3 de septiembre de 2006
Lisa, Muchas gracias.
Debido a que no tengo una capacitación por especialistas en caballos sin herraduras, le paso a comentar mi propia experiencia sobre el tema.
No considero correcto mantenerse en los extremos. Creo que no todos los caballos deberían llevar herraduras puestas en cada momento, ni todos deberían andar sin ellas, ya que son varios los factores que llevan a volcarse hacia una técnica u otra, y también por una cuestión de necesidad y bienestar hacia el caballo.
Dentro de mi trabajo, existen momentos en que debo prescindir de las herraduras para curar algunas lesiones específicas del pie, en caballos que normalmente se encuentran herrados.Y existen momentos en que debo herrar caballos, también para curar lesiones, que no se encuentran normalmente con herraduras.
Eso es en casos donde debo curar lesiones.
En caballos de trabajo que transitan por terrenos donde el desgaste es más rápido que el crecimiento, se debe herrar. No creo que exista un casco más duro que el hierro, considerando además el permanente crecimiento. En aquellas zonas donde trabajan sobre terrenos blandos y el desgaste es más lento que el crecimiento, se pueden prescindir de las herraduras, sólo hay que atender el casco para mantener su buen equilibrio respecto del miembro y el caballo.
Dentro del deporte, deben ser pocas las disciplinas donde el caballo puede andar sin herraduras, quizá lo puedan realizar en las pistas, pero hay que considerar que fuera de ellas, siempre hay sectores donde el caballo debe pisar terrenos duros o abrasivos. Por más duro y firme que se encuentre un casco sin herraduras el caballo siente al pisar las piedras. Tener un caballo confinado dentro de sectores donde sólo hay terreno blando me hace preferir un caballo herrado.
Al montar un caballo con herraduras y otro sin ellas, sobre cualquier terreno, personalmente, noto una gran diferencia a favor del caballlo herrado. Se encuentra seguro y prácticamente se olvida de sus pies.
Debo destacar que hablo de caballos correctamente herrados.
Si se vuelve a lo natural y salvaje, se debe olvidar de montar a caballo. Donde el jinete entra en juego sobre el lomo del animal desarrollando actividades que el caballo solo no haría, y transitando por terrenos donde el caballo no andaría, creo que se debe pensar en el bienestar real del caballo. Digo real porque no creo conveniente pensar en natural y actuar en artificial como lo es montar a caballo.
Se sabe que la herradura de hierro suele ser un mal necesario, pero considero que algunas veces ofrece mayores ventajas que desventajas. Aprovechando sus virtudes como protectora del casco, se deben realizar aportes mediante correctas técnicas de herrado. Entre un caballo mal herrado y un caballo correctamente desvasado prefiero a aquel sin herraduras, dependiendo del terreno también. Es preferible un caballo de carreras correctamente herrado con herraduras de hierro que uno mal herrado con herraduras de aluminio. El primero correrá más rápido.
Luego, dentro de las herraduras, se ncuentran las que escapan a la rigidez del hierro y favorecen la flexibilidad natural del casco, pero a su vez poseen otras desventajas, y así sucesivamente con cada elemento nuevo que pretende ofrecer sus ventajas.
Creo que son muchos los factores que llevan a utilizar una técnica u otra, o a apoyar un concepto u otro, personalmente no defiendo ninguno en particular, sólo intento adaptar mi trabajo a cada caballo y de acuerdo a su necesidad del momento, si hay que herrarlo se hierra y si conviene dejarlo sin herraduras se lo deja descalso. No siempre se trata de negocio o de defender una teoría a muerte, el caballo está primero, es una cuestión de flexibilidad de principios.
Actualmente trabajo mediante un concepto que combina muy bien las necesidades naturales del caballo como individuo y las necesidades del jinete respecto del trabajo mediante el caballo. No invento nada en el caballo, él mismo me entrega toda la información para desarrollar yo el mejor trabajo de acuerdo a él como individuo. No requiero de fórmulas, números, ángulos ni nombres raros, sólo necesito interpretar correctamente el idioma semioculto que me ofrece el pie. Cuando se combina esta naturaleza que pertenece al caballo con lo que se puede aportar desde nuestros conocimientos, se logra un correcto herrado para cada caballo.
Puede decirse también que existe una sola regla en esto y cada caballo la tiene.
Me gustaría que, si existe en el foro un especialista en caballos sin herrar, pase a comentar sobre el concepto. Sinceramente sé poco sobre el tema específico; sin embargo, puede que esté hablando demasiado sobre el tema.
Sólo sé que la onda de los caballos descalsos ha adquirido una dimención considrerable dentro del mundo del pie del caballo, sería muy bueno utilizar este medio para ampliar conocimientos sobre ello.
Lisa, le envío un cordial saludo.
Daniel Anz