Con un campo de estudio muy amplio y resultados muy variables, la elección del probiótico debe ser asertiva para lograr resultados consistentes.
Los probióticos se utilizan en la avicultura desde hace muchos años. Se trata de tecnologías estratégicas para mantener una buena salud intestinal, importante para lograr un buen desarrollo de las aves, aumentar la eficiencia productiva en campo y, en consecuencia, mejorar la rentabilidad de un sector que trabaja con márgenes ajustados en su constante búsqueda de eficiencia. Sin embargo, elegir el probiótico más adecuado según la realidad productiva de cada empresa avícola es uno de los desafíos más importantes dentro del contexto de la salud intestinal y la nutrición animal a escala global. Esto se debe a que el nutricionista debe elegir la cepa de probiótico más adecuada entre las innumerables disponibles en el mercado, así como la cantidad de inclusión en la dieta para lograr el resultado esperado, de lo contrario no tendrá ningún efecto.
A pesar de ser un producto muy utilizado en esta actividad, la inclusión del probiótico debe considerar el proceso de fabricación del alimento, como la peletización, por ejemplo, además de considerar si esta cepa llegará intacta al intestino de los animales y el potencial genético de esta. tensión contra los objetivos de producción. El desafío de elegir un probiótico radica en que pertenece a un campo muy amplio y con resultados muy variables.
Los probióticos no son lo mismo
Incluso si vemos la misma especie, los probióticos son diferentes porque la capacidad de una cepa es diferente a la de la otra. Tienen características genéticas que necesitan ser evaluadas, entonces el primer paso es entender que el suministro de probióticos no es equitativo, reforzando que otro punto importante a considerar es la forma en que se aplicará vía alimento.
Estamos manipulando un organismo vivo que necesita llegar vivo al animal. Las condiciones de peletización impactan directamente el resultado. Entonces, es necesario responder algunas preguntas, como ¿cuál es la inclusión necesaria? ¿Cómo se puede incluir esto en la dieta de las aves? ¿Cómo probar la variabilidad de las esporas en piensos listos para el consumo? ¿Cómo lo mezclamos con el alimento? ¿Estamos entregando la cantidad necesaria? Sin estas respuestas no es posible lograr resultados satisfactorios.
Esta herramienta no puede ser tratada como un reemplazo de los antimicrobianos promotores del crecimiento, ya que no son antibióticos. Estamos hablando de una herramienta importante para promover una mejor salud intestinal en los animales y su consecuente mejora en el rendimiento, pero si no se utilizan correctamente no habrá resultados. Hay una serie de casos de resultados inconsistentes por el uso de probióticos porque se usaron incorrectamente. Incluso hoy en día hay muchos malentendidos sobre su uso.
Probióticos
Ajustar la salud intestinal es la primera consecuencia del uso de probióticos. Crea un equilibrio de la salud intestinal. Con una producción intensiva, sobre todo cuando se trata de pollos de engorde, que necesitan crecer en muy poco tiempo. Este proceso conduce a un desequilibrio en la salud intestinal, por lo que el probiótico es una bacteria beneficiosa que pasará por el tracto gastrointestinal y ayudará a esta microbiota, haciéndola más equilibrada. Contribuye a la producción de ácido láctico, por ejemplo, que pasa por el intestino y aporta beneficios a la microbiota allí presente, ayudando a su crecimiento y desalentando el crecimiento de bacterias patógenas.
El segundo efecto depende del desafío productivo de cada empresa avícola. Para indicar la mejor cepa, es importante saber qué desafío enfrenta ese lote. ¿Será Salmonella, por ejemplo? ¿O Clostridio? Para cada desafío existe un tipo de probiótico adecuado.
Experimentos
Conocer la genética y la capacidad metabólica y el efecto en las aves de cada probiótico es el primer paso para conocer cuál es la mejor indicación. El estudio de los probióticos abarca desde la parte genética de las cepas hasta comprender su seguridad. Realizamos investigaciones en nuestros laboratorios para evaluar qué son estas bacterias y si son seguras. Algunos de ellos pueden portar genes antimicrobianos, por ejemplo. Nuestra cepa es una cepa 100% segura, que no porta genes para la producción de toxinas o resistencia a los antimicrobianos.
La segunda pregunta importante a plantearse es qué pruebas se realizaron con estas cepas, no sólo las de laboratorio, sino también las experimentales, y cuál fue la experiencia de su uso en campo.
Evaluamos desde la genética de los probióticos hasta cómo se pueden utilizar en el campo, vía alimentación y en qué condiciones es posible realmente ayudar y promover una mejora en la salud de estos animales. En este sentido, me siento muy seguro al decir que Evonik ha hecho y está haciendo su tarea para comprender profundamente la variedad que utilizamos.