Introducción
Conforme se percibe la importancia del ambiente sobre el rendimiento de las gallinas ponedoras, crece la preocupación por mejorar los sistemas de producción y ambiente para dar mayor bienestar a las aves y mejorar la calidad del producto final, el huevo. Considerando la ausencia de estaciones bien definidas en la región amazónica de Brasil, en especial el macroclima del estado de Acre, la humedad relativa y la temperatura en las que se explotan las ponedoras, son notablemente elevadas. De esta manera, se hace necesario realizar estudios encaminados a entender mejor las interacciones fisiológicas y productivas de las aves con el ambiente de producción. De acuerdo con Silva (2000), la temperatura ideal para la producción de huevo es entre 21 y 26°C. Entre 26 y 29°C se presenta una ligera reducción en el tamaño de los huevos y en la calidad de la cáscara, mientras que entre 29 y 32°C estos dos parámetros se deteriorarían sensiblemente y lo mismo ocurriría con el nivel de producción. Entre 35 y 38°C la producción disminuiría severamente y las aves podrían caer postradas. El objetivo del presente trabajo fue evaluar el rendimiento y la calidad del huevo de las ponedoras Isa Brown bajo un sistema de producción convencional en jaulas, o bien en piso, con y sin el uso de ventilación forzada, en clima cálido y húmedo.
Material y Métodos
El experimento se realizó en la Universidad Federal de Acre (UFAC), Centro Multidisciplinario de Cruzeiro do Sul, AC, Brasil, en el período de agosto a noviembre de 2010. De acuerdo con la clasificación de Koppen el clima de la región se considera tropical húmedo Af con lluvias bien distribuidas a lo largo del año y ausencia de estación seca. La altitud media es de 170 metros con precipitación media anual de 2,074 mm. Para esta prueba se utilizaron unidades experimentales con parvadas comerciales en producción, distribuyendo la investigación en aviarios de 4 modelos diferentes. Se utilizó un total de 200 gallinas Isa Brown en producción. Considerando que el experimento se realizó dentro de una granja comercial, se utilizaron aves entre 23 y 42 semanas de edad. El alimento experimental fue el mismo que se utilizaba en la granja y estaba formulado a base de maíz y torta (pasta o harina) de soya (soja) de acuerdo con los requerimientos nutricionales de la estirpe, administrando tanto el agua como el alimento a voluntad. Los tratamientos experimentales estuvieron representados por los sistemas de producción, consistentes en dos sistemas de explotación (jaula y piso) con dos sistemas de ambiente (con o sin ventilación forzada). Cada tratamiento contó con 4 repeticiones en tiempo (4 tiempos de 7 días, a intervalos de una semana). Cada modelo de producción y ambiente se mantuvo con 50 aves representativas. La recolección de los datos de todas las variables se realizó diariamente durante toda la prueba, independientemente de la lluvia, en horarios preestablecidos (de las 09:00 a las 10:00 y de las 15:00 a las 16:00 horas), horario local. La ventilación forzada se realizó utilizando un ventilador capaz de lanzar el aire a razón de 1 m3/segundo. La evaluación del rendimiento de las aves (consumo de alimento, conversión alimenticia y producción de huevo) se realizó recolectando los datos diariamente. Con relación a la calidad del huevo se evaluaron los siguientes parámetros: peso medio del huevo, unidades Haugh, índice de yema y espesor del cascarón (cáscara). El experimento se diseñó con bloques al azar y, para el análisis de los datos, se utilizó la prueba de Tukey con el 5% de probabilidad.
Resultados y Discusión
Los resultados referentes al rendimiento de estas ponedoras marrón sometidas al diferente sistema de producción y ambiente se describen el Cuadro 1.
Cuadro 1. Consumo de ración (CR), conversión alimenticia (CA) y producción de huevo de las ponedoras de color marrón sometidas a diferentes sistemas de producción y ambiente
* Las medias seguidas por letras distintas en una misma línea son estadísticamente diferentes según la prueba de Tukey (P<0.05).
