Introducción
En la industria avícola los costes de producción están en gran parte asociados al pienso, concretamente, alrededor del 60%. Además, el incremento de la producción animal a nivel global en los últimos años debido a una población creciente pone en riesgo la disponibilidad de los ingredientes tradicionales incluidos en la alimentación de los pollos de carne. La inclusión de grasas añadidas en los piensos para pollos de carne es esencial para alcanzar sus altos requerimientos en energía, además de presentar otras ventajas positivas (fuente de ácidos grasos esenciales y vitaminas, mejoras en la palatabilidad, entre otras).
Existe un interés creciente en nuevas fuentes de energía alternativas que permitan una reducción en los costes de producción y al mismo tiempo mantenga la calidad y eficiencia productiva. En base a esto, los coproductos y subproductos derivados del proceso de refinado del aceite vegetal, como la oleína y la lecitina, representan una opción a tener en cuenta. Las oleínas se caracterizan por una elevada proporción de ácidos grasos libres (AGL), una baja proporción de triglicéridos (TG) y un perfil de ácidos grasos (AG) similar a su aceite nativo (Vilarrasa et al., 2014). Sin embargo, algunos autores apuntan que su elevado contenido en AGL causa una reducción en la utilización de la energía (Roll, et al., 2018). Por otro lado, la lecitina de soja es una mezcla de lípidos obtenidas tras el proceso de desgomado del aceite y que se caracteriza por su alto contenido en fosfolípidos, y en menor medida, de aceite de soja crudo. Debido a su composición química, es una buena fuente de energía, ácido linolénico, vitamina E, colina y, además, presenta actividad emulgente (Nguyen et al., 2014).
El objetivo de este estudio fue valorar diferentes grados de combinación de ambas fuentes de energía alternativas en un ensayo con pollos de carne, y estudiar su influencia sobre los parámetros productivos, la energía metabolizable aparente (EMA) y la digestibilidad de los AG.
Material y métodos
Animales e instalaciones
El proyecto experimental fue aprobado por la Comisión de Ética en Experimentación Animal y Humana (CEEAH) de la Universidad Autónoma de Barcelona y fue conforme a la Directiva Europea sobre el cuidado y uso de animales en investigación (Directiva 2010/63/UE).
El ensayo se realizó en el Servei de Granges i Camps Experimentals (UAB, Bellaterra, Barcelona, España). Un total de 96 aves hembra Ross 308 de 0-días fueron adquiridas en una incubadora comercial local (Pondex S.A.U; Juneda, Lleida, España), pesadas, anilladas en el ala, aleatoriamente distribuidas y alojadas en jaulas con suelo de rejilla y bandejas para la recogida de excretas y asignadas a 4 tratamientos experimentales. Cada tratamiento fue replicado 6 veces con 4 aves alojadas por jaula. Las aves tuvieron acceso a comida y agua ad libitum en una sala con las condiciones ambientales controladas y un programa de temperatura acorde a las especificaciones del manual de manejo de la línea genética Ross 308.
Diseño y piensos experimentales
Se realizó un engorde de 38 d dividido en dos fases: periodo de arranque (0-21 d) y periodo de crecimiento-acabado (21-38 d). Todas las dietas fueron formuladas para alcanzar o sobrepasar los requerimientos para pollos de carne (Fundación Española Desarrollo Nutrición Animal, 2008).
Las aves recibieron un pienso de arranque y otro de crecimiento-acabado, ambos en forma de harina, y basados en trigo y harina de soja. En ambos periodos, una dieta basal fue suplementada al 3,00% con una oleína vegetal (A3; Energía bruta: 9429 kcal/kg; 51,2% en AGL) o lecitina cruda de soja (Energía bruta: 8105 kcal/kg; 4,2% en AGL) en diferentes combinaciones (Tabla 1). El perfil de AG de las dietas experimentales de arranque y crecimiento-acabado figura en la Tabla 1. Además, se añadió TiO2 (dióxido de titanio) al 0,50% en la dieta como marcador inerte para calcular la digestibilidad de los AG y el valor de EMA de los piensos.
