías de carbonato de calcio y ácido propiónico en el desempeño productivo y calidad del huevo de la gallina ponedora Hy-Line Brown® de 60 semanas de edad.
Materiales y Métodos
Sitio de Estudio y Condiciones Geo-climáticas
El presente estudio se realizó en el Centro de Investigación y Enseñanza Avícola de la Escuela Agrícola Panamericana, Zamorano, ubicado en el Valle de Yegüare, municipio de San Antonio de Oriente, departamento Francisco Morazán, a 32 km de Tegucigalpa, Honduras. La unidad experimental tiene una altura de 800 msnm y una temperatura promedio que oscila en los 26 °C.
Animales, Tratamientos y Dietas
Un total de 400 gallinas ponedoras Hy-Line Brown® de 60 semanas de edad se distribuyeron según un diseño totalmente aleatorizado durante 10 semanas, ocho tratamientos, 10 repeticiones por tratamiento y 5 aves por repetición. Los tratamientos fueron los siguientes:
Cuadro 1: Cuadro de Tratamientos.
Cuadro 2: Ingredientes y aportes nutricionales de la dieta
Condiciones Experimentales
Las gallinas ponedoras estuvieron alojadas en un galpón comercial de 400 m2 , en jaulas de 61 x 36 cm, con ventiladores de techo y un sistema de iluminación artificial. El agua se les suministró adlibitum en un bebedero de galón por corral y el consumo de alimento se restringió a 120 g/ave. Se les suministraron 16 horas de luz por cada día y no se empleó ninguna atención veterinaria terapéutica durante la etapa experimental.
Desempeño Productivo
Para evaluar el desempeño productivo se consideraron cinco componentes: 1) intensidad de puesta, 2) peso del huevo, 3) huevos sucios, 4) consumo diario de alimento, 5) conversión masal. El peso del huevo se determinó en todas las semanas experimentales. Se recolectaron 30 huevos de cada tratamiento entre las 08:30 a 09:30 am y posteriormente se pesaron en una balanza técnica digital SARTORIUS modelo BL 1500 con precisión ±0.1 g y se calculó el peso promedio. El consumo de alimentos se midió diariamente por el método de oferta y rechazo. Para determinar la intensidad de puesta se consideró la producción total de huevos/semana/tratamiento; se asumió un huevo/día/ave alojada como 100%. Para determinar los huevos sucios, se recolectaron los huevos sucios de cada tratamiento y se calculó un promedio de huevos sucios /tratamiento/semana. La conversión masal se calculó a partir del alimento consumido, el peso del huevo por repetición y el número de huevos puestos.
Calidad del Huevo
En las semanas 65 y 70 se recolectaron 30 huevos por tratamiento y se determinó la calidad externa e interna del huevo en el laboratorio de calidad del huevo en el Centro de Enseñanza e Investigación Avícola de la Escuela Agrícola Panamericana, Zamorano. La calidad del huevo se analizó el mismo día de la recolección mediante un analizador automático TSS EggQuality (York, Inglaterra) y el software Eggware v4x.
La resistencia a la ruptura de la cáscara del huevo (polo medio) se midió con un analizador de resistencia QC-SPA® (York, Inglaterra). Para el grosor de la cáscara del huevo (polo medio) se utilizó un tornillo micrómetro QC-SPA® (York, Inglaterra) con una precisión de ± 0.001 mm. Para la calidad interna del huevo, la altura del albumen se determinó mediante un analizador de altura QHC® (York, Inglaterra) con una precisión de ± 0.01 mm. La unidad Haugh se calculó con la fórmula HU = 100 * log (H + 1.7W0.37 + 7.6); donde HU es la unidad Haugh, H es la altura de la albúmina y W es el peso del huevo. El color de la yema se evaluó mediante un colorímetro electrónico CCC® (York, Inglaterra), que tiene en cuenta la escala de Roche de 15 colores.
Análisis Estadísticos
Los datos se procesaron mediante un análisis de varianza con factores fijos (granulometría de calcio y ácido propiónico) según un diseño factorial completo (4x2) en el software estadístico SPSS versión 23.1. En los casos necesarios se utilizó la décima de rangos múltiples de medias de Duncan. El porcentaje de huevo no aptos se determinó por comparación de proporciones. También, se realizó una interacción para la granulometría del calcio y el empleo de ácido propiónico.