De acuerdo con los resultados, se observó un mayor consumo en las aves alojadas en piso y con ventilación forzada, mostrando diferencias estadísticamente significativas (P<0.05) con respecto a los demás sistemas. En este caso, el mayor consumo está relacionado directamente con la menor densidad de aves por m2 en comparación con los sistemas de jaula lo que, a su vez, proporciona menor confort ambiental y mayor estrés para las aves. Este mejoramiento en el confort se tradujo en una menor disipación de calor hacia el medio de producción, permitió a las aves regular de manera natural el centro del hambre y la saciedad, favoreciendo el acceso a alimento y permitiendo que el control hormonal actuase directamente en el hipotálamo. Los demás tratamientos, especialmente el de jaulas sin ventilación forzada, redujeron el consumo de alimento y, no pudiendo ser justificado directamente por el efecto de la mayor densidad de población, dicha reducción parece estar relacionada con aspectos fisiológicos directos, como por ejemplo mayor temperatura corporal resultante de la mayor temperatura y humedad relativa dentro de la nave.
Al evaluar la conversión alimenticia, se observaron también mejores índices en las gallinas mantenidas en los sistemas de piso (con y sin ventilación). Estos resultados están relacionados directamente con un mayor peso medio de los huevos en estos grupos. Las aves de los demás tratamientos presentaron aumentos indeseables en la conversión alimenticia, lo que se explica por el posible déficit de nutrimentos ingeridos en función del menor consumo de alimento que, a su vez, causó una reducción en el peso medio del huevo. Al comparar la conversión alimenticia entre los tratamientos en jaulas suspendidas, no se encontraron efectos significativos (P>0.05). Estos resultados corroboran los publicados por Pavan et al. (2005) que, estudiando la densidad de alojamiento, no encontraron diferencias en la conversión alimenticia de las ponedoras alojadas en jaulas bajo condiciones de ventilación forzada.
Entre los resultados de producción de huevo, se observó gran coherencia con los resultados de consumo de alimento. La mayor productividad también fue notable en las aves alojadas en piso (con y sin ventilación). Nuevamente, estos datos refuerzan las teorías de mayor producción relacionada con el confort y el bienestar animal. El sistema de jaulas sin ventilación causó una reducción en la postura, que tampoco puede ser atribuida directamente al factor densidad de población pero sí, posiblemente, a los efectos del microclima en el galpón.
Los resultados de producción de huevo en sistemas de jaula (con y sin ventilación forzada), encontrados en este experimento, son congruentes con los de Carey et al. (1995), que no encontraron diferencias significativas en las aves con distintas tasas de disipación de calor originadas por diferentes densidades de alojamiento. Se considera que la similitud productiva entre los sistemas de jaula con y sin ventilación forzada puede estar limitada a 3 aves por jaula, y esta productividad se puede ver afectada negativamente al elevar dicha densidad.
Los resultados de calidad del huevo en estas ponedoras rojas sometidas a diferentes sistemas de producción y ambiente se muestran en el Cuadro 2.
Cuadro 2. Peso medio del huevo (peso médio do ovo, PMO), unidades Haugh (UH), índice de yema (índice de gema, IG) y espesor del cascarón (EC) de las ponedoras de color marrón sometidas a diferentes sistemas de producción y ambiente
* Las medias seguidas por letras distintas en una misma línea son estadísticamente diferentes según la prueba de Tukey (P<0.05).
El análisis estadístico de las medias de peso del huevo reveló una diferencia significativa en este parámetro de calidad con relación a las aves mantenidas en los modelos en piso, destacando esta condición ambiental.
