6 de mayo de 2007
Saludo cordial a todos los foristas:
El denominado SMA en las aves, especialmente en pollos de engorde, como su mismo nombre lo indica, es un Síndrome y, como tal, no puede hablarse de una enfermedad específica. En todos estos casos, en donde la etiología de la enfermedad no ha sido lo suficientemente identificada, normalmente se habla de SINDROME, como se habla de VIROSIS en casos de problemas respiratorios, diarreicos o gastroentéricos en humanos.
Ante una situación como esta, todos quedamos en las mismas: sin saber a qué atenernos, ni qué hacer y, por lo mismo, sin saber a quién culpar como causante del desorden.
Estamos de acuerdo no sólo con el doctor Iván Rolando Pacheco, quien plantea la multicausalidad de este problema, sino con el doctor Fernando Sanabria, quien nos habla del posible efecto que tienen algunas materias primas modificadas genéticamente, especialmente la soja y el maíz (los denominados granos transgénicos). Todo esto tiene una altísima posibilidad de ser cierto: los virus, las bacterias y las toxinas bien pueden por sí solos, o en combinación, desencadenar este fenómeno que tanto daño hace al normal desarrollo de los pollos y a las mermas tan marcadas que ejerce en la rentabilidad del negocio. Pero recordemos que muchas de estas cosas no han sido lo suficientemente comprobadas y solo nos hemos dedicado a hacer ciertos ensayos con vacunas (bien sea en los pollitos o en las reproductoras) y a efectuar algunos cambios moderados en el manejo de los lotes, especialmente en la fase de cría.
En algunos casos hablamos de Síndrome de Mala Absorción y del Síndrome de Tránsito Rápido como sinónimos. Es posible que esto sea así, puesto que hasta la fecha nadie ha dicho la última palabra. Lo cierto es que si hay tránsito rápido por razón o fuerza se presenta mala absorción. Pero como aquí no debemos discutir sobre semántica sino sobre el problema planteado, consideramos que debemos analizar las cosas desde un punto mas lógico y buscar como origen o causa, algo que sea un poco más elemental y fácil de asimilar antes de entrar en cuestiones de alta profundidad científica. No debemos dejarnos llevar por la tendencia de buscar siempre como causa u origen de un desorden patológico, el virus más raro o la transformación genética más rebuscada. Siempre hemos considerado que debemos ir de lo elemental a lo fundamental y no a la inversa.
Recordemos varias cosas, que todos sabemos y hemos manejado:
* El mal manejo de una calefacción en cría puede ocasionarnos desórdenes diarreicos.
* Los altos índices de amoníaco no solo dañan el epitelio ciliado del tracto respiratorio sino que, en determinados casos, puede también dañar el tracto digestivo.
* Algunos productos anticoccidiales pueden ocasionar ciertas lesiones a nivel de los músculos de la base de las plumas mayores y producir una mala posición de las mismas (volteo) lo que se conoce como posición de helicóptero, y eso lo atribuimos a SMA.
* En cuanto a la nutrición, nos atrevemos a asegurar que en casi todos los lugares del mundo estamos cometiendo muchos errores en el manejo de la nutrición de los pollitos en su primera fase de vida, esto es, entre el primero y el quinto dia. Allí está el mayor riesgo del efecto de algunos componentes de la ración sobre el epitelio que forma la primera capa del intestino. Y cuando hablamos de esto, nos referimos a la inclusión de grasas en la dieta de esta primera fase. No cuidamos si estas grasas son saturadas o insaturadas y, por tanto, no cuidamos el órgano principal que se relaciona con la alimentación del pollito.
Así, podríamos seguir hablando más de una serie de factores negativos que afectan, en mayor o menor grado, el epitelio intestinal.
Y debemos concluir que si desde el primer día estamos creando un ambiente agresivo para el intestino no podemos esperar un buen desarrollo ya que la absorción de nutrientes se verá rebajada (SMA) y el rendimiento de los pollos adultos no será el mejor porque al no cumplir el aparato digestivo una función ciento por ciento efectiva, la digestión de los componentes de la ración será muy baja y su expulsión será muy similar a como se consumieron (STR síndrome de tránsito rápido).
A todo lo anterior debemos añadirle la acción de las Eimerias, especialmente cuando producen las coccidiosis subclínicas y también los casos en donde solo se encuentra Coccidiasis (no Coccidiosis).
Lo anterior no son especulaciones. Son situaciones que hemos encontrado en el campo, que hemos corregido en algunos casos, cuando las circunstancias y los productores nos lo permiten, y hemos logrado buenos resultados. Trabajando siempre con los respectivos testigos (parte que no gusta a los propietarios).
Quedan todavía muchas cosas por estudiar e investigar, porque son muchos los desórdenes y casos que presentan estos cuadros en donde, estamos casi seguros, juegan un papel muy importante virus, bacterias y toxinas.
Lo anterior no quiere decir que estamos muy mal y que nada se ha hecho. No. Sabemos que se está trabajando con esmero por parte de quienes tienen la oportunidad y los medios de investigar, así como de quienes estamos en contacto con el trabajo de campo de producción de pollo de engorde, pero sí sería muy importante que temas como estos del SMA y del STR se trataran a fondo en seminarios internacionales por parte de quienes han realizado experimentos en estos campos, y pueden enseñarnos si no a superarlos en un cien por ciento, sí a convivir mejor con ellos, como bien lo plantea el doctor Iván Rolando.
Lo expuesto por nosotros no es la verdad revelada porque, al fin y al cabo, creemos que no hemos aportado nada que los foristas no supieran ya. Lo único que pretendemos es exponer nuestros conceptos, leer y escuchar los de otros colegas y amigos del foro y aceptar las críticas que puedan hacernos. Así es como creemos que se aprende.
Éxitos a todos.