Estos trabajos son muy importantes en este momento. Pero como los recursos destinados a la investigación son limitados es crucial que estas investigaciones sean directamente dirigidas a la aplicación práctica de estos productos en la avicultura nacional y no terminen sólo como un interesante cepario de laboratorio.
Humildemente quisiera contribuir comentando mi idea sobre cómo habría que seguir enfocando estas importantes investigaciones en tema.
Como todos sabemos, existe abundante bibliografía científica sobre este tema, pero en general falta su aplicación práctica y masiva a nivel de la avicultura industrial. Lo ideal es la llegada de estas bacterias al pollito lo antes posible (ya sea in ovo mediante pincelado de huevos con cultivos cuando se retiran de la incubadora para ser trasladados a la nacedora) para ganar la carrera entre las bacterias benéficas y las patógenas para los seres humanos y las aves (particularmente las salmonelas, otras enterobacterias como APEC y Clostridium perfringens tipo A) o las patógenas para los seres humanos como Campylobacter jejuni y C. coli. Estas bacterias deberían ser capaces de actuar (por lo menos in vitro) sobre estos microrganismos patógenos.
Dado el retiro de antibióticos como promotores del crecimiento en la avicultura industrial, estas investigaciones de laboratorio deben ser urgentemente trasladadas a modelos de pollo vivo trabajando prioritariamente en las plantas de incubación. Estas bacterias regionales son muy importantes como punto de partida pues son bacterias totalmente adaptadas a nuestro medio. Claro es importante comparar qué diferencia existe entre las bacterias probióticas de aves de distintas edades. Además de los lactobacilos es importante estudiar a las bifidobacterias.