Resultados y Discusión
El cuadro 3 muestra el efecto de la interacción de la granulometría de calcio y ácido propiónico en el desempeño productivo de gallinas ponedoras de (60-70 semanas de edad). El peso del huevo, consumo de alimento y conversión masal no indicaron diferencias estadísticas entre tratamientos (P > 0.05). Sin embargo, la intensidad de puesta mostró diferencias notables para los tratamientos y granulometría de calcio (P ≤ 0.05), siendo el T1 (60:40) y T5(60:40P) los que presentaron los mejores resultados en comparación al T8(75:25P) y T4(75:25P). Destacar, que el tratamiento con 60:40 (grueso: fino) tuvo una mayor producción de huevo que las proporciones 75:25 (grueso: fino). Además, la adición de ácido propiónico no tuvo un efecto marcado en los indicadores medidos. También, el T7(70:30P) mostró el mayor porcentaje de huevos sucios (P = 0.031) comparado con T4 (75:25) con la menor cantidad de huevo sucios.
Cuadro 3: Efecto de la interacción de la granulometría de calcio y ácido propiónico en el desempeño productivo de gallinas ponedoras Hy-Line Brown® (60-70 semanas).
Con los resultados del Cuadro 2 se observan diferencias estadísticas entre los tratamientos referente a la intensidad de puesta de las gallinas ponedoras, en donde el tratamiento (T8 75:25P) mostró una disminución de postura al suministrarle 75% de calcio grueso y 25% de calcio fino. (Gamabaro. 2020) menciona que el tamaño de la partícula del alimento influye en la digestibilidad de los nutrientes, en la motilidad, tránsito intestinal y en la secreción de enzimas digestivas. Sin embargo, a mayor granulometría de calcio, esta permanecerá mayor tiempo en la molleja, de igual manera (Sanmiguel-Plazas et al. 2016) demostraron que al incluir partículas más finas de calcio se mejoran rendimientos de postura y consumo de alimento.
Esto se ve reflejado en los resultados de este estudio, ya que al utilizar niveles altos de calcio grueso en dietas de gallinas ponedoras se observa un efecto negativo en cuanto a la intensidad de puesta. Por otro lado (Diaz 2011) menciona que la madurez sexual y la actividad productiva en las gallinas están influidas por factores como: edad de la gallina, temperatura ambiental, estrés calórico, intensidad lumínica, peso corporal y alimentación. De esta manera, se asegura que la alimentación y la edad de las gallinas desempeñaron un papel importante en cuanto a la intensidad de postura. Asimismo (Pizzolante et al. 2009) demostraron que las gallinas ponedoras regulan el consumo de alimento según el tamaño de las partículas carbonato de calcio que se les proporcione. (Gudev et al. 2011); (Felver-Gant et al. 2012) indican que al disminuir el consumo voluntario del alimento se afecta en primera instancia la tasa de postura en gallinas ponedoras
En cuanto al porcentaje de huevos sucios se observa que el tratamiento T7 (70:30P) presentó el mayor porcentaje, cabe mencionar que la adición de ácidos orgánicos (ácido propiónico) provoca una reducción del pH intestinal en las gallinas, lo que facilita una mayor cantidad de nutrientes. (Yesilbag y Colpan 2006) indican que los ácidos orgánicos inhiben el crecimiento bacteriano, preservan un balance microbiano en el tracto gastrointestinal de los animales, lo que modifica el pH del intestino y mejora la solubilidad de los ingredientes, digestión y absorción de nutrientes por lo que genera mayor consumo de alimento. Según (Rosales y Machado-Pinto 2013) reportaron un porcentaje menor de huevos sucios al adicionar 70 por ciento de calcio grueso en la dieta de gallinas Hy-line Brown de 70 semanas de edad. A pesar de los cambios fisiológicos, microbiológicos y bioquímicos comprobados del ácido propiónico, este ácido orgánico provocó al parecer heces más líquida debido a la dilución de la digesta, sin embargo, otros estudios son necesarios para corroborar la hipótesis.
