Aunque al hablar con cualquier caballista te indica lo importante de los cascos de los caballos, como bien dicen los norteamericanos “¡¡NO HOFF!! ¡¡NO HORSE!!” (¡¡NO HAY CASCOS!! ¡¡NO HAY CABALLO¡¡), pocos realmente conocen que en esta edad, antes de los dos años es donde se juega un papel fundamental en la conformación de lo que serán los aplomos y el caminar definitivo de nuestro ejemplar.
Si bien la genética, la alimentación balanceada y los factores externos forman parte esencial de lo que será un buen caballo, no es menos cierto que el ambiente donde se crían nuestros caballos, impactan directamente tanto en su crecimiento como en la conformación de los aplomos, a veces como factor determinante, sobre todo cuando se acostumbra a aplomar nuestros animales de corta edad con aplomos diseñados para animales adultos, error garrafal.
Es muy común que se trate de corregir problemas de aplomos con técnicas utilizadas eficientemente en caballos de carrera, pero al aplicarlas en estos potros tendremos un efecto totalmente contrario a lo que deseamos.
Otro error muy común es no corregir el aplomo del potro por temor a fractura.
Antes de los dos años el animal tiene que tener un perfecto equilibrio en cuanto a alimentación y estímulos de choque o fuerzas de choque. El estímulo de choque o fuerza de choque es la presión, compresión o impacto que se ejerce sobre el miembro del animal y es la encargada de remodelar o guiar el crecimiento óseo.
Por regla general la respuesta es la desaceleración del crecimiento localizado de los huesos largos, lo cual nos explica el porque se tiene que tratar el aplomo en forma diferente que en animales después de 2 años. En muchos textos el cierre de las placas de osificación se menciona que debería ocurrir a los 18 meses, sin embargo en mi experiencia aquí en Venezuela por diversos factores dicha osificación se encuentra alrededor de los 24 meses o más.
Otro dato importante en esta edad, es no cortar o rebajar la ranilla, ya que la función de esta en el crecimiento, es estimular el movimiento de unos cartílagos ubicados a cada lado del talón, llamados cartílagos alares por su forma de ala y cuya función es servir de bomba impelente para atraer e impulsar sangre desde los cascos al cuerpo del caballo, dicha sangre provee de nutrientes a los cascos. Otra función fundamental de la ranilla es lograr la estimulación de los talones, ¡un potro sin ranilla es un caballo con problemas de talones contraídos!.
De esto nos surge una pregunta: ¿Qué hacer con los Aplomos?
Los americanos diseñaron un tipo de aplomo y lo llamaron “
cuatro puntos de apoyo”, se basaron en un estudio en los caballos salvajes (Mustang) en el cual pudieron observar, que dichos caballos sufrían muy poco de aplomos defectuosos y enfermedades relacionadas al casco como Onychomycosis, síndrome Navicular, laminitis e infosura.
El aplomo de cuatro puntos de apoyo tiene mucha lógica mecánica ya que el animal se apoya en cada casco, en cuatro puntos equidistantes, formando un arco de cada lado del casco, de este modo se expande y contrae mucho más que si estuviera apoyado en toda su superficie, por otra parte en el frontal del casco tiene un rocket toe (superficie en forma de punta de sueco), lo cual disminuye la tensión de los ligamentos flexores. Pues bien con la expansión y contracción del casco aseguramos un aumento de flujo sanguíneo lo cual aumenta el aporte de nutrientes y células de defensa que nos garantizan mejor calidad de casco.
Tenemos que tener mucho cuidado porque de acuerdo a la ubicación de dichos puntos, podemos afectar el crecimiento óseo en forma dispareja debido a que el crecimiento de las epífisis responde a estímulos de choque como lo expliqué anteriormente. El resultado de la aplicación de este aplomo es el aumento de tamaño del casco y con la utilización del rocket toe (superficie en forma de punta de sueco), se puede corregir, debido al manejo de las fuerzas de choque, algunos problemas de manos hacia fuera (toe out) o hacia adentro (toe in).
La desventaja de los cuatro puntos de apoyo es que en algunas especies de equinos, como los destinados a carreras de hipódromo, los cascos grandes pueden no gustar a los propietarios que alegan que se compacta mas arena en la suela del caballo, aumentando el peso y restándole velocidad.
Para este tipo de caballos, es muy beneficioso aplicar la lógica mecánica de fuerzas de choque (a mayor presión, mayor desaceleración del crecimiento) el casco se convierte en un medio para la aplicación de dichas fuerzas si encontramos un hueso largo (metacarpo, metatarso, primera falange, segunda falange o tercera falange) que varia en dimensión entre sus lados, podremos corregir el crecimiento dejando mas alto el lado del casco donde el aumento del hueso esté causando algún defecto, esto visualmente agravará inmediatamente el caminar del caballo, por esto es muy importante tener muy claro la fisiología del crecimiento.
Estos animales deberían estar en potreros o caminando frecuentemente ya que mientras mas estímulos de choque reciban, mejor será su desaceleración del lado afectado, al igual que en los aplomados con los cuatro puntos de apoyo.
El momento para retirar estos aplomos y seguir aplicándoles aplomos normales (sin diferencias de aumento de tamaño de cada lado del casco) nos lo va a dar el grado de estímulos que se ejerza, la alimentación y evidentemente la genética, sin embargo es recomendable el chequeo mensual para la evaluación del crecimiento, una vez alcanzado el desarrollo contra lateral es importante restituir la igualdad en el casco.
No quisiera dar fin a este artículo sin recalcar la importancia de individualizar a cada ejemplar observándolo, no solo al caminar, si no con todos los factores que lo rodean, de esta manera estoy seguro que en el 95% de los casos tendremos éxito.
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