Son 3 los pilares del éxito de la producción cunícola: SANIDAD, REPRODUCCIÓN y MANEJO. Claro está que en cualquier producción es menester partir de una base sólida para luego ir sumando esfuerzos que permitan una producción sustentable y es el CONOCIMIENTO el basamento donde deben apoyarse cada uno de estos pilares.
En el presente artículo nos centraremos en la REPRODUCCIÓN. Gran parte, sino la mayoría, de las inquietudes de los productores tienen este pilar como nexo en común. Parafraseando el conocido dilema, ¿qué es primero, el huevo o la gallina, la coneja o los gazapos? Más allá de discutir o filosofar sobre la respuesta correcta, estamos insertos en un círculo, en el que para obtener índices reproductivos aceptables y buenos gazapos es necesario partir de buenos reproductores.
Desarrollo
A fin de comprender el fundamento y la utilidad de las técnicas de reproducción, recordemos someramente la anatomía y fisiología del conejo hembra y macho:
El macho:
Los testículos están en las bolsas escrotales, descienden a los 2 meses de edad. La producción de espermatozoides comienza a los 40 - 50 días y 10 o 20 días más tarde ya pueden demostrar comportamiento sexual. Sin embargo, los machos de esta edad aún no están aptos para la reproducción, habrá que esperarlos hasta las 20 semanas para obtener acoplamiento fecundo. Llegando a la madurez sexual entre las 30-32 semanas, edad en la cual se estabiliza la producción diaria de espermatozoides.
Cuando se presenta el macho a una coneja receptiva la monta se produce en un lapso muy breve, en general dura 10-15 segundos. El volumen del eyaculado oscila entre 0.3 y 1 ml, con una concentración de 150-600 espermatozoides por ml. Pero el volumen como la concentración están sujetos a muchos factores que pueden hacerlos variar tanto entre machos como entre colectas. Entre la primera y segunda extracción de semen se observa un aumento de la concentración de espermatozoides acompañada por una disminución del volumen. A partir de la tercera extracción esta relación no se mantiene.
La producción espermática está sujeta a varios factores, entre los principales observamos el stock genético, la raza, la alimentación y el entorno. El macho es fotoperiódico positivo. Es decir que tienen una actividad sexual regida por las estaciones de mayor cantidad de horas luz, es ésta la justificación de las 16 hs luz que todo productor debe ofrecer a sus reproductores. Los efectos estacionales, no sólo impactan en la producción a través de las horas luz sino también a través de la temperatura, los cambios bruscos de clima, el viento, etc. Por ejemplo, golpes de calor reducen el valor de los eyaculados, dejando secuelas que se notarán incluso 4 semanas después.
La hembra:
Los ovarios son ovoides y se comunican con los úteros a través del oviducto. Si bien los cuernos uterinos están juntos en la parte posterior con un solo cuerpo, hay dos úteros independientes de 7 cm. aproximadamente. La vagina mide entre 6 y 10 cm., en su parte media y ventral (porción que se encuentra más cerca de la pelvis) tiene el orificio uretral (orificio que comunica la vagina con la vejiga). Conocer dichos reparos anatómicos permite realizar una correcta técnica de inseminación y minimiza errores tales como introducir la cánula en la vejiga.
Las hembras pueden aceptar por primera vez la monta a las 10-12 semanas pero no irá acompañada de ovulación. La coneja es de ovulación inducida, es decir que ovula por estimulación coital y no de forma espontánea. Esto hace muy difícil definir la edad de la pubertad, la cual dependerá principalmente de la raza (las pequeñas son más precoces) y del desarrollo corporal (las de crecimiento más rápido son más precoces). En general alcanzan la pubertad cuando tienen el 70-75% de su peso adulto.
La coneja no presenta un ciclo estral con ovulación regular y presenta periodos de rechazo y de aceptación a la monta que se reflejan, la mayoría de la veces, con diferentes tonos en la coloración de la vulva y diferencias de comportamiento.
La gestación tiene una duración promedio de 30 días y la pseudogestación 15-18 días. Esta última se produce cuando hay ovulación pero no hay fecundación. Los motivos pueden ser varios, entre ellos una mala calidad seminal. Así la hembra tendrá actitud maternal (construcción del nido) y no será fecundable durante este período. Es la pseudogestación la que sustenta, en criaderos con control del ciclo estral, el principio de repetir una nueva dosis de eCG (gonadotrofina coriónica equina) 18-21 días después de la última inseminación
El parto dura 15-30 minutos, varía principalmente en función del tamaño de la camada. Pudiendo parir entre 1 y 20 gazapos con mayor frecuencia se obtienen entre 3 y 12 .
La lactancia se ve estimulada por el acto de mamar de los gazapos, los estímulos creados por la tetada favorece la liberación de las hormonas estimulantes de la lactogénesis. La duración total de la tetada (entrada-salida del nido) es de 2-4 minutos al principio y a medida que pasan los días la duración va disminuyendo. La producción de leche traza una curva con una fase creciente hasta el final de la tercera semana seguida luego por una fase decreciente. Siendo este descenso más rápido si la coneja fue fecundada inmediatamente después del parto. Este es uno de los motivos que justifica el descanso entre partos de 11 días que requiere una coneja.
Como ya se mencionó, la estación del año, la temperatura y el fotoperíodo cumplen un rol importante en el desempeño reproductivo. Al igual que en el macho la hembra es fotoperiódica positiva y por ende presenta celo en las estaciones de mayor cantidad de horas luz, es ésta, nuevamente, la importancia de asegurar que los criaderos tengan 16 hs luz/día. Por otro lado, las altas temperaturas, mayores a 30-32 grados centígrados, provocan una disminución de la ingesta. Esto último sumado al stress térmico conduce a una baja en la eficiencia reproductiva: menor tasa de ovulación, menor prolificidad, mayor muerte embrionaria (entre los días 0 y 15 de gestación)
Conclusión
A la hora de pensar en la aplicación de técnicas de reproducción asistida en un sistema productivo, como la inseminación artificial, es fundamental contar con adecuados conocimientos acerca de la anatomía y fisiología del conejo. Este será un primer eslabón para interiorizarse de las técnicas de reproducción asistida y así determinar con fundamento la sustentabilidad de la aplicación de las mismas.
Referencia bibliográficas: Juan María Rosell, 2000. Enfermedades del Conejo - tomo I.