Tabla 1: Grasas añadidas y composición analizada de ácidos grasos1 de los piensos de arranque y crecimiento-acabado de las dietas experimentales2
Controles, muestreo y análisis de laboratorio
Se registró el peso vivo (PV) y el consumo de pienso a día 21 y 38 de la prueba experimental. Con estos datos se calculó la ganancia media diaria (GMD), el consumo medio diario (CMD) y el índice de conversión (IC). Se registró la mortalidad para ajustar los resultados de GMD y CMD.
Se realizaron dos balances de digestibilidad de nutrientes entre los días 9-11 (periodo de arranque) y días 36-37 (periodo de crecimiento-acabado). Durante la recogida de excretas se eliminaron plumas, escamas y pienso. Las muestras de excreta fueron liofilizadas, molturadas, homogeneizadas y mantenidas a 5ºC hasta su posterior análisis. Además, se recogieron muestras de los piensos experimentales al inicio y final de cada periodo del ensayo para analizar.
La materia seca, proteína bruta, extracto etéreo, cenizas y fibra bruta del pienso fue analizado según los métodos descritos por la AOAC (2005). La energía bruta del pienso y excretas fue calculada mediante bomba calorimétrica, y el perfil de AG fue determinado mediante el método descrito por Sukhija y Palmquist (1988).
Cálculos en la digestibilidad y análisis estadístico
La concentración de TiO2 en excreta y piensos se determinó usando el método descrito por Short et al., (1996), y se calculó la digestibilidad aparente de los AG (%) mediante la siguiente ecuación:
Digestibilidad aparente de los AG=1-{(TiO2/AG)D /(TiO2/AG)E}.
Donde (TiO2/AG)D es la concentración del marcador inerte en la dieta y (TiO2/AG)E es la concentración del marcador inerte en la excreta. La EMA se calculó mediante la siguiente ecuación:
EMA (kcal/kg) = Digestibilidad aparente de la energía bruta (EB; %) * EB de la dieta.
Las medias estadísticas de cada jaula fueron usadas como unidad experimental en los resultados productivos y de los balances de digestibilidad. Los resultados se analizaron mediante ANOVA de una vía usando R Statistics (version 3.3.1). En caso de existir diferencias estadísticamente significativas (P<0,05) se realizaron comparaciones múltiples de las medias utilizando la corrección de Tukey del mismo paquete estadístico.
Resultados y discusión
Resultados productivos
El efecto de las diferentes fuentes de grasas añadidas en los piensos experimentales sobre los resultados productivos de los pollos de carne figura en la Tabla 2. No se observaron diferencias en los resultados productivos para ningún parámetro y en ninguna fase del estudio dependiendo de la fuente de grasa añadida (P<0,05):
Tabla 2: Resultados productivos de los pollos de carne en función de la fuente de grasa añadida1.
Numerosos investigadores han estudiado el papel que pueden jugar los coproductos y subproductos como fuentes de grasa alternativas (en este caso, procedentes de la refinación de aceite) en la producción de pollos de carne debido a su interés económico. Huang et al., (2007) sustituyó uno de los aceites más incluidos en los piensos de pollos de carne, el aceite de soja, por lecitina cruda de soja y estudió su efecto sobre los parámetros productivos observando que una combinación de una proporción de aceite de soja/lecitina de 75/25 y 50/50 mejoró el IC global. Por otro lado, Pekel et al., (2013) observó que la sustitución del aceite de soja por oleína no modificó los resultados productivos en un ensayo con pollos de carne. Además, Borsatti, L. et al., (2017) concluyó en su estudio que lecitinas y oleínas podían ser incluidas en los piensos de los pollos de carne sin comprometer la eficiencia productiva.
