Granulometria en la Grasa de sobrepaso

En un jabón cálcico, el tamaño de su partícula tiene una importancia relativa ya que estamos hablando de una materia prima que se utiliza como un aporte energético a niveles de 1, 2, 3, 4 ó 5% junto con cereales, proteínas, minerales, etc para formar, al final, un pienso compuesto completo o complementario según a que especie ganadera vaya destinado.

Es conocido que, en el caso de los bovinos o de los ovinos, cuando los alimentos tienen una granulometría muy fina y seca, éstos, tienden a generar polvo que se acaba adhiriendo en las mucosas nasales de las vías respiratorias y ello causa molestias a los animales durante la ingestión en los comederos y, generalmente por esta causa, para estas especies, se utiliza el granulado, el molturado grosero o el empleo de melaza u otro líquido que contrarreste el polvo.

Para los rumiantes: Bovinos, ovinos o caprinos el tamaño grosero de las partículas, incluidos los jabones cálcicos, no les afectan en absoluto pues el hecho de ser poligástricos podemos decir que disponen de un mecanismo muy efectivo durante la operación de la rumia y , gracias a esta característica especial de su estómago, todos los ingredientes, sea cual sea su granulometría, una vez han sido ingeridos los alimentos de un manera nada selectiva, se inicia el proceso del rumiado con una masticación muy exigente para reducir el tamaño de los distintos ingredientes, homogeneizar así la masa alimenticia y facilitar su digestión y asimilación. En cambio, los jabones cálcicos, sea cual sea su granulometría, al ser ingeridos tienen como primer destino la panza o rúmen y desde allí van a la masticación. Si tenían en un principio un tamaño elevado, después de la masticación, su granulometría será muy fina pero seguirán siendo jabones cálcicos totalmente estables que habrán soportado su pase por el rúmen sin haber sufrido cambio alguno. De esta manera cumplen satisfactoriamente con la misión encomendada de no afectar a los microorganismos responsables de la fermentación microbiana.

No será hasta que el jabón cálcico llegue al abomaso (estómago con un pH entre 2 - 3) cuando se desdoblará en ácidos grasos por un lado y en ion calcio por otro. Ambos elementos podrán ser asimilados perfectamente y transportados por el torrente sanguíneo hacia sus destinos. A la vista de los resultados, se puede aseverar que la granulometría de los jabones cálcicos no es un factor limitante en su empleo en la alimentación de los rumiantes.

No obstante, su empleo en otras especies monogástricas (aves, cerdos, etc), con el fin de facilitar que los jabones cálcicos se desdoblen rápidamente en ácidos grasos libres e iones calcio es aconsejable utilizar granulometrías próximas a los 3 mm como máximo.

Finalmente, es mi interés comentar un punto importante al observar el aspecto físico de muchas marcas de jabones cálcicos existentes en el mercado: Es bastante usual contemplar unas partículas de color blanco que destacan claramente sobre el resto de los ingredientes. Estas partículas corresponden a restos de saponificante sal cálcica que no han llegado a reaccionar completamente con los ácidos grasos.

Este hecho, a priori, potencialmente hablando, tiene los siguientes riesgos:

a).- Según la cantidad, hay mayor o menor porcentaje de ácidos grasos libres que no se han saponificado como claramente indica la normativa.

b).- Estas partículas blancas, en la mayoría de lo casos, son motivo de rechazo del alimento por parte de los rumiantes bovinos debido a la abundancia de papilas gustativas que tienen estos animales.

c).- En determinadas circunstancias, si se llegan a reunir una serie de condicionantes, disponer en un almacén de jabones cálcicos que tengan estos signos puede llegar a generarse un incendio de difícil extinción.

Hasta aquí he querido exponer una serie de puntos extraídos de mi experiencia de algo más de 30 años en este sector de los jabones cálcicos y 50 años con grasas animales siguiendo a la NRA.

Saludos afectuosos
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Ángel González