Son múltiples los problemas que los empresarios avícolas, socios, accionistas y cadena de empleados sin importar su rango jerárquico, nacionalidad y tamaño de la empresa deben soportar, ocasional o permanentemente, que pueden afectar su salud y cuya solución en algunos casos no está en sus manos.
La impotencia ante fenómenos naturales: inundaciones, huracanes, vendavales, tornados, erupciones volcánicas, terremotos, cada vez más frecuentes y desastrosos, consecutivos al Cambio Climático y el Calentamiento Global, son una muestra palpable.
Si el déficit de materias primas es subsanado por importaciones de países del mismo continente, Estados Unidos, Argentina, Bolivia y por un verano o inviernos cruentos por ejemplo en Rusia, automáticamente, gran parte del cupo con que contaban se despachan como colaboración de las naciones exportadoras para atender el faltante de producción de tan lejana e importante nación, el resultado: elevación de los precios de importación.
Si en un País, Departamento, Provincia y Estados vecinos se reportan brotes de Influenza aviar, deben iniciarse toda clase de planes para evitar el riego de presentación de esta terrible enfermedad y todo el andamiaje administrativo y técnico debe entrar en acción en forma inmediata.
Por la anterior razón cobra gran vigencia lo estipulado por la Organización Internacional de Epizootias, OIE, en el sentido de dar aplicación a lo que denomina como COMPARTIMENTO, significa este término que la gran cantidad de explotaciones avícolas situadas en una misma zona geográfica deben operar bajo un mismo sistema de medidas de vigilancia, control y BIOSEGURIDAD para minimizar y evitar al máximo la presentación de brotes, desastres económicos y afectaciones en el comercio internacional.
Las determinaciones oficiales con nuevas Leyes, Decretos, Normas Tributarias, Resoluciones Sanitaras, crean inquietud y nerviosismo.
Muchas instalaciones avícolas fueron establecidas hace treinta o más años en zonas rurales alejadas de las ciudades pero debido al crecimiento de la población humana hoy en día han quedado vecinas a municipios, ciudades, centros educativos y de turismo y por el famosos y temido Plan de Ordenamiento Territorial, POT, deben ser trasladas a otros sitios y si esto no es posible, en un corto plazo, deben ser desmontadas por completo.
Algo que se ha visto en repetidas ocasiones: la lucha generacional entre los fundadores, pioneros, de una empresa que aún mantienen las riendas de la misma y al vincular a sus hijos, yernos, nueras, nietos, con especializaciones en mercadeo, economía, ingeniería de alimentos o industrial, entre otras, que desean implantar innovaciones, se ven frenados por el jefe máximo y el resultado: irreconciliables conflictos familiares que terminan por desaparecer la empresa.
Ante la imposibilidad de analizar en forma detallada tantos tópicos remito a los lectores a la gráfica siguiente que explica en forma condensada porqué el título del presente artículo: LA AVICULTURA: Una industria estresante.