La producción de huevos en Brasil debe lograr un nuevo récord en 2021 y alcanzar la marca de las 56 mil millones de unidades, según la estimación de la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA). Son 3 mil millones más en comparación con el año pasado y, si se depende del brasileño, la tendencia es que los índices suban aún más en 2022. Se debe esto al consumo de huevos en Brasil que sólo ha estado aumentando: en la actualidad el brasileño consume 251 huevos por año, un 8,5% más que en 2019 y 167% más que 20 años atrás.
Además, Brasil también debe consolidarse como exportador de huevos a los países como Arabia Saudita, Japón y Omán. En este panorama de expansión creciente, las cuestiones como bioseguridad y manejo ocupan más protagonismo. Aún más porque los posibles perjuicios económicos que resultan de la carencia de programas eficientes de bioseguridad pueden ser bastante significativos. Por lo tanto, invertir en salud y bienestar animal contribuye directamente a mejores resultados.
Para identificar, gestionar y prevenir brotes, para mantener la calidad de la producción y para servir un mercado cada vez más grande y exigente, los establecimientos con postura comercial aún tienen que prestar atención a los cuidados sanitarios. Si usted está buscando más detalles sobre cómo cumplir con la legislación vigente e instituir medidas de bioseguridad, siga leyendo.
La responsabilidad sobre la legislación sanitaria y de gestión
Como atestigua el Manual de Buenas Prácticas de Producción de Postura Comercial preparado por la Embrapa en Brasil, la bioseguridad es la adopción de un conjunto de medidas y procedimientos operativos que tienen como objetivo prevenir, controlar y limitar la exposición de las aves contenidas en un sistema de producción a agentes causadores de enfermedades.
Para la certificación y el mantenimiento del registro, los establecimientos avícolas deben adherirse a una serie de normas y reglamentos establecidos por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) para la producción de huevos comerciales.
El gerente comercial de Biocamp, Nelson Haga, señala que un responsable técnico (RT) tiene un papel fundamental en este proceso, ya que es él quien se encargará de la implementación, mantenimiento y operacionalización de las medidas de bioseguridad en las granjas.
Los establecimientos avícolas del sector de los huevos de consumo deben estar registrados en los organismos estatales de Defensa Animal, organismo vinculado al Ministerio de Agricultura. El propietario del establecimiento y el Médico Veterinario Responsable Técnico (RT) inscrito en el Consejo Regional de Medicina Veterinaria son los responsables de las adaptaciones en las granjas, cumpliendo con los reglamentos y garantizando así la bioseguridad de los lotes.
Lo ideal es que adopte el concepto PDCA, que significa plan (planificar), do (hacer), check (verificar / controlar) y act (actuar) para que se cumplan todas las normas. Pero, ¿cuáles son estas normas? Las definiciones se disponen en las Instrucciones Normativas (IN) IN 56/2007, IN 59/2009, IN 36/2012, IN 10/2013, IN 08/2017 e IN 18/2017 y Nelson Haga señala en los destacados las 7 principales medidas de bioseguridad.
7 principales medidas de bioseguridad
1. Portal de acceso
Es la primera barrera física de aislamiento de la granja, núcleo o galpón. Debe estar bien señalizado con carteles de advertencia como «Acceso solo por personas autorizadas», «No se permite la presencia de animales domésticos», etc.
2. Arco de aspersión
Los arcos de aspersión de desinfectantes deben estar ubicados inmediatamente después del portal de acceso. Su activación debería ser preferiblemente automática. Lo ideal es que haya un obstáculo para que el vehículo reduzca la velocidad. Un punto de atención: los vehículos deben estar limpios antes de la desinfección.
3. Control de acceso de personas
Se debe restringir, controlar y registrar el acceso a los núcleos o galpones de aves en un libro de visitas. A las personas que no sean empleados del núcleo se les permitirá el acceso solo en casos de necesidad.
4. Vallas de aislamiento
Las vallas de aislamiento deben tener una altura mínima de 1 metro y estar a 5 metros de distancia de los galpones de las aves. La malla de las vallas debe restringir el acceso de animales de vida libre y otras especies diferentes, como ganados y caballos.
5. Instalación de mallas
Todos los galpones de aves deben estar dotados con alambre galvanizado, nailon, malla de plástico u otro material de malla que no tenga más de 1 pulgada (2,54 cm) de apertura. La malla debe cubrir la extensión del piso al techo del galpón, evitando el acceso de pájaros, animales domésticos o de vida libre dentro de los galpones con aves ponedoras.
La malla es una barrera para la entrada de estos animales, contribuyendo así a la reducción en el desperdicio de alimento, disminución de huevos rotos y mejora en la viabilidad y producción del lote.
6. Procesamiento de carcasas
Las carcasas de las aves muertas deben retirarse de los galpones varias veces al día y acondicionarse en contenedores con tapa parar evitar el acceso de animales domésticos. Se deben transportar las carcasas al lugar apropiado y procesar en composteras, deshidratadores, aceleradores de compostaje o incineradores.
7. Análisis de agua
El agua suministrada para las aves debe cumplir con los estándares de potabilidad a través de exámenes anuales. Se debe clorar el agua en la dosificación de 3 ppm de cloro libre.
Seguir estas normas de bioseguridad en la producción avícola es esencial para bloquear y disminuir la diseminación de agentes patógenos en las granjas. Además, hay otra medida que contribuye a la salud y trae ganancias de rendimiento a las ponedoras comerciales: los probióticos.
Agregados a la alimentación o agua de beber, los microorganismos vivos de los probióticos colonizan y equilibran la microbiota, estimulan las defensas y la conversión de los alimentos, contribuyen al aumento de la producción de huevos de primera clase, fruto de mejor viabilidad, mejor calidad de la cáscara y utilización de los huevos.
Deshidratadores / Desintegradores
- Carcasas depositadas en barril rotativo y calentadas por quema de leña o pellas de madera
- Temperatura externa: 300ºC
- Temperatura interna: 100 a 115 ºC
- En 4 a 6 horas, se reduce el peso alrededor del 60%.
- Se puede colocar el material para compostaje o usar como fertilizante
- Capacidad de 300 a 450 kg
Acelerador de compostaje
- Cilindro rotativo
- Para grandes volúmenes, con coste de mantenimiento más bajo
- No hay necesidad de quema de madera o pellas de madera
- Flujo continuo
Incinerador
- Dos cámaras de quema: para animales muertos a 800ºC y quema de gases y vapores a 1.200 ºC
- Proceso más lento
- Uso de GLP
Tratamiento del estiércol
- Secado en lugar cubierto y piso pavimentado formando surcos, con uso de revolvedor
- Uso de revolvedores mecánicos automáticos
Control de roedores
- Uso de porta anzuelo de amarre
- Importante: cambio mensual del anzuelo
Cloración del agua
Exámenes de laboratorio
- Tienen que monitorearse las granjas para salmonela enviando al laboratorio 300 g de heces, preferiblemente fecales, o 4 hisopos de arrastro o zapatilla desechable.