El peso del huevo no cambió con la adición de diferentes granulometrías calcio y ácido propiónico, similar respuesta encontraron (Cuca et al. 2007) donde el peso del huevo no presentó diferencias estadísticas al evaluar el efecto de niveles crecientes de calcio en la calidad interna y externa del huevo en gallinas ponedoras. Con respecto al consumo del alimento, nuestros resultados no variaron entre tratamiento y se mantuvieron en un rango similar. Según (Sanmiguel-Plazas et al. 2016) las gallinas mejoran el consumo de alimento cuando las dietas tienen partículas de carbonato de calcio hasta de 6 mm, mayores a este tamaño no afecta en la calidad de huevo, pero si en el consumo de alimento. (Escalante 2017) indicó que el uso de calcio con partículas gruesas aumenta la conversión masal. Por lo que concuerda con los hallazgos de (Saunders-Blades et al. 2009) quienes observaron una menor eficiencia en la conversión masal en las gallinas ponedoras a medida que el calcio fino se remplazaba con el calcio grueso.
En el cuadro 4 muestra el efecto de la interacción de la granulometría de calcio y ácido propiónico en la calidad del huevo de gallinas ponedoras Hy-Line Brown® de 65 semanas. La altura del albumen, unidad Haugh, resistencia a la ruptura y color de la yema no mostraron diferencias notables entre tratamientos. Sin embargo, el peso del huevo indicó diferencias significativas para los tratamientos y granulometría de calcio (P ≤ 0.05), siendo el T4 (75:25) y T8 (75:25P) los que presentaron los mejores resultados en comparación al T6 (65:35P). Destacar, que los tratamientos con 75:25 (grueso: fino) indicaron un mayor peso en el huevo que las proporciones con 65:35 (grueso: fino). El grosor de la cascara mostró diferencias estadísticas para tratamientos, granulometría de calcio y ácido propiónico (P ≤ 0.05), siendo el T4 (75:25P) quien presentó los mejores resultados en comparación al T5(60:40P), T6(65:35P) y T8(75:25P). Destacar, que los tratamientos con 75:25 (grueso: fino) presentaron mayor grosor en el cascarón que las proporciones 60:40, 65:35 (grueso: fino). Sin embargo, los tratamientos que no se les agregó ácido propiónico presentaron un efecto mayor en el grosor de la cáscara en comparación a los que si se les adicionó el ácido orgánico.
Cuadro 4: Efecto de la interacción de la granulometría de calcio y ácido propiónico en la calidad externa e interna del huevo de gallinas ponedoras Hy-Line Brown® de (65 semanas).
El indicador del peso del huevo está completamente relacionado con la edad de las aves, a medida que las gallinas aumentan de edad, necesitan calcio en granulometrías de mayor tamaño, debido que el calcio fino es de alta solubilidad y no lo pueden retener. De igual manera el peso del huevo depende principalmente de la formación esquelética y el peso corporal de las aves en su madurez (16 a 18 semanas), por lo que coincide con (Guo y Kim 2012); (Anchieta et al. 2011) quienes demostraron que las partículas de carbonato de calcio grueso aumentan el peso del huevo en comparación con las partículas finas. De esta manera, lo antes mencionado difiere con (Cufadar et al.2011) quienes no encontraron diferencias significativas en el peso del huevo con gallinas de segundo ciclo de producción, utilizando concentraciones de Ca con diferentes granulometrías. En este sentido, (Saunders-Blades et al. 2009) determinan que el peso del huevo se incrementa gradualmente a través del curso de producción, por lo que el peso es menor durante la primera fase y se incrementa gradualmente al final de la fase de producción en relación con la edad y peso corporal. Asimismo, los resultados del presente estudio concuerdan con los parámetros establecidos por la guía de manejo (Hy-Line Brown 2019) donde indica que el peso del huevo en la semana 65 ronda entre los 64gr.
La altura del albumen y la unidad haugh no presentaron diferencias estadísticas, por lo que la adición de ácido propiónico y diferentes granulometrías de calcio no manifestaron efecto alguno. (Garial 2016) menciona que los factores que afectan la calidad del albumen son relacionados a la edad de la gallina, enfermedades (Bronquitis Infecciosa), alimentación (deficiencias en proteínas y aminoácidos) y el manejo relacionado con el programa de intensidad lumínica. Por lo tanto, esto coincide con (Bravo y Zambrano 2016) quienes mencionan que basados en los manuales de postura la altura del albumen debe de estar por encima de 8mm y 88 unidad haugh para ser un huevo de buena calidad.