EMA del pienso y digestibilidad de los AG
El efecto de la inclusión de la oleína y la lecitina sobre la digestibilidad de los AG y el valor de EMA del pienso en ambos balances de digestibilidad figura en la Tabla 3. Los resultados del balance de digestibilidad del periodo de arranque (excretas recogidas de d 9 a11) mostraron diferencias estadísticas (P<0,05) en los ácidos grasos saturados (AGS) y los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI), observándose que los animales alimentados con A1L2 digirieron más eficientemente estos AG que los animales alimentados con A3. Además, se observó una tendencia (P<0,10) que indicaba lo mismo para los ácidos grasos totales (AGT) y los monoinsaturados (AGMI). Sin embargo, no se observaron diferencias estadísticas en los valores de EMA de los piensos. En los resultados del balance de digestibilidad de crecimiento-acabado (excretas recogidas a d 36 y 37), se observaron diferencias estadísticas (P<0,05) para todos los parámetros excepto para los AGPI (P=0,05). En este caso, los animales alimentados con A2L1 mostraron mejores utilizaciones en los AGT y AGMI en comparación con los animales alimentados con L3 y mayor digestibilidad de los AGS comparado con los animales alimentados con A3. Además, el tratamiento A2L1 (mezcla de ambas grasas) obtuvo, numéricamente, los mayores valores para todos los parámetros estudiados.
Tabla 3: Coeficientes de absorción aparentes (%) y valor de EMA de los piensos obtenidos en ambos balances de digestibilidad en el periodo de arranque (de d 9 a 11) y el periodo de crecimiento-acabado (de d 36 a 37) en función de la grasa añadida en la dieta1.
Como muchos autores han mostrado, es posible observar marcadas diferencias en la digestibilidad aparente de los AG entre aves jóvenes (fase de arranque) y aves adultas (fase crecimiento-acabado). Además, en fase de arranque también se visualiza una mayor digestibilidad para los AG insaturados que para los saturados. Se ha documentado de manera extensa que las aves jóvenes tienen una limitada capacidad para digerir y absorber la grasa, y debido a esto, presentar inferiores utilizaciones de la energía, especialmente en el caso de AGS de cadena larga (Krogdahl, 1985). Esto se debe a varias razones, pero en especial, a la limitada capacidad de producción de secreciones biliares en aves jóvenes y a la dificultad para emulsionar y digerir los AG de cadena larga y AGS debido a sus propiedades fisicoquímicas.
La oleína y la lecitina tienen una composición química diferente, como se puede observar en la Tabla 1, que muestra como las dietas que contienen oleína resultan más (mono)insaturadas además de tener una mayor fracción de AGL, mientras que las dietas con lecitina de soja contienen más AGS y AGPI, pero menor cantidad de AGL. Además, la oleína presenta un mayor valor calórico que la lecitina de soja. Los tratamientos resultantes de la mezcla de ambas fuentes de grasa, A1L2 y A2L1, obtuvieron, numéricamente, los mayores valores de utilización para los AG en el periodo de arranque y crecimiento-acabado, respectivamente. Por otro lado, debido al alto contenido en AGL, los animales alimentados con A3 en el periodo de arranque obtuvieron, numéricamente, coeficientes de absorción más bajos. Muchos autores han observado que mezclar diferentes grasas con diferentes propiedades fisicoquímicas puede mejorar la absorción de los AG mediante una interacción (Roll, et al., 2018). Nosotros hemos teorizado, que, en nuestro caso, se debe principalmente por la combinación de un alto contenido de AGL con fosfolípidos de la lecitina con propiedades emulgentes.
Conclusiones
En base a los resultados obtenidos, se concluye que la mejor estrategia de inclusión de la oleína y la lecitina de soja como fuente de energía en piensos de pollos de carne es su mezcla con un 2% de lecitina y 1% de oleína en piensos de arranque, y un 1% de lecitina y 2% de oleína en piensos de crecimiento-acabado.