La flora intestinal comprende todas las bacterias, protozoos y hongos presentes en el tracto gastrointestinal y consta de aproximadamente 400 a 500 especies diferentes.
Las especies y el número de microorganismos que viven en un segmento determinado del aparato digestivo depende de sus condiciones ambientales (concentración de oxígeno, composición del alimento, presencia de enzimas y sales digestivas, pH …) y se dividen en flora principal (> 90% de los microbios, predominantemente bacterias formadoras de ácido láctico), flora satélite (< 1%, compuesta básicamente por E. coli y enterococos); y flora residual < 0.01% (especies principalmente patógenas como Clostridium, Proteus, Staphylococcus y Candida).
La composición de la flora intestinal es un equilibrio dinámico entre las diversas especies y cambia con las condiciones en el tracto digestivo. Cuando la flora está equilibrada, con una flora principal> 90%, flora satelital < 1% y flora residual < 0.01%, el sistema digestivo se encuentra en «eubiosis». La eubiosis es un estado beneficioso donde huésped y flora viven juntos en simbiosis: el huésped proporciona el entorno adecuado para la supervivencia del microorganismo y el microorganismo contribuye a mantener la salud del huésped.
Cuando se interrumpe el equilibrio 90% -1% -0.01%, la situación se denomina «disbiosis o disbacteriosis». En la disbiosis se produce un crecimiento excesivo de la flora satélite y la flora residual, aumentando el recuento de microorganismos patógenos. Estos patógenos también pueden producir toxinas bacterianas, que dañan al huésped.
Esta patología es poco conocida y difícil de estudiar, pero está muy extendida y afecta a más del 50% de las granjas en todo el mundo. Se le han dado otros nombres como «cama húmeda», «enteritis bacteriana no específica» o «síndrome de mal absorción». Si no se trata, puede conducir a una enteritis más grave.
SIGNOS
Los signos más conocidos son:
- El intestino delgado está inflamado e hinchado, presentando pequeñas hemorragias y paredes intestinales delgadas.
- Los contenidos intestinales son espumosos y acuosos.
- Hay residuos de alimentos sin digerir visibles en las heces y en segmentos distales del intestino.
- Cama húmeda.
- Aumento de la ingesta de agua.
- Disminución de la ingesta de alimento
- En muchos casos, aunque no en todos, la disbiosis está relacionada un empeoramiento de la conversión alimenticia, una disminución del peso corporal y con un bajo rendimiento en general.
CAUSAS
Las causas de la enfermedad involucran dos o más de los siguientes factores:
- Errores de alimentación y cambios sustanciales en la dieta ( por ejemplo cambio repentino de una dieta baja en proteínas a alta en proteínas), ingredientes de baja calidad o contaminados con hongos o bacterias.
- Manejo o ventilación deficientes.
- Higiene y bioseguridad deficientes.
- Coccidiosis subclínica.
- Abuso de antibióticos.
- Funcionamiento deficiente de las glándulas que secretan ácido en el proventrículo, debido a micotoxicosis u otras enfermedades. La acidez gástrica en la molleja es la primera línea de defensa contra los patógenos.
- Estrés.
PREVENCION Y TRATAMIENTO
La estrategia de prevención más efectiva es prestar atención a la salud digestiva con un enfoque holístico que incluya medidas relacionadas con la calidad y composición del alimento, el manejo, la higiene y la bioseguridad. Este plan multi-departamental incluye una reducción del uso de antibióticos y su sustitución por productos basados en extractos de plantas para controlar la flora patógena. Además, los secuestrantes de micotoxinas con capacidad para adsorber tricotecenos ayudan a mantener el proventrículo sano.