En la mayoría de las granjas Argentinas, cada productor cuenta con su propio plantel de machos destinados a una función reproductiva. Ya sea que en la granja se utilice la monta natural o la inseminación artificial como herramientas reproductivas, es necesario contar con un plantel de machos aptos clínica y productivamente.
Los reproductores, tanto machos como hembras, deben evaluarse periódicamente de forma íntegra con el fin de optimizar los recursos disponibles y los tiempos productivos.
Los machos serán evaluados de forma individual, clínicamente y luego a través de un examen particular: reproductivo.
Examen Clínico
El examen clínico se realiza por primera vez al destete, si la granja tiene reposición interna, o a los 3 meses de edad, momento en el cual el macho ya ha comenzado su espermatogénesis y la testosterona circulante asegura la presencia de los caracteres sexuales secundarios. Se evaluará el aspecto fenotípico en primera instancia: es decir que cumpla con los estándares de la raza (pelaje, cabeza, peso en función de la edad). Luego se procederá a una evaluación clínica rápida de:
1. Aparato locomotor (manos y patas): estado de las mismas, ausencia de lesiones como el mal de patas, heridas y aplomos - correcto apoyo de los 4 miembros sobre una superficie plana
2. Aparato de la audición (orejas): revisar en busca de lesiones y parasitosis principalmente
3. Aparato de la visión (ojos): determinar la capacidad visual del conejo. Al mover uno de nuestros dedos cerca de su ojo - sin tocar pelos, de forma de no generar un estímulo táctil - el conejo seguirá el dedo con su pupila. Evaluar la presencia de nubes o manchas en el ojo
4. Aparato digestivo (boca): evaluar los dientes, la correcta aposición de los mismos y su longitud.
Examen del Aparato Reproductivo
Una vez aprobada la revisación clínica general, se procede a evaluar el aparato reproductivo. Con el macho apoyado en decúbito dorsal se evalúan:
1. Los testículos: son 2 y deberán encontrarse en la bolsa escrotal o momentáneamente en el canal inguinal, en cuyo caso debemos asegurarnos que los mismos bajen a la bolsa escrotal en unos segundos. A la palpación los testículos deben ser de consistencia semi-dura, de forma elíptica, de textura suave y lisa y deben estar a temperatura corporal. El tamaño es proporcional a la raza y no debe estar agrandado ni de menor tamaño
2. Bolsas escrotales: las mismas deben estar íntegras, sin adherencias a los testículos, rosadas, a temperatura corporal
3. Prepucio: íntegro y sin adherencias al pene
4. Pene: íntegro, sin adherencias al prepucio. Con la mano con guantes se exterioriza y se evalúa tamaño, forma y color. El tamaño varía según raza y según cada individuo.
Evaluación seminal
Todos aquellos machos que hayan aprobado las revisaciones anteriormente descriptas serán sometidos a un examen de su calidad seminal.
A partir de las 20 semanas de vida, un macho joven puede ser utilizado para la reproducción, aunque la madurez sexual la alcanza a las 30-32 semanas. Entre las 20 y 32 semanas haremos una primera evaluación del eyaculado de cada reproductor.
La evaluación seminal consiste en un examen macroscópico y uno microscópico.
1. Evaluación macroscópica del eyaculado:
- Color: debe ser ámbar pudiendo llegar casi al transparente
- Volumen: 0,3 a 1 ml es el promedio
- Aspecto: denso
- Presencia o ausencia del tapón gelatinoso (el mismo debe descartarse)
Algunas alteraciones macroscópicas:
*Presencia de sangre
*Presencia de orina
*Presencia de materia fecal
*Aspecto purulento
2. Evaluación microscópica del eyaculado, sin diluir:
- Motilidad: motilidad masal, motilidad individual
- Vitalidad
- Concentración
- Recuento
Algunas alteraciones microscópicas:
*Ausencia de motilidad
*Aglutinación
*Espermatozoides con alteraciones morfológicas
*Escasa a nula concentración de espermatozoides
Conclusiones
Una revisación integral del plantel reproductivo de machos implica llevar adelante un protocolo de trabajo disciplinado, pactado y completo. Esto nos permitirá mejorar la ecuación económica de la granja ya que estaremos descartando machos no aptos en tiempo y forma, evitaremos la diseminación de enfermedades y aumentaremos los índices reproductivos. Esto último basado en que una completa evaluación del macho nos permite trabajar con mayor seguridad sobre la calidad del semen que está aportando a la inseminación artificial o a la monta natural, factor que se traduce en un mayor índice de palpación.