Racionalización y Justificación
El cultivo de soja en la argentina ha tenido en las últimas décadas un gran crecimiento, estimándose una cosecha de 56 millones de toneladas para la campaña 2018/2019 (Copati et al., 2019). Gran parte de la producción de esta oleaginosa se destina a la extracción de aceite, generándose distintos coproductos (harinas y expeller de soja), que son utilizados como concentrados proteicos en dietas destinadas a la alimentación animal. Según datos del Observatorio de Complejidad Económica (Simoes, 2017), el complejo soja representó más de un de un 25% del valor bruto de exportaciones de Argentina, de los cuales un 15% correspondió a las harinas.
La composición nutricional es un parámetro de gran importancia, tanto para su comercialización como para su utilización. El grupo de nutrición de aves del INTA-EEA Pergamino, hace 40 años que viene caracterizando materias primas, entre ellas de harinas de soja, cuya información se ha volcado en tablas de composición nutricional (Bonino et al., 1991; Schang et al., 1999; Azcona et al., 2007; Iglesias et al., 2015).
Sin embargo, existen trabajos internacionales donde se le atribuye a la harina de soja argentina una baja digestibilidad de sus nutrientes al compararla con otras del mercado internacional, como las brasileras, americanas o indias (Thakur & Hurburgh, 2007; de Coca-Sinova et al., 2008; Ravindran et al., 2014).
Hipótesis
Las harinas de soja nacionales cumplen con los estándares de calidad nutricional a nivel internacional.
Objetivo/s
-Analizar la composición nutricional de harinas de soja producidas en la República Argentina.
-Analizar la variabilidad en calidad (HiPro y LowPro) y entre regiones del país.
Tratamientos
A través de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) se realizará un muestreo de plantas de crushing de soja. Cada planta se identificará con un número que solo esa planta conoce. Solo CIARA y el grupo de Nutrición de Aves tendrán acceso a la identificación de todas las plantas.
Se tomaran muestras de harinas tipo LowPro y HiPro, identificándolas tal como las comercializa la planta, completando una ficha para poder tener su trazabilidad. Cada muestra será aproximadamente de 1 kg
A todas las muestras se les determinará humedad (método 44-16.01, AACC, 1995), contenido de proteína bruta mediante el método Kjeldahl (método 46-12.01, AACC, 1995), extracto etéreo por extracción con hexano en equipo extractor tipo Twisselman (método 30-25.01, AACC, 1995), fibra cruda por digestión secuencial con una solución de H2SO4 al 1,25% y luego con NaOH al 1,25% (método 32-10.01, AACC, 1995); cenizas en mufla a 550 °C durante 5 h (método 08-01.01, AACC, 1995).
Además se determinará la actividad ureásica (método 22-90.01, AACC, 1969), solubilidad de proteínas por la metodología empleada por Araba y Dale (1990) e inhibidores de tripsina (método Ba 12-75, AOCS, 1997).
Para completar con la caracterización química, se realizará la determinación de aminoácidos totales y digestibles en aves (Sibbald, 1979), para lo cual se pondrá a punto las determinaciones de aminoácidos en alimentos y excretas.
- Determinaciones in vivo para aves
A todas las muestras se les determinará Energía Metabolizable Verdadera (EMV) empleando la metodología descripta por Sibbald (1976), para lo cual se emplearán gallos Leghorn (Hy-Line W-80). Cada tratamiento contará con 6 repeticiones, en donde se considerará a cada gallo como la unidad experimental.
Los mismos se alojarán en jaulas individuales (Figura 1) y se ayunarán durante 24 horas para asegurar el vaciado del tracto gastrointestinal. Transcurrido este tiempo, a un grupo de aves se les suministrará 40 g del material a analizar, previamente molido (tamiz 4,76 mm) mientras que otro grupo seguirá en ayunas para calcular la pérdida de energía de origen endógeno. Las excretas de ambos grupos se recolectarán a las 48 hs del suministro del material y se secarán en estufa a 60 °C durante 48-72 horas. Posteriormente se determinará la energía bruta, tanto las muestras de harina de soja como de las excretas, con una bomba calorimétrica isoperibólica Parr 1261 (Parr Instrument Company – Moline, IL, USA) (Figura 2) acorde a lo expresado en el método estándar ASTM D2015-85 (ASTM International, 1987) y se calculará el contenido de EMV según la siguiente ecuación:
Donde:
- EMV: energía metabolizable verdadera (kcal/kg);
- EBc: energía bruta consumida (kcal);
- EBexc: energía bruta excretada (kcal);
- EBend: energía bruta endógenos (kcal);
- AC: alimento consumido (kg).
Con los datos se realizará una estadística descriptiva considerando promedio, desvío estándar y rango.
Así mismo, los datos serán sometidos a Análisis de la Variancia (ANAVA) de una vía para comparar regiones y calidades (HiPro y LowPro). El análisis se realizará mediante modelos lineales mixtos, el cual permite incluir una estructura de varianza-coviarianza para los errores en los casos en que no se cumple con el supuesto de homogeneidad de varianza. Cuando el grado de significancia resulte menor al 5%, la comparación de medias se realizará por la prueba de Tukey. Para esto se empleará el software InfoSTAT (Di Rienzo et al., 2012) y la aplicación Modelos Lineales Mixtos (Di Rienzo et al., 2011) del mismo software integrado con R (R Core Team, 2017).
Indicar si la actividad propuesta va a llevarse adelante en conjunto con alguna otra unidad o centro de investigación.