Hola Diego:
Es interesante su trabajo.
Yo asesoro algunos estudiantes de posgrado en Cintalapa, Chiapas y ocasionalmente estoy por allá.
Con gusto compartiré con usted mi experiencia y tal vez a usted le interese asistir a alguna reunión de trabajo con los compañeros estudiantes de posgrado del CIDE que son parte del personal docente en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro en el CAR Cintalapa. Me parece que en esa región también hay Leucaena, yo la he utilizado como suplemento protéico en pollos de engorda.
Uso de Leucaena leucocephala y harina de cabeza de camarones en alimentación de pollos de engorda
Joel Lopez-Perez, Universidad Autónoma de Sinaloa FCEAT (Antes Facultad de Administración y Desarrollo Rural) Guamúchil, Sinaloa, México.
Marzo de 2017
A mediados del siglo XX, el estado Mexicano de Sinaloa se dio a conocer por la alta productividad de sus pesquerías de camarones, esto originó una carrera por explotar al máximo este recurso natural, impulsada por el beneficio de la exportación de este producto a los Estados Unidos de Norteamérica. La alta calidad y tamaño de los crustáceos proporcionó a los pescadores sinaloenses un lugar importante en el mercado internacional. Luego en las últimas décadas del mismo siglo fuimos testigos del advenimiento de las granjas para la engorda de camarones... Y de los problemas ambientales que acompañan a la industria.
Cuando solo se contaba con la captura del camarón silvestre, éste se descabezaba a las orillas de las bahías y esteros y las cabezas se tiraban al agua, donde en su mayoría eran consumidas por los peces y entraban de nuevo en la cadena alimenticia, pero cuando las capturas se fueron incrementando, los pescadores y pobladores de los campos pesqueros empezaron a hacerse conscientes del daño ambiental que provocaba deshacerse de esa manera de esos subproductos, entonces empezaron a verterlas en los basureros junto con el resto de los desechos domésticos, de manera que durante la temporada de pesca, se podían observar grandes pilas de cabezas de camarón descomponiéndose al aire libre y produciendo millones de moscas y malos olores en las comunidades pesqueras.
Desde finales del siglo XX y lo que va del XXI con el incremento en la producción intensiva en las granjas, el problema de desechar las cabezas de camarones se agravó, y empezamos a ver amontonamientos de cabezas a las orillas de los caminos y de los drenes agrícolas, mismos que desembocan en bahías y esteros del Golfo de California.
A partir de la década de los 1990´s la presencia de enfermedades de los camarones como: “ La Mancha Blanca” misma que es producida por un virus, El Taura, El síndrome de mortalidad temprana, entre otras, fue un llamado de atención para los granjeros, que hasta la fecha no se explican cómo es que llegaron éstas y otras enfermedades a sus granjas, mismas que pusieron en grave riesgo la camaronicultura en esta región de México.
A muy pocos de los involucrados, si es que a alguno, se les ocurrió pensar que las aves marinas, buitres y otros animales silvestres, al alimentarse y transportar a sus nidos las cabezas de camarones desechadas, podrían llevar a sus granjas los organismos patógenos. Y hasta hoy, solo algunos propietarios de empresas congeladoras de camarones y granjeros, realizan la práctica de “enterrar” en terrenos agrícolas la mayor parte de las cabezas que les quedan como subproducto del proceso de los camarones.
Desde mis primeras visitas a los campos pesqueros me surgió la preocupación por encontrar una solución para resolver el problema ambiental que se genera a partir de del desecho de las cabezas de camarones y empecé a hacer pruebas para elaborar harina de cabezas de camarón utilizando para ello el mínimo de tecnología, de manera que el proceso pudiese estar al alcance de cualquier productor, o pescador, por humilde que éste fuera. De inicio se aprovechó una tecnología tradicional que existe en el centro-norte de Sinaloa para el secado del camarón y la posterior eliminación de las cáscaras (exoesqueletos) y cabezas y que consiste en secar al sol los camarones que previamente se han hervido en agua con sal, para luego utilizar una bolsa de tela o “costal” que al golpearse permite la separación del exoesqueleto. De esta manera el desecho se utiliza en la alimentación de gallinas de traspatio. He sugerido que ese método se utilice a mayor escala para la producción de harina de cabezas camarón y como fuente de proteína para la alimentación de otras especies de animales.
Por otro lado, a principios de este siglo XXI, en colaboración con el Dr. José Manuel Palma García de la Universidad de Colima plantemos algunos trabajos para la utilización de Leucanea leucocephala var. Perú en la alimentación animal, así como la posibilidad de establecer sistemas silvopastoriles con diferentes especies vegetales, como el camote del cerro (Dioscorea remotiflora), Gliricidia sepium y otras plantas en asociación.
Otros investigadores ya habían hecho pruebas de la utilización de la harina de hojas de leucaena en alimentación de gallinas ponedoras (Teguia, 2000), con resultados prometedores. Mientras que en pollos de engorda Hussain et al (1991), habían propuesto como seguro, el uso de harina de hojas de leucaena como parte de las raciones, en cantidades de hasta 150 g/kg. Mientras que en estudios más recientes, como los de: Eichie, F., D. Akinyemi, et al. (2015), se muestra que la harina de hojas de lecucaena puede sustituir hasta en un 50% a la pasta de soya en las dietas de pollos de engorda, sin que se presente ningún efecto adverso en la ganancia de peso por esta sustitución.
Así fue que se establecieron algunas pruebas de bancos de proteína con L. leucocephala var Perú y se planteó este trabajo académico apoyado por estudiantes de la Escuela de Administración Agropecuaria y Desarrollo Rural de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Con el objetivo de explorar el potencial de sustitución de parte de la proteína de una dieta para pollos de engorda por harina de cabezas de camarón y por harina de hojas de leucaena. También se planteó evaluar el comportamiento de diferentes niveles de sustitución de la dieta de pollos de engorda con la harina de camarón y con harina de hojas de leucaena silvestre en comparación con el comportamiento de los pollos al ser alimentados con un concentrado comercial de la marca más vendida en México para pollos de engorda.
Todo esto, mientras se buscan alternativas para resolver el problema de los desechos de cabezas de camarones, que en las condiciones actuales de pesca y acuicultura, se convierten en un desecho sólido altamente contaminante en los campos pesqueros de la zona centro-norte del estado de Sinaloa.