La importancia de la protección del hígado en gallinas ponedoras

El hígado es el centro bioquímico del organismo. Su importancia en avicultura es innegable, tanto para la producción de carne como de huevo, ya que ejerce funciones esenciales para el organismo y se encarga de la síntesis de componentes básicos del músculo y del huevo.

Funciones del hígado Función depurativa: metaboliza numerosos tóxicos antes de eliminarlos, tanto productos procedentes del exterior (bacterias patógenas o fármacos), como moléculas y células del propio organismo, como las células sanguíneas envejecidas o el amoníaco. Por esta razón, el hígado está constantemente en contacto con sustancias tóxicas que pueden afecta su funcionamiento a partir de ciertos niveles. Función de síntesis y metabolismo: se encarga del metabolismo de glúcidos, lípidos y proteínas e interviene en la producción de factores de la coagulación. También, en la producción y secreción de bilis, necesaria para una correcta digestión del alimento. La síntesis de proteína está estrechamente relacionada con la producción de músculo y efectores inmunes, por lo que una afectación de este órgano conllevará una menor ganancia de peso y una mayor susceptibilidad a infecciones. Además, las grasas y las proteínas son dos de los componentes principales de la yema y la clara. Un correcto funcionamiento del hígado es, por lo tanto, esencial para una buena calidad interna del huevo y para la viabilidad del pollito.

Fuerza de la cáscara de huevo y nutrición dietética

Además de verse afectada por factores genéticos y la edad de las gallinas ponedoras, la nutrición tiene un mayor impacto en la calidad de la cáscara del huevo.
El calcio dietético tiene un efecto directo e importante sobre la calidad de la cáscara del huevo. Generalmente, las gallinas ponedoras absorben más calcio por la tarde, pero algunos estudios han demostrado que el tiempo de alimentación no tiene relación con la calidad de la cáscara del huevo. La proporción de polvo de piedra con malla 8-10 del 75%, malla 10-12 del 12,5% y malla 50 del 12,25% es más razonable. Al utilizar fuentes de calcio, también se debe prestar atención a la contaminación por magnesio y metales pesados.

El fósforo está estrechamente relacionado con el metabolismo del calcio, y la proporción de calcio y fósforo en la dieta tiene un impacto significativo en la calidad de la cáscara del huevo. Las dietas bajas en fósforo son beneficiosas para mejorar la calidad de la cáscara del huevo. Sin embargo, el nivel de fósforo total en la dieta es demasiado bajo, por ejemplo, del 0,17 % al 0,3 % de la dieta baja en fósforo conducirá a una disminución en el rendimiento de la producción de huevos de las gallinas ponedoras. El fósforo no se requiere directamente para la formación de la cáscara del huevo, pero es necesario para reponer el calcio en la médula ósea. Los niveles excesivos de fósforo de fitato en la dieta afectarán la calidad de la cáscara del huevo, y el uso de fitasa es una mejor solución.

Los oligoelementos afectan la calidad de la cáscara del huevo. La prueba mostró que: usando una dieta tipo torta de frijol y maíz con magnesio de 2258 mg/kg, en comparación con el grupo de control, el exceso de magnesio hizo que los pezones en la superficie interna de la cáscara del huevo de la albúmina Hy-Line de 20 semanas de edad huevos desiguales en tamaño, no bien unidos, y espacios entre los pezones aumentados, con grietas más anchas en la superficie exterior. Agregar Ag y Cu al agua potable puede mejorar la calidad de la cáscara de los huevos viejos y reducir la tasa de huevos anormales y huevos rotos, pero no tiene efecto en las gallinas ponedoras jóvenes. El manganeso y el zinc juegan un papel importante en la formación de carbonato y el sistema enzimático de la síntesis de proteínas y mucopolisacáridos, que también afectan la calidad de las cáscaras de huevo. Por ejemplo, el manganeso bajo reduce la calidad de las cáscaras de huevo por unidad de área y la proporción de huevos agrietados. y huevos rotos aumenta. Además, el balance de electrolitos en la dieta también tiene un impacto en la calidad de la cáscara del huevo.

Los niveles de VD en la dieta demasiado altos (3000 UI/kg) o demasiado bajos (500 UI/kg) afectarán la calidad de las cáscaras de huevo, y la cantidad de adición adecuada es de 1500 UI/kg. Si no se agrega VD a la dieta, la producción de huevos y la calidad de la cáscara del huevo disminuirán rápidamente, e incluso se producirá el fenómeno de los pollos paralizados.

La vitamina C también desempeña un papel en la mejora de la calidad de la cáscara del huevo: por un lado, la vitamina C puede regular el metabolismo del calcio y, por otro lado, la vitamina C puede reducir el impacto del estrés en las gallinas ponedoras.