Las granulometrías con mayor porcentaje de calcio grueso 70:30 y 75:25 (grueso: fino) muestran tener un efecto positivo en la resistencia a la ruptura, debido que, al aumentar el tamaño de las partículas de calcio en las gallinas viejas, se obtiene mayor retención de calcio en la molleja, el que es utilizado para la formación de la cáscara. (Safaa et al. 2008) demuestran que al aumentar el consumo de calcio en las gallinas mejoran el grosor del cascarón, por lo que resiste mayores fuerzas aplicadas. Según, la guía de manejo (Hy-Line Brown 2017) la resistencia de la cáscara está determinada por el metabolismo del calcio en la gallina, el cual es un flujo dinámico entre el calcio aportado por el alimento y el hueso del útero. En cuanto al grosor de la cáscara, se observa que las proporciones con 75:25 y 70:30 (grueso: fino) presentaron mayor grosor en el cascarón que las proporciones 60:40 y 65:35 (grueso: fino). Estos resultados difieren con los de (Rivas y Rivera 2016) quienes no encontraron diferencias significativas (P > 0.05) en el grosor de la cáscara al proporcionar tres diferentes granulometrías de calcio, mencionando que independientemente del tamaño de las partículas de carbonato de calcio, estas no influyeron en el grosor del cascarón. En caso contrario, los resultados de este estudio concuerdan con los de (Koutoulis et al. 2009) quienes observaron diferencias notables en el grosor de la cáscara con el tamaño de la partícula de calcio suplementado a la dieta de gallinas ponedoras. En este sentido, (Loaiza et al. 2015) mencionan que el espesor (grosor) de la cáscara se relaciona con el tamaño del huevo y la edad de la gallina, dado que a medida que la gallina envejece, el tamaño de los huevos aumenta, por lo que la gallina requerirá más calcio disponible para la formación del cascarón. Acorde a (Rodriguez y Vélez 2012) reportaron que los requerimientos de calcio son más elevados durante la formación de la cáscara, que coincide mayoritariamente en la noche, cuando el animal no tiene posibilidad de consumir pienso y la retención del calcio en la molleja permitirá utilizarlo en la calcificación pero depende en gran medida del tamaño de partículas utilizadas.
El color de la yema es uno de los principales criterios del consumidor para juzgar la calidad del huevo, dicho color proviene de los alimentos que se les suministra a las aves en el concentrado. Estos resultados coinciden con (Rivas y Rivera 2016) quienes no encontraron diferencias en el color de la yema al adicionar tres granulometrías de calcio. Según, (Roberts 2004) el color de la yema varía considerablemente dependiendo de la dieta que se les provea a las gallinas.
El cuadro 5 muestra el efecto de la interacción de la granulometría de calcio y ácido propiónico en la calidad del huevo de gallinas ponedoras Hy-Line Brown® de 70 semanas de edad. El peso del huevo, altura del albumen y la unidad Haugh no mostraron diferencias estadísticas entre tratamientos. No obstante, la resistencia a la ruptura mostró diferencias notables para los tratamientos y granulometría de calcio (P ≤ 0.05), siendo el T7 (70:30P) el que presentó los mejores resultados en comparación a T1 (60:40), T4 (75:25) y T5 (60:40P). Destacar, que las proporciones con 70:30 (grueso: fino) presentaron mayor resistencia a la ruptura que las proporciones 60:40 (grueso: fino). Con respecto al grosor de la cáscara, éste mostró diferencias estadísticas para los tratamientos y granulometría de calcio (P ≤ 0.05), siendo el T7 (70:30P) quien presentó mejores resultados en comparación al T1 (60:40), T4 (75:25), T5 (60:40P) y T6 (65:35P). Destacar, que los tratamientos con 70:30 (grueso: fino) mostraron mayor grosor en el cascarón en comparación a las proporciones 60:40 (grueso: fino). El color de la yema indicó diferencias notables para los tratamientos, granulometría de calcio y ácido propiónico (P ≤ 0.05), siendo el tratamiento T6(65:35P) quien presentó mayores resultados en comparación al T1(60:40) y T2(65:35). Asimismo, las proporciones con 65:35 y 70:30 (grueso: fino) presentaron mayor pigmentación en la yema que la proporción 60:40 (grueso: fino). Sin embargo, la adición de ácido propiónico indicó tener un efecto en el color de la yema, al parecer favorece la incorporación de la absorción de los pigmentos carotenoides como zeaxantina en el lumen intestinal, otros estudios son necesarios para corroborar este planteamiento.