Los resultados indicaron una reducción significativa (P<0.05) en el peso del huevo cuando las aves se sometieron a condiciones de posible estrés térmico, especialmente en el sistema de jaula sin ventilación. Estos resultados confirman los de Mashaly et al. (2004), que encontraron una diferencia de 7.5 g entre los huevos puestos bajo condiciones de confort vs. los de estrés térmico. De acuerdo con los resultados, se puede observar también una reducción más marcada en las medias de peso del huevo bajo condiciones de jaula, lo que probablemente se explique por el mayor estrés que presenta este sistema en condiciones de temperatura elevada, teniendo en cuenta el grado de confinamiento y la mayor dificultad de las aves para disipar el calor.
Las unidades Haugh clasifican al huevo de la siguiente manera: excelente, UH >90; muy buena, UH de 80 a 90; aceptable, UH de 70 a 80; y regular, UH de 65 a 70. El parámetro de calidad por unidades Haugh presentó una diferencia significativa (P<0.05) con relación a las condiciones ambientales estudiadas. Para la condición ambiental en jaulas, este parámetro tuvo una reducción significativa en comparación con el sistema en piso, lo que redujo su clasificación a "muy buena", que de todas maneras indica un nivel considerable de calidad interna. Sin embargo, esta reducción se puede deber al estrés que sufrieron las aves por los efectos de las altas temperaturas. Este resultado confirma el de Barbosa et al. (2008), cuyo trabajo reportó que los valores de unidades Haugh disminuyeron con respecto a los encontrados antes de la exposición de las aves al estrés térmico. Es importante mencionar que, incluso con un rendimiento inferior, los huevos puestos bajo el sistema de jaulas se clasificaron como "muy buenos". Independientemente de las condiciones ambientales y del sistema de producción, todos los huevos presentaron calidad considerable desde el punto de vista del parámetro albúmina.
Con respecto al parámetro índice de yema se observaron diferencias significativas (P<0.05) relacionadas con el sistema de producción. Se puede ver una reducción significativa (P<0.05) en los valores medios de IG para los huevos producidos por las aves alijadas en los sistemas de jaulas suspendidas. En las aves en piso es posible notar que no existieron diferencias estadísticas con respecto al IG, siendo éste superior al de los demás sistemas. Posiblemente esta condición refleje la zona de confort térmico en la que se mantuvieron estas aves.
Evaluando el parámetro de grosor del cascarón se notan diferencias significativas (P<0.05) con respecto al sistema de producción, con una reducción bien acentuada con el modelo de jaulas suspendidas. De acuerdo con autores como Barbosa et al. (2008) esta situación refleja una reducción en el balance de calcio sanguíneo, pues se sabe que éste se ve afectado cuando el ave se mantiene en condiciones de temperatura elevada, lo que disminuye la cantidad de calcio plasmático y afecta adversamente la formación del cascarón.
Conclusión
Bajo las condiciones de este experimento, las aves mantenidas en piso, independientemente de la ventilación forzada, presentaron un mejor rendimiento productivo y mejor calidad del huevo en comparación con el sistema de jaulas suspendidas. Será necesario realizar más estudios para verificar la viabilidad económica de la producción de huevo bajo estos diferentes sistemas de explotación.
Bibliografía
Barbosa NAA, Sakomura NK, Mendonça MO, Freitas ER, Fernandes JBK. 2008. Qualidade de ovos comerciais provenientes de poedeiras comerciais armazenados sob diferentes tempos e condições de ambientes. ARS Veterinária 24(2):127.
Carey JB, Kuo FL, Anderson KE. 1995. Effects of cage population on the productive performance of layers. Poultry Science 74(4):633-637.
Mashaly MM, Hendricks GL, Kalama MA. 2004. Effect of heat stress on production parameters and immune responses of commercial laying hens. Poultry Science 83:889-894.
Pavan AC, Garcia EA, Mori C. 2005. Efeito da Densidade na Gaiola sobre o Desempenho de Poedeiras Comerciais nas Fases de Cria, Recria e Produção. Revista Brasileira de Zootecnia 34(4):1320-1328.
Silva RG. 2000. Introdução a bioclimatologia animal. São Paulo: Nobel. 286p.