Los síntomas típicos de la tiña son depilaciones o calvas localizadas en la cara, manos, orejas y con menor frecuencia en el resto del cuerpo. La zona afectada muestra la piel enrojecida o rosada o con una costra fina que no debe confundirse con la sarna que es mucho más gruesa. Pero los primeros síntomas son más importantes, ya que nos permiten hacer un diagnóstico temprano de la enfermedad, los conejos, muchas veces gazapos antes del destete muestran un material pastoso, pegajoso en el pelo desde la raíz, en el hocico, cara, orejas, etc. que en pocos días se caerá dejando la zona depilada con forma circular. Ese material blancuzco o amarillento es precisamente una gran acumulación de micelio y esporas del hongo Trichophyton mentagrophytes var, granulare que con el pelo se diseminará en las instalaciones del criadero.
En las granjas infectadas es difícil ver animales adultos afectados, ya que estos adquieren cierta inmunidad y el pelo vuelve a crecer, pero se miramos con atención la zona mamaria, axilas e ingles de las conejas veremos zonas con escaso pelo y descamaciones de piel que no son mas que el reservorio de la infección con que se contagia a los gazapos durante la lactancia.
¿Cuál es la gravedad de la enfermedad?
Primero debemos decir que se trata de una zoonosis, o sea que es una enfermedad transmisible al hombre en el que produce lesiones en la piel de las manos cara y zonas expuestas al contagio y en niños de corta edad estas lesiones tienden a complicarse con infecciones bacterianas secundarias de mayor gravedad.
En segundo lugar los animales afectados por esta enfermedad presentan un retraso en el crecimiento que varía entre 7 a 10 días o más según el caso, incrementando los costos de producción, consumo de alimento y utilización de instalaciones.
En tercer lugar debemos considerar los gastos en mano de obra y medicamentos que debemos disponer para controlar la enfermedad que afecta a la totalidad de las camadas.
Y en cuarto lugar, aunque no menos importante, consideremos el sufrimiento animal, el stress que produce y nuestra responsabilidad al respecto.
Tratamiento: La tiña es una enfermedad que responde relativamente bien al tratamiento individual pero prácticamente no responde al tratamiento poblacional, con esto queremos decir que es fácil curar un conejo y casi imposible curar un criadero, y la diferencia radica en que las formas reproductivas del hongo, las esporas, además de ser muy resistentes se diseminan con el pelo en las instalaciones del criadero y sus alrededores, por otra parte afecta a la totalidad de las camadas generando una diseminación continua de material contaminante.
La topicación de las lesiones, especialmente las incipientes, con yodoforos (yodo povidona) o con imidazólicos (Ketoconazol, Miconazol, clotrimazol, etc) o pomadas con griseofulvina, nos permitirá curar a los enfermos.
La detección y tratamiento de las madres portadoras y la aplicación de azufre en los nidos, nos permitirá cortar el ciclo de transmisión vertical (madre-gazapo) pero difícilmente se podrá erradicar el problema. Solo la higiene y desinfección completa de las instalaciones nos permitirá llegar a eliminar todas las fuentes de contagio. El yodo y el enilconazol se usan en aspersión para el tratamiento ambiental.
Para esterilizar completamente un criadero, debemos utilizar desinfectantes poderosos que nos obligan a desalojar los animales, por lo tanto llegamos a la situación de vacío sanitario que consiste en la eliminación de todos los animales, la higiene, desarmado, desinfección de todas las jaulas e implementos, la reparación y reacondicionamiento de las naves, la esterilización de todos los elementos que componen las instalaciones tanto fijas como móviles, el rearmado y la repoblación con animales libres de tiña.
Prevención: Si nos encontramos frente a un criadero libre de tiña debemos implementar y hacer cumplir todas las normas de bioseguridad para impedir que la enfermedad ingrese, dichas normas consisten en prohibir el ingreso de personas ajenas a la explotación, y de personas que pudieran haber visitado otras granjas cunícolas, que el personal que trabaja en la granja no visite otras granjas ni frigoríficos o exposiciones de conejos, etc. Implementar medidas para la desinfección de camiones proveedores de alimento o del frigorífico, desmalezar y desratizar periódicamente, y no ingresar reproductores de dudoso origen o sin respetar la debida cuarentena y análisis correspondientes.
Si en cambio nos encontramos ante la fundación de un nuevo criadero que implica un proyecto económico, debemos comenzar con animales completamente sanos avalados por una garantía y una certificación profesional y con instalaciones que permitan implementar las medidas de bioseguridad desde un principio.