Cuadro 5: Efecto de la interacción de la granulometría de calcio y ácido propiónico en la calidad externa e interna del huevo de gallinas ponedoras Hy-Line Brown® de (70 semanas).
Los resultados obtenidos en este estudio demuestran que el grosor de la cáscara del huevo presentó diferencias notables al implementar proporciones mayores de calcio fino y menores de calcio grueso, provocando una disminución en el grosor del cascarón. (Arias 2016) menciona que, con el aumento de la edad de las gallinas, la digestibilidad y metabolismo del calcio se deterioran, lo que afecta el grosor de la cáscara. Asimismo, (Gongruttananun 2011) indica que las partículas más gruesas proporcionan más calcio disponible para la formación del cascarón provocando un aumento en su grosor. De esta manera, los resultados de la presente investigación concuerdan con los de (Vera et al. 2012) quienes presentaron diferencias estadísticas en el grosor de la cáscara cuando proporcionaron partículas más gruesas de carbonato de calcio en la dieta de gallinas ponedoras. Según (Fernandes et al. 2021) menciona que, para gallinas ponedoras, el tamaño de la partícula de calcio y su fuente asumen diferencias en su liberación y absorción durante el proceso de formación de la cáscara, una de las posibilidades de poder manipular la calidad de la cáscara, es la utilización de fuentes de calcio grueso que presenta solubilidad más lenta, por lo que al implementar proporciones altas de calcio grueso en las dietas de gallinas ponedoras, se obtienen mayor grosor y calidad de la cáscara del huevo.
En cuanto a resistencia de ruptura, cabe destacar, que las proporciones de calcio con 70:30 (grueso: fino) influyeron en resistir mayores fuerzas aplicadas debido a un mayor grosor en el cascarón. Estos resultados difieren con los hallazgos obtenidos por (Cufadar et al. 2011) quienes demostraron que al tener dietas con disponibilidad de calcio menor no presentan repercusión alguna en los valores de quebradura. Además, (Witt# et al. 2009) identificaron que el tamaño de las partículas de carbonato de calcio mejora la calidad del cascarón lo cual se utiliza con frecuencia como sinónimo de resistencia de la cáscara o capacidad del huevo para resistir fuerzas aplicadas. En este sentido, (Abarca 2011) indica que una cáscara resistente es aquella que puede absorber y tolerar mayor impacto y otras fuerzas físicas sin agrietarse, los huevos con cáscara delgada y muy porosa están sujetos resistir menores fuerzas aplicadas en comparación a los que poseen cascarón grueso y poco poroso. (Swiatkiewicz et al. 2010) indican que la adición de ácidos orgánicos (ácido propiónico) aumenta la disponibilidad de Ca y P, por la disminución del pH en el tracto intestinal superior y la estimulación de la longitud de las microvellosidades, actuando positivamente en resistir quebraduras en los huevos de gallinas ponedoras.
Con respecto al color de la yema, (Bertoncelj et al. 2019) menciona que el color de la yema es uno de los factores más importantes para la evaluación de la calidad de los huevos y le afecta el alimento de las aves, en su mayoría el contenido del pigmento, el tipo de la cría de las gallinas ponedoras y los efectos genéticos. Por otro lado, (Park et al. 2009) presentaron una mejora en la productividad en gallinas ponedoras aumentando los valores en los parámetros de calidad de huevo (color de la yema) al adicionarle ácidos orgánicos en las formulaciones. Lo antes mencionado coincide con los resultados obtenidos en este estudio, en donde los tratamientos con inclusión de ácido propiónico mostraron un mayor valor, lo que equivale a una coloración más saturada de la yema y por ende una mayor calidad del huevo.
Conclusiones
La granulometría del calcio afectó la intensidad de puesta, peso del huevo y consumo de alimento en gallinas ponedoras Hy-Line Brown® , sin efecto para el empleo del ácido propiónico.
El uso de una mayor proporción de calcio grueso (2-4 mm) incrementó el peso del huevo y grosor de la cáscara, resistencia a la ruptura del huevo y color de la yema, este último indicador interaccionado con el ácido propiónico