¿Se acabó la época de los alimentos baratos? En la actualidad los precios de los commodities agrícolas han sobrepasado el doble del valor promedio de los últimos 10 años. Sin embargo, cabe preguntarse si este hecho se debe a un cambio estructural o sólo es algo pasajero consecuencia de los fenómenos temporales. Las causas del aumento en el precio de los alimentos son complejas, diversas y complementarias. No se puede reducir la explicación a un solo factor que permita abordar este interesante e importante fenómeno. De hecho, el presente artículo no pretende buscar cada una de las posibles variables explicativas sino más bien describir algunas de ellas y establecer la posible relación con el precio de los granos.
Gráfico 1: Precios mundiales promedios anuales. 
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Fuente: Spinozzi sobre la base de OCDE.
Analizando los gráficos anteriores, se observa que en la actualidad existe un incremento extraordinario del precio mundial promedio (expresado en dólares). En el término de 2 años (2006-2008) los precios de trigo, maíz y oleaginosas subieron aproximadamente un 31%, 32% y 39% respectivamente. De acuerdo al fenómeno observado uno se pregunta qué sucedió para que se origine esto. La segunda pregunta inmediata es si se mantendrá este patrón en los próximos años.
¿Qué Sucedió? En primer lugar comenzaremos con el mercado del trigo y el maíz.
Entre los años 2005 y 2007 el área plantada de estos cultivos ha permanecido prácticamente constante. Sin embargo, esto oculta una dinámica de redistribución entre las distintas zonas. Mientras que en la región europea las hectáreas plantadas de estos cultivos disminuyeron, en los Estados Unidos aumentó, lo que terminó compensando y como resultado se observa muy poca variación en la cantidad de hectáreas plantadas. La posible explicación a este fenómeno es el nuevo conjunto de políticas aplicadas en las dos regiones.
En cuanto a la producción, la situación cambia por el impacto de las condiciones climáticas en Australia y Canadá. La falta de lluvias afectó principalmente a la producción en Australia. En un contexto de reducido stock estos fenómenos incrementan el precio en mayor cuantía que en el pasado.
Con respecto a la demanda, el nuevo consumo de granos (trigo y maíz) para la producción de biocombustibles generó mayor presión sobre los precios. Sin embargo, sería erróneo considerar este nuevo componente como el principal determinante de expansión de demanda. El desarrollo de las nuevas potencias mundiales como ser China e India, ha modificado su patrón de consumo, lo que a su vez ha permitido incrementar las cantidades demandadas para alimentación o para ser procesada en la industria.
En segundo lugar, el mercado de las oleaginosas y la importante relación que existe con los aceites vegetales muestran el fenómeno de manera más espectacular.
La expansión de la demanda no tuvo un comportamiento similar por parte de la oferta. De hecho, existió una reducción de las áreas plantadas en este cultivo, explicado principalmente por la disminución en China, Brasil y los Estados Unidos. Si se suma el aumento del uso de oleaginosas para
crushing, surge como consecuencia un precio promedio a niveles récord, impensables hace un par de años.
La producción de biodiesel a base de aceite vegetal presenta un comportamiento exponencial, con lo cual es de esperar que la demanda siga aumentando y con ello el precio de los cultivos
energéticos.
¿Qué Sucederá? A fin de proyectar un panorama futuro en cuanto a la evolución de los precios de los principales granos, se tratará de clasificar los factores de incidencia entre componentes temporarios (CT) y componentes permanentes (CP). Se supone que los CT no afectan la futura determinación de los precios; sin embargo, los CP son resultados de cambios estructurales en la economía mundial.
Por ejemplo, los resultados adversos, en cuanto a la producción, observados en algunas de las principales áreas productivas (Ej, Australia) se consideran CT. No existe ningún factor que indique que la situación climática de la cosecha pasada (falta de lluvias) deba repetirse.
El crecimiento económico mundial
1 ha contribuido a mejorar el poder de compra de los consumidores llevando a una fuerte y sostenida demanda para la gran mayoría de los
commodities y en particular para los agrícolas. Más aún, la reciente expansión de economías emergentes (sobre todo las asiáticas) ha modificado la estructura de consumo. Estas nuevas potencias económicas demandan más y a su vez cambian su estructura de consumo hacia productos más elaborados como por ejemplo las proteínas animales. Por lo tanto, la fuerte demanda es considerada un CP.
El precio del barril (petróleo), y en general de todos los recursos energéticos, es una de las principales variables explicativas del incremento en el precio de los granos. Con el nuevo vínculo existente entre el precio del combustible y el de los granos (a través de los biocombustibles) queda claro que un aumento de precios en el mercado del petróleo se traduce inmediatamente en el de los granos energéticos (aunque sea en distintas proporciones). Sin embargo, no se debe olvidar el canal tradicional. El aumento de un factor productivo encarece el precio del bien final (si existe cierto poder de mercado). A nivel agregado, el aumento en el precio del petróleo se tradujo a en aumentos de costos de transporte, elaboración y distribución de los commodities agrícolas afectando en última instancia el precio de los mismos. Sin embargo, considerar al aumento de los precios del petróleo un CP no es tan sencillo. Justamente existen en este mercado (petróleo) factores temporales y permanentes en cuanto a la determinación del precio. No obstante, uno podría afirmar que el barril no volverá a tener el costo promedio de la década del ´90.
En los mercados de futuros se ha observado últimamente un comportamiento especulativo. Hay que tener en cuenta que el mercado de derivados (futuros y opciones) constituye un referente en cuanto a los precios de los commodities agrícolas. De hecho, las transacciones comerciales casi siempre se realizan sobre la base de los precios en pizarra en estos mercados. La crisis hipotecaria y financiera de los Estados Unidos ha desencadenado una ola de nuevos inversores (particulares e institucionales) en el mercado de derivados. Ellos han aportado una gran suma de dinero tratando de conseguir beneficios económicos, lo que ha provocado no sólo un fuerte impacto en los precios, sino también un aumento de la volatilidad debido a la ferocidad de las reacciones ante cambios en los precios. La pregunta que cabe hacerse en cuanto a la temporalidad de este componente es qué pasará cuando el mercado financiero se estabilice. Seguirán existiendo inversiones en este mercado o volverá el caudal de dinero hacia el mercado de capitales. Existe una gran incertidumbre con respecto a la evolución de este componente.
Otro de los factores muy tenidos en cuenta en la determinación de los precios es el ratio stockuso (SU) de los distintos commodities agrícolas. Los valores actuales de los SU están en niveles muy bajos. Si se toma el valor promedio para las campañas 2002-03 hasta la 2006-07 se observa un gran descenso.
Gráfico 2: Ratios Stock uso.
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Según los pronósticos de la OCDE, estos valores seguirán bajos como consecuencia de la falta de adaptación de la oferta en el corto y mediano plazo ante la expansión de la demanda, por lo se pueden considerar CP a los bajos ratios SU. Sin embargo, el principal problema de ello es la falta de flexibilidad del mercado ante shocks de oferta. Cualquier factor (Ej: clima) que influya negativamente en la producción impactará en el precio en mayor proporción. Lo que sí se puede afirmar es que los reducidos niveles de SU (mercado ajustado) aumentan la volatilidad del mercado, sobre todo si aumenta el comercio mundial de commodities agrícolas.
Tener un mercado ajustado en donde la volatilidad marca su presencia y actualmente se encuentra a niveles récord de precios, nos lleva a preguntarnos donde terminará esto o mejor por qué lado vendrá el ajuste. La conclusión es intuitiva, por la oferta. Justamente, el mercado es la solución a estos fenómenos. La oferta se adaptará a las nuevas condiciones permanentes de la demanda. La búsqueda de beneficio por parte de los productores ampliará a nivel agregado la oferta de commodities agrícolas. Sin embargo, cabe destacar que el aumento será más probable por un incremento de productividad y no necesariamente por una fuerte expansión de nuevas tierras cultivables. El aumento de precios proporciona mayor incentivo para incrementar la producción.
La distinción entre factores permanentes y temporales es vital para entender hacia dónde se va a dirigir el mercado. Si bien uno no puede afirmar con seguridad el nivel de precios futuro de los granos, sí puede estar seguro de una conclusión: no es de esperar que el precio promedio pagado por ello en los próximos diez años vuelva a los niveles de los ´90.
1 Salvo por la desaceleración reciente a causa de la crisis Inmobiliaria y financiera observada en el mercado de los Estados